aitor_oi
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- abril 12, 2008
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Después de incontables polémicas y de ser el centro de atención en tantos debates, por fín llega el momento de coger un mando y comprobar por uno mismo las sensaciones que produce uno de los juegos más atención despierta en PS3.
Killzone es un proyecto al que le persigue cierta mala suerte, o al menos una presión innecesaria, producida por un cúmulo de circunstancias. El título original tuvo que cargar con la pesada losa del “Halo Killer, el juego de Sony que plantaría cara al gigante de Bungie -una etiqueta fruto de algún relaciones públicas temerario, o de un periodista con demasiadas ganas de dar lustre a la información, pero que seguramente haría poca gracia a un estudio novato como Guerrilla-. A pesar de que en el lanzamiento fue bastante vapuleado por una parte de los aficionados y algunos críticos, lo cierto es que, sin acercarse a la cuidadosa producción de Halo, Killzone aportaba cosas interesante en las esferas técnica, creativa y mecánica; tenía un potencial que no pasó desapercibidos para algunos.
Sony también debió verlo, incorporando al estudio europeo a su órbita y dándole los recursos necesarios para crear un nuevo proyecto para Playstation 3, apenas una idea difusa de cara al público por aquella época. Nada más se supo de Guerrilla hasta la famosa conferencia previa de Sony en el E3 2005, donde no sólo se desveló que el proyecto en cuestión sería una secuela de Killzone, también se ponía el listón técnico por las nubes, dejando las apuestas al rojo vivo de cara a una incipiente nueva generación de consolas que ahora se encuentra en pleno proceso de maduración.
La historia que sigue es ya muy conocida y no es menester volver a repetirla en detalle: surgieron dudas sobre la legitimidad de los espectaculares vídeos – sobre si realmente se habían mostardo en una PS3-, se confirmó que no fue así, aparecieron críticas feroces y el departamento de prensa de Sony tuvo que pasar por una pequeña pesadilla mediática hasta el pasado E3 2007, cuando una demostración -esta vez en tiempo real- de Killzone 2, devolvía el proyecto a su condición de estrella mediática, y su lugar como uno de los potenciales títulos claves para PS3.
Con todo, la polémica entorno a este título no han cesado y sigue desatando pasiones encontradas, muy evidentes para cualquiera que haga vida forera. Es por ello que una oportunidad de probarlo supone algo verdaderamente especial desde el punto de vista informativo, por lo que una demostración jugable era sin duda uno de los grandes atractivos durante el evento organizado en Londres por SCEE para la prensa europea.
Killzone es un proyecto al que le persigue cierta mala suerte, o al menos una presión innecesaria, producida por un cúmulo de circunstancias. El título original tuvo que cargar con la pesada losa del “Halo Killer, el juego de Sony que plantaría cara al gigante de Bungie -una etiqueta fruto de algún relaciones públicas temerario, o de un periodista con demasiadas ganas de dar lustre a la información, pero que seguramente haría poca gracia a un estudio novato como Guerrilla-. A pesar de que en el lanzamiento fue bastante vapuleado por una parte de los aficionados y algunos críticos, lo cierto es que, sin acercarse a la cuidadosa producción de Halo, Killzone aportaba cosas interesante en las esferas técnica, creativa y mecánica; tenía un potencial que no pasó desapercibidos para algunos.
Sony también debió verlo, incorporando al estudio europeo a su órbita y dándole los recursos necesarios para crear un nuevo proyecto para Playstation 3, apenas una idea difusa de cara al público por aquella época. Nada más se supo de Guerrilla hasta la famosa conferencia previa de Sony en el E3 2005, donde no sólo se desveló que el proyecto en cuestión sería una secuela de Killzone, también se ponía el listón técnico por las nubes, dejando las apuestas al rojo vivo de cara a una incipiente nueva generación de consolas que ahora se encuentra en pleno proceso de maduración.
La historia que sigue es ya muy conocida y no es menester volver a repetirla en detalle: surgieron dudas sobre la legitimidad de los espectaculares vídeos – sobre si realmente se habían mostardo en una PS3-, se confirmó que no fue así, aparecieron críticas feroces y el departamento de prensa de Sony tuvo que pasar por una pequeña pesadilla mediática hasta el pasado E3 2007, cuando una demostración -esta vez en tiempo real- de Killzone 2, devolvía el proyecto a su condición de estrella mediática, y su lugar como uno de los potenciales títulos claves para PS3.
Con todo, la polémica entorno a este título no han cesado y sigue desatando pasiones encontradas, muy evidentes para cualquiera que haga vida forera. Es por ello que una oportunidad de probarlo supone algo verdaderamente especial desde el punto de vista informativo, por lo que una demostración jugable era sin duda uno de los grandes atractivos durante el evento organizado en Londres por SCEE para la prensa europea.
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