Inicialmente iba a titular este post “Miedo al realismo”, pero creo que hablar de rechazo sea quizás más adecuado que hablar sobre miedo. Hace un tiempo publiqué un post titulado “El realismo en los videojuegos no existe”, en el que básicamente hablaba sobre la imposibilidad de una correspondencia total entre una experiencia de juego y la realidad que vivimos.
En efecto, hay títulos que simulan muchas de las acciones que llevamos a cabo a diario de forma cotidiana, como comer, trabajar e ir al baño (caso de ‘Los Sims’, por ejemplo), pero una traslación completa de la realidad a un videojuego no existe ni debe existir. Sería un maldito aburrimiento.
Ahora bien, el realismo, como bien sabemos, tiene varias caras. En el caso del que os hablaba anteriormente nos centramos en el realismo enfocado a la simulación de acciones reales, pero el rechazo hacia el realismo del que os quería hablar se refiere al que se nos transmite de forma visual.
fuente:vidaextra
En efecto, hay títulos que simulan muchas de las acciones que llevamos a cabo a diario de forma cotidiana, como comer, trabajar e ir al baño (caso de ‘Los Sims’, por ejemplo), pero una traslación completa de la realidad a un videojuego no existe ni debe existir. Sería un maldito aburrimiento.
Ahora bien, el realismo, como bien sabemos, tiene varias caras. En el caso del que os hablaba anteriormente nos centramos en el realismo enfocado a la simulación de acciones reales, pero el rechazo hacia el realismo del que os quería hablar se refiere al que se nos transmite de forma visual.
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