La última pantalla consta de tres fases:
1ª Parte baja de la sala. Te van apareciendo oleadas de helghast que has de ir matando. No hay un mejor modo de hacerlo, sino matar y matar. Una vez has acabado con todas las oleadas, creo que 3-4, se abren las puertas laterales de la sala que dan acceso a la parte de arrriba.
2ª Parte de arriba de la sala: Nada mas abrirse las puertas, subes por una de ellas, te vendrá un helghast enseguida, con un cuchillo te lo quitas de encima, luego al fondo hay otros dos más con lanzallamas (uno en tu pasillo y el otro en la otra esquina) Los matas y te vas al centro del balcón. Ahora empezarán a venir otras oleadas de helghast. La primera se quedan abajo y con grandas y ametralladora o lanzagranadas los matas. Te viene una segunda oleada, estarán tb abajo pero subirán dos helghast, así que ojo.
Tercera oleada, otra vez abajo y arriba, pero esta vez suben más helghast y encima de los que llevan capucha que cuesta más matar.
Una vez matas a todos, te viene otra oleada más en la que aparecen tíos con lanzapepos. Has de andar con cuidado para que no te den. Lo mejor es pillar el franco y matarlos uno a uno (a los de los lanzapepos, que se quedan en el balcón de enfrente, pero en cuanto te localizan disparan y suelen apuntar bien, así que cuando t disparen, sal corriendo).
Una vez acabas con los lanzapepos y los pocos tíos que hay abajo, aparece una secuencia cinemática y acabada ésta te aparece creo q otro lanzapepos, no sé si uno o dos y Radec. Acabas con los lanzapepos, esta vez es más fácil porque hay menos enemigos.
3ª Una vez matados, te quedas sólo ante Radec, bueno, tu y tu compañero. Ahí ya es disparar y disparar. Yo lo hice con una escopeta que encuentras en los arsenales de abajo. Radec va apareciendo y desapareciendo, yo con los auriculares por el sonido detectaba por qué zona iba a reaparecer. Cuando desaparece, has de vigilar siempre tu espalda, Radec es muy rastrero. Corre en circulos hacia atras cuando desaparezca y disparale en cuanto aparezca. Yo en algunas ocasiones esperaba a que viniera a por mi con el cuchillo y entonces le atizaba unos disparos en la cabeza.