Impresiones finales The Crew (PS4)

A lo largo y ancho de Estados Unidos con muchos caballos bajo el capó

La beta abierta de The Crew, el nuevo juego del estudio francés Ivory Tower que cuenta entre sus miembros con experimentados programadores en juegos de velocidad de la saga Need for Speed o títulos como Test Drive Unlimited o V-Rally, ha podido ser disfrutada por todo aquel jugador que haya deseado probarla tras descargar un buen puñado de gigabytes a su PlayStation 4. El juego nos ofrece meternos en la piel de Alex Taylor, hermano de Dyson, fundador del club del motor 5-10 (Five-Ten). Acusados al poco de empezar de un asesinato que no hemos cometido, pasaremos unos años en prisión hasta que nos ofrezcan la libertad para poder colaborar con el FBI y desenmascarar una trama de corrupción policial que afecta a miembros de 5-10, que no se han conformado con dominar el mundo de las carreras ilegales callejeras, sino que se han dado al contrabando de distintos materiales, desde drogas a dinero.

Lo cierto es que el guión nos mete de lleno en una especie de Fast and Furious donde nuestra labor será integrarnos en el club e ir ascendiendo en su organigrama para ir ocupando puestos de mayor relevancia e influencia, algo no muy original, pero que puede funcionar a las mil maravillas y que cuenta con ciertos giros interesantes en la trama. Nuestro periplo comienza en la ciudad de Detroit, muy adecuada para ello pues no en vano es la ciudad del motor en Estados Unidos. Aquí ya podemos comprobar la riqueza de detalles urbanos que vamos a encontrarnos a lo largo del juego, pues son reconocibles varios edificios emblemáticos de la ciudad como la Torre Comerica o el Renaissance Center. Y será una constante que apreciaremos en mayor medida ante monumentos o edificios de mayor renombre como la Torre Sears en Chicago, Illinois, el Arco Getaway o Puerta hacia el Oeste de San Luis, Missouri; las grandes avenidas repletas de hoteles-casino en las Vegas, Nevada o la pléyade de lugares de obligada visita si algún día podéis recorrer las calles de Nueva York, desde la Estatua de la Libertad a Central Park pasando por Times Square o el Empire State, por citar lo más destacado que nos hemos encontrado en esas primeras horas de juego. Una ambientación a nivel de ciudades y también de entornos rurales que recorreremos para desplazarnos entre las grandes urbes estadounidenses.

Son muchos y diversos los modelos que podemos pilotar en The Crew, sin llegar a las cotas de juegos como cualquier Gran Turismo, pero tampoco necesitamos de un enorme garaje. Nada más empezar podremos elegir entre cuatro coches para dar nuestros primeros pasos y quemar esos kilómetros que nos irán introduciendo en la mecánica de juego. Chevrolet Camaro SS de 2010, Nissan 370Z de 2013, Ford Mustang GT de 2011 o Dodge Challenger SRT-8 392 de 2012 son las monturas y antes de comprarlas podemos probarlas dando unas vueltas a un improvisado circuito en las calles alrededor del lugar donde los venden. Una vez elegido nuestro primer coche, podemos aplicarle un kit configuración de los cinco existentes, Calle, Rally, Tierra, Rendimiento y Circuito aunque solo podremos elegir Calle en ese primer momento.

Otras marcas representadas en el juego son Lamborghini, Ferrari, BMW, Pagani, Aston Martin, Bentley, Shelby, Mini y Ruf (una marca que modifica carrocerías Porsche). Y todos ellos cuentan con la posibilidad de ser tuneados tanto a nivel Visual como en Rendimiento. Doce categorías en lo Visual tales como el color de nuestro coche, la carrocería exterior en sus muchas partes, llantas o alerones por citar unas cuantas y hasta once zonas tuneables en cuanto a Rendimiento, desde la centralita electrónica a la caja de cambios pasando por frenos o suspensión, por ejemplo. Además, a medida que vamos participando en carreras, pruebas de habilidad o eventos de la historia principal vamos a ir desbloqueando piezas para nuestros coches que serán acordes a nuestras actuaciones, pudiendo variar en función del resultado entre bronce, plata y las mejores, las de oro. A mejor pieza, más aumentará el nivel de nuestro vehículo, y nos permitirá afrontar con mayores garantías futuros retos, pues nos encontraremos con carreras que nos será más costoso de superar si la diferencia de los rivales es muy elevada con el desarrollo de nuestro bólido. También ganamos dinero y puntos de experiencia, el primero para poder comprar otros coches o piezas y el nivel de experiencia nos permitirá optar a mejoras superiores al superar las pruebas.

El modelado de los vehículos que pilotamos está muy bien conseguido así como el motor de daños que nos muestra los pequeños y no tan pequeños impactos que vayamos haciendo en ellos. Desde rotura de lunas hasta parachoques descolgados de su ubicación original, a las huellas de un impacto frontal con un árbol o farola que dejarán su pronunciada marca en el morro de nuestra preciada montura, incluso la suciedad del barro o de la conducción sobre nieve. No parece terminar de convencer tanto el nivel de detalle del resto de vehículos que vemos, como si estuvieran un pequeño paso por detrás. Los interiores tampoco gozan de un desarrollo muy destacable, más allá de la relojería del cuentakilómetros y cuentarrevoluciones, visibles cuando usamos la vista interior. La iluminación sigue marcando la pauta en esta nueva generación y podemos apreciar un gran juego de luces en los momentos de transición del ciclo día-noche en el que tendremos que movernos pues incluso ciertas misiones estarán ambientadas en un determinado momento del día de forma independiente al horario en el que llegamos al punto de empezar la misión o prueba.

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El escenario es enorme y aventurarnos a cruzar Estados Unidos desde la costa este a la oeste puede llevarnos bastante tiempo pues iremos de ciudad en ciudad (sin necesidad de entrar en su casco urbano central) y atravesaremos pequeños pueblos y multitud de localizaciones acordes al terreno propio de cada estado, desde zonas de amplios y frondosos bosques a zonas más despobladas y desérticas, con algunos tramos de carreteras nevadas. En torno a noventa minutos puede llevarnos la empresa. Durante esos ratos de conducción libre en los que no encontraremos misiones propias de la historia que se nos narra, harán aparición una especie de minijuegos que nos pondrán en diversas situaciones como realizar slaloms, dar saltos sobre rampas para aterrizar lo más lejos posible, ir a la máxima velocidad posible durante un tiempo limitado y recorrer el mayor número de metros posible, ir rompiendo unos carteles virtuales que nos marcan un recorrido… Siempre con un coche fantasma que nos marcará el nivel máximo a alcanzar. También obtendremos mejoras para nuestro coche en oro, plata y bronce según hayamos hecho mejor o peor la prueba. Estos minijuegos también podemos encontrarlos en las ciudades, no solo en los recorridos entre ellas.

En cuanto a las misiones de la historia, por lo que hemos podido ver hasta ahora, consisten básicamente en tomar partido en carreras, realizar persecuciones, hacer de chofer o escapar de la persecución policial. Si, The Crew tiene a policías por las calles y carreteras y serán sensibles a nuestros actos aunque nos ha dado la sensación de que tienen cierta pasividad en su actuación. Podemos pasar a 250 km/h por delante de ellos en una zona limitada a 50 que ni se inmutarán. Eso sí, si provocamos muchas colisiones puede que vengan a buscarnos por conducción temeraria. Las misiones que se nos presentan en la historia tenemos la opción de hacerlas en modo cooperativo, cuando entramos a ellas podemos lanzar una invitación a los jugadores que se encuentren jugando en nuestra misma sesión de The Crew e incluso podemos unirnos a un grupo de hasta cuatro jugadores para compartir el esfuerzo. Hasta un máximo de ocho jugadores encontraremos en una misma sesión de juego. Esta opción es la que hace que se requiera conexión permanente a internet para poder jugar.

Para movernos por el extenso mapeado que presenta The Crew tendremos la opción de viaje rápido una vez hayamos visitado las localizaciones por primera vez lo que nos ahorrará mucho tiempo en cualquier tipo de desplazamiento. Podemos poner un punto en cualquier lugar del mapa para movernos allí directamente, no necesariamente tiene que ser un núcleo urbano sino que cualquier carretera es seleccionable. El juego cuenta además con la opción de atravesar en determinados puntos por campo a través, lo que es más recomendable si tenemos un coche todoterreno, aunque para escapar de la policía o de miembros de 5-10 rivales cualquier opción es buena, aunque tengamos que atravesar un parque. Además encontraremos la posibilidad de entrar en algunos de los circuitos más conocidos de Estados Unidos como Laguna Seca en California, Indianápolis en Indiana o Sebring en Florida.

Como notas menos destacables de la experiencia podemos citar que hemos encontrado cierta dureza en la dirección de los coches, como si se resistiera a girar en algunos momentos. La conducción no varía en ningún momento sobre asfalto, da igual que estemos en perfecto asfalto de autovía, en un camino con peor firme o sobre asfalto nevado, nuestro vehículo se comporta igual y podemos alcanzar velocidades de vértigo sin deslizarnos. Campo a través si hemos podido comprobar que no es lo mismo llevar uno de los coches todoterreno que ofrece el juego respecto a un deportivo de alta gama pero sobre asfalto da igual las condiciones que nos encontremos, la conducción es muy árcade, aunque no es descartable ni mucho menos que esa sea la intención de los desarrolladores pues los controles solo contemplan la dirección, acelerador, freno y freno de mano. También hemos experimentado cortes y tiempos de carga tras superar la mayoría de las pruebas, no solo en misiones principales sino en los desafíos opcionales. En lugar de seguir rodando una vez terminado, cuando cerramos la pantallita resumen que nos dice cómo lo hemos hecho nos encontramos con una pantalla en negro que dura unos instantes y nos devuelve a nuestro coche estando parados. Sucede la mayor parte de las veces aunque no siempre. Unas pocas veces hemos visto como la acción continúa de forma fluida por lo que es de esperar que con el lanzamiento del juego veamos solucionado este pequeño inconveniente.

Por otra parte destacar la banda sonora del juego repleta de temas cañeros, que ambientan a la perfección las carreras, así como los sonidos de las motorizaciones y efectos en golpes y derrapes. La localización al castellano es muy buena aunque quizás la interpretación más plana venga por parte de nuestro protagonista que a pesar de las circunstancias no ha logrado conquistarnos con su personalidad poco definida en los primeros compases de la beta. The Crew nos transporta a una experiencia cercana a lo visto en ciertas películas mientras no soltamos el volante ni el pie del acelerador para llegar a convertirnos en un as de las competiciones callejeras.