Terminado un embargo de información de casi 10 días al fin podemos traeros nuestras primeras impresiones del bonito reencuentro tenido con una de las sagas más conocidas del sector, que con más de 15 millones de copias vendidas a sus espaldas prepara su regreso a consolas, por todo lo alto.
De ese modo acudimos el pasado cuatro de julio a primera hora de la tarde a las oficinas de Ubisoft en Madrid, que tras las formalidades procedentes, puso a nuestra disposición una enorme sala donde tendríamos el placer de asistir a una charla sobre el juego, de la boca del mismísimo Martin Edmonson (padre de la saga), probar el modo multijugador, e incluso picar algo con el resto de la prensa.
¿Está el juego a la altura? ¿Cómo le han afectado los múltiples retrasos acontecidos? ¿Cumplirá el multijugador? ¿No es hora de explicar el curioso argumento?
Veámoslo.
Ubisoft abrió amablemente sus puertas para el evento.
Tras instalar el juego ante los impacientes espectadores (os adelantamos el peso de su instalación: 1300 Mb) llega la hora de asistir a la primera demostración del modo aventura del juego, que se inaugura con una espectacular cinemática que narra brevemente el concepto en el que se basará el título, situado cronológicamente 6 meses después del anterior Driver.
El juego nos muestra en apenas un par de minutos la huida de Charles Jericho, un peligroso criminal condenado a muerte al que al final logramos apresar con John Tanner (protagonista de la saga) en otros títulos. En dicha huida el criminal tomá el furgón en el que se le trasladaba como medio de huida por lo que no tardamos en ponernos en marcha al recibir el aviso del incidente por radio.
Ha llegado la hora de entrar en acción.
Martin Edmonson nos desveló los objetivos del nuevo Driver en persona.
Lo primero que nos sorprende es el elenco de dobladores (sí, el juego llegará doblado) que son conocidos por todos debido a sus trabajos anteriores. Es un apartado realmente logrado que nos alegró a todos la visita. Incluso nuestros queridos “guías” en esta demostración nos preguntaron si estaba a la altura, a lo que se les respondió con un rotundo sí.
Pero el juego no se quedo ahí, tecnicamente, a pesar de no competir con grandes del género como Gran Turismo, lucía sorprendentemente bien, con un aspecto realmente sólido.
Tras un breve paseo en busca del furgón se pone en marcha la primera persecución del juego, desde la cámara interior, donde se ha puesto especial enfásis en que se vea trabajada. Dicha persecución se presenta realmente emocionante, sobre todo por el abundante tráfico de la ciudad.
Hemos de evitar a los coches que se paren en los semáforos, adelantar conduciendo en sentido inverso, esquivar en el último segundo los coches que arrolla nuestro objetivo (que salen despedidos hacia nosotros)… etc.
En una breve maniobra, el enemigo se sitúa a nuestras espaldas en un callejón sin salida, empujándonos por él. Es aquí cuando apreciamos el sistema de colisiones, tanto en el coche como en el escenario.
El argumento nos sitúa en la mente de nuestro protagonista (en coma).
Pero en cuanto salímos del callejón un coche impacta de forma lateral con nosotros…
… aquí nace el argumento del juego.
Por un lado se nos muestra como Jericho escapa, dejándonos a nosotros en coma, subiendo a una ambulancia. Pero, en la mente del protagonista, aún seguimos vivos en el lugar del accidente, ilesos. El juego narrará así la aventura interior de nuestro herido protagonista, ajeno a su dramática situación, al borde de la muerte.
Es aquí cuando pasamos a probar el modo Shift, incitados por unos curiosos carteles que aparecen en la ciudad (de nuestra mente), dispuestos a guiarnos (que recuerdan a Alan Wake por momentos o detalles). Dicho modo nos permitirá cambiar de un coche a otro a través de una vista cenital. ¿Tenemos un accidente insalvable? ¿Se nos escapa un objetivo? No pasa nada, nos trasladamos a un coche situado donde deseemos con solo pulsar un botón.
De ese modo el protagonista, sorprendido de su nuevo poder (repetimos que cree estar despierto), pasa a usarlo, poniéndose en la piel de un deportivo o de una pesada ambulacia para volver a su coche de nuevo.
Todo esta historia es difícil de explicar con palabras, pero os aseguramos que es fácil de seguir, pero no por ello deja de ser intrigante o interesante. Es alentador ver que algunos aún desean hacer permanecer viejos conceptos en el género, adaptándolos a la actualidad.
Todo esto que os narramos sucedía con continuas cargas al pasar de animaciones (con el motor del juego) a manejar a nuestro personaje, pero estas eras minúsculas, de apenas un par de segundos.
Debido a estar probando el modo Shift descubrimos la primera misión secundaria del juego, al entrar en un coche con un icono encima. La misión consiste en hacer roces, al más puro estilo Burnout, para después hacer saltos o derrapes para impresionar al copiloto.
Y esque, uno de los aspectos más graciosos del juego es la existencia de un argumento o prólogo para cada misión secundaria, pues al trasladarnos a un coche que no es el nuestro, poseemos a la persona que conduce, que puede ser un médico llevando a un paciente al hospitar, un chófer con ganas de impresionar a su jefe, o un par de delincuentes que acaban de cometer un robo.
Esto lleva a situaciones bastante cómicas, tanto por los diálogos, como por la reacción de nuestro copiloto, que “alucina” al ver la recién adquirida maestría del conductor, arrebatándonos una sonrisa. Carisma al juego no le falta, desde luego.
“-¿Pero cómo has hecho eso? ¿Estás poseído o algo?
-Sí, bueno… me lo dicen mucho.”
Jugablemente el juego no da un minuto de respiro, las misiones son constantes, pasamos de ver una animación a jugar a toda velocidad. Lamentablemente, conociendo la generación, esto nos hace preguntarnos cuanto durará el juego, o cuanto tiempo mantendrá el título el nivel de variedad mostrado.
En las secundarias encarnaremos tanto el papel de buenos como el de malos.
Sin ser un simulador si que se acerca más a este estilo que al arcade, a pesar de haber misiones de chocar con rivales. El control es algo tosco, los vehículos derrapan enseguida, son demasiado pesados, e incluso creemos errónea la disposición de los botones. Por ejemplo:
No serán pocos los que cambien de vehículo al correr usando el modo Shift [asignado al botón equis (A en Xbox 360)].El hecho de situar el cambio de cámara en el botón select dificulta su cambio cuando chocar o no depende de nuestra presición o el tener un turbo asignado al boton para correr en títulos como CoD se nos hace demasiado raro.
Las secundarias citadas nos darán puntos como recompensa, para gastar en garajes o vehículos, con sus propias misiones. Todavía no tenemos claro para qué sirve comprar vehículos, dado que podemos usar cualquiera con el modo Shift pero pronto lo descubriremos (pensamos que es para ver esos coches por la ciudad).
De todos modos el hecho de que existan misiones exclusivas, las marcas reales (especial atención al DeLorean DMC) o la impresionante recreación de la ciudad que da nombre al juego, enorme, llena de monumentos o lugares conocidos, harán las delicias de los fans.
El multijugador se convirtió en un verdadero “pique” de medios.
Acabado la prometedora demostración del modo para un jugador echamos el resto de la tarde al multijugador, que despertó (más bien aumentó) las risas o el buen rollo de los asistentes.
Con un único modo de juego disponible, el objetivo era golpear a un vehículo manejado por la consola, para poseer una especia de aura con la que ir sumando puntos. En cuanto uno la conseguía la consola desaparecía del juego. Los jugadores se irían alternando el control de ese aura que nos hacía brillar mientras sumábamos puntos, para llamar la atención de los demás.
Por supuesto lo más divertido era el tráfico, cuando eramos el objetivo con el que chocar para ganar puntos todos los coches que veíamos (no pocos) eran enemigos, dado que gracias al modo Shift, nuestros rivales podían teletransportarse a cualquiera.
Esto provoco choques, atascos, estrategias… diversión por los cuatro costados.
Conclusiones
Driver San Franciso se acerca a las tiendas eclipsado por los retrasos o por el plato fuerte de Xbox 360 para el género, que deslumbra con cada imagen mostrada, pero os aseguramos que el título tiene motivos de sobra para convencer a cualquiera, sea fan o no de la franquicia…
Un apartado técnico sólido como pocos, de notable factura, donde destaca el sonido, nos da paso a una variada historia que no nos da ni un minuto de respiro, proponiendo todo tipo de desafíos con una jugabilidad única, puede que no la más acertada, pero sí distinta, algo difícil de encontrar.
Nos falta saber hasta donde llegará en lo gráfico, su duración o si el modo online se plantea para algo más que un par de partidas las primeras tardes, pero estamos seguros de que, a pesar de eso, el juego no defraudará a nadie.
