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Muchos nos consideramos fans de un determinado artista, juego o, por qué no decirlo, personaje de videojuegos. Pero el nivel de algunos va más allá que el de otros. Por ejemplo, Amirul Rizwan Musa, que se ha gastado más de $41.000 en parecerse a Squall Leonhart, el protagonista de Final Fantasy VIII.
El aspecto actual de Amirul, comparado con un artwork de Squall Leonhart
Kotaku nos cuenta la historia de este jóven de 21 años de Malasia, que ya gestiona su propia empresa de cosmética, además de trabajar como modelo. De acuerdo a la historia que él mismo explicó a SCMP, el catalizador original de todo esto fue una varicela que le dejó marcas en la cara. "Estaba obsesionado con personajes de anime y me sentía avergonzado del aspecto que tenía por aquel entonces, así que decidí someterme a cirugía plástica para potenciar mi confianza en mí mismo", explica.
Imágenes del antes y después de Amirul, de Harlan metro
La confianza en uno mismo es muy importante y cada uno debe decidir qué hacer para mejorarla teniendo en cuenta los recursos a su alcance. Ahora bien, que el joven se parezca realmente o no a Squall es algo que queda a opinión de cada uno. Lo importante es que él esté satisfecho con el resultado. Como se suele decir y podría extrapolarse a este caso, ande yo caliente, ríase la gente.
El aspecto actual de Amirul, comparado con un artwork de Squall Leonhart
Kotaku nos cuenta la historia de este jóven de 21 años de Malasia, que ya gestiona su propia empresa de cosmética, además de trabajar como modelo. De acuerdo a la historia que él mismo explicó a SCMP, el catalizador original de todo esto fue una varicela que le dejó marcas en la cara. "Estaba obsesionado con personajes de anime y me sentía avergonzado del aspecto que tenía por aquel entonces, así que decidí someterme a cirugía plástica para potenciar mi confianza en mí mismo", explica.
Imágenes del antes y después de Amirul, de Harlan metro
La confianza en uno mismo es muy importante y cada uno debe decidir qué hacer para mejorarla teniendo en cuenta los recursos a su alcance. Ahora bien, que el joven se parezca realmente o no a Squall es algo que queda a opinión de cada uno. Lo importante es que él esté satisfecho con el resultado. Como se suele decir y podría extrapolarse a este caso, ande yo caliente, ríase la gente.
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