Análisis – Alex Kidd in Miracle World DX

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El fallido regreso de una leyenda.
Por José D. Villalobos 24 junio, 2021

El estudio español Jankenteam nos ha traído de regreso a Alex Kidd, un título originalmente lanzado en 1986 para el SEGA Master System que marcó una época en las infancias de los 80 y fue ese contendiente ideado por la compañía para enfrentar el indiscutible éxito de la NES de la mano de Super Mario Bros.

Con un legado ya construido en estos 35 años, el héroe llega a consolas y PC con un Alex Kidd in Miracle World DX, un remake que reimagina al título conforme a las posibilidades técnicas actuales; pero sin la intención de dejar de lado la esencia que lo engrandeció en su día.

Una atmósfera totalmente renovada y las altas cargas de nostalgia, son las cartas de presentación de un título que tenía la misión, primero, de estar a la altura de la original, y luego de mejorar algunas de sus falencias. ¿Lo habrá conseguido? Dentro análisis.

Una apartado visual y sonoro maravilloso.

Lo primero que nos encontramos al iniciar el juego es un apartado artístico que recrea maravillosamente los escenarios del título clásico, añadiéndole detalles a la superficie, entorno y enemigos que no se podían plasmar en los 80; en lo que parece solo una antesala de todas las mejoras que ofrecerá el título.

Ese estilo pixel art moderno, acompañado de una paleta de colores suave le ha sentado muy bien al título, dándole un aire fresco capaz de enamorar a los jugadores de antaño y atraer visualmente a los usuarios nóveles que conocerían al personaje con esta aventura.

El juego no desluce gráficamente en ninguno de sus ambientes; contando con niveles acuáticos con objetos detallados y un mimo a las animaciones de los personajes que dejan en claro la pasión del equipo de desarrollo al crear este apartado.

El clima está bien representado dentro del juego.

Tanto las condiciones climáticas de los exteriores como las mazmorras de los castillos son representadas de forma excelsa y nunca surgen inconvenientes que nos hagan perder de vista al personaje y nos desenfoquen del gameplay.

En cuanto al apartado sonoro, los desarrolladores han apostado por hacerle nuevos arreglos a las piezas originales del título clásico; representando un gran acierto dentro de la experiencia que hace que el título no solo sea vea familiar; sino que también se escuche familiar, fundamental para despertar la nostalgia.

Además, un enorme plus del título es que te permite acceder al modo clásico simplemente dándole a un solo botón; por lo que tienes dos experiencias en una.

Esta decisión creativa es ideal para que todos aquellos que no disfrutaron del título con anterioridad puedan hacerlo mientras conocen su nueva cara; además de que se hará muy útil en ciertas partes del juego por la dificultad que pone el remake.

Sin dudas, los apartados visual y sonoro son de lo mejor que tiene el título, por lejos, pues sí que han logrado representar al Príncipe Alex de una forma moderna que necesitaba para no perderse en el tiempo.

La jugabilidad deja mucho que desear en varios aspectos.

No obstante, todo lo que he destacado anteriormente se ve completamente lastrado por unas deficiencias jugables que no le hacen justicia a los tiempos actuales y perjudican en demasía una experiencia de juego que, si bien está diseñada para ser difícil, se vuelve mucho más complicada por sus imprecisiones.

Lamentablemente, los saltos y movimientos del personaje se sienten toscos y son erráticos por momentos; se convierte en todo un calvario calcular un salto que, a priori, debería ser relativamente sencillo por la inconsistencia del movimiento de Alex.

El mando cuenta con una dosis alta de Input Lag que te impide ser tan preciso como la acción lo requiere; sin mencionar que las físicas de Alex mientras está en el aire son un tanto extrañas, pues te da un margen de maniobra muy escaso y no te permite controlar la caída.

Los segmentos de agua son sumamente complicados, pues Alex se hace aún más difícil de controlar mientras está sumergido, ya que es arrastrado hacia la superficie a medida que se mueve y es muy complicado predecir la intensidad de ese ‘arrastre’ para intentar contrarrestarlo.

La imprecisión de los controles te pide a gritos en muchas ocasiones que te pases al modo clásico; y se nota la diferencia en la consistencia de los movimientos, los saltos y los golpes de Alex, siendo una auténtica rueda de auxilio para las partes más difíciles del juego y, sobre todo, bajo el agua.

Otro aspecto negativo a destacar son las hitboxes de Alex y los enemigos, confusas e incoherentes; dándote una sensación de inseguridad y debilidad mientras avanzas, ya que no logras fiarte del todo de tus movimientos en casi ningún momento, ni saltando ni combatiendo.

Todo este cúmulo de inconvenientes termina lastrando el ritmo de juego del título y convirtiéndolo en una experiencia muy frustrante por momentos, más allá de que sea más accesible porque te da oportunidad de guardar y reiniciar o de tener vidas infinitas y no hacerte regresar al checkpoint cada vez que pierdes todas las vidas.

Un remake quizás demasiado fiel al original.

El juego, en aras de dar nostalgia, mantiene muchas de las bases del original; como la compra de vehículos y objetos entre niveles; los cuales te dan una ayuda a la hora de afrontar un nuevo escenario y te recompensan por haberte arriesgado a recoger monedas por tu trayecto.

El tradicional power-up también está de vuelta, el cual se obtiene al golpear una caja en los niveles; el problema es que de dicha caja puede salir la bonificación o un enemigo invencible que te perseguirá por toda la pantalla hasta que cambies de pantalla o hasta que logre quitarte la vida.

Si bien, este factor se ha quedado en la jugabilidad por mantenerse fiel al original, y es algo totalmente entendible; también es algo que indudablemente se siente injusto, por momentos, y simplemente te motiva a pasar de todas estas cajas y terminar el juego sin haber disfrutado del power-up, pues las vidas valen más que el riesgo.

El Jan ken pon o piedra, papel o tijeras también está de regreso en este remake; y será pan de cada día antes de enfrentar a todos los comandantes. Lógicamente, el azar también juega en esta mecánica y si no logras tener la suerte necesaria perderás vidas simplemente por eso, por no tener suerte.

Afortunadamente, los desarrolladores introdujeron la opción de vidas infinitas que, estoy seguro, ahorrará muchísimas frustraciones. Lo negativo de este modo es que no puede desactivarse una vez haya sido habilitado; así que si solo querías usarlo en un fragmento específico, tendrás que seguirlo usando durante toda la partida.

Eso sí, activar el modo vidas infinitas te priva de obtener algunos trofeos, así que si quieres cazarlos todos; tendrás que jugar sin usarlo.

El diseño de niveles se mantuvo intacto.

Al igual que en el punto anterior, el equipo de Jankenteam decidió no tocar los niveles ya establecidos en el juego original y los recreó sin muchos cambios que afectaran su diseño y el aspecto jugable.

Eso sí, introdujeron nuevos niveles basados en estas mecánicas que no desentonan de la experiencia original y le dan más variabilidad al título, además del modo Boss Rush que te deja enfrentarte consecutivamente a todos los jefes; ambas cosas desbloqueables después de terminar el juego, que dura unas aproximadas dos horas si no te da por explorar a fondo los escenarios.

Sin embargo, la decisión de mantener el diseño de niveles intacto hace que las secciones laberínticas de los castillos se hagan algo tediosas, con mecánicas que lucen anticuadas y que, quizás, de haberlas retocado hubieran dado una mejor sensación al jugador.

Como dije anteriormente, se entiende que hayan apelado a la nostalgia como motor importante para incentivar al jugador; pero quizás atreverse a cambiar algunas decisiones creativas le habría dado ese aire moderno que sí tuvieron los gráficos y el sonido, a la jugabilidad.

Conclusiones.

Alex Kidd in Miracle World DX fue una grandiosa idea sobre el papel, pero que se quedó distante del resultado deseado a la hora de llevarlo a cabo.

Si bien, le da un necesario lavado de cara desde el aspecto gráfico al héroe, el aspecto jugable, lamentablemente, no estuvo a la altura y se siente aún más inconsistente que el original, más allá de las limitaciones técnicas de antaño.

Si eres fan de Alex Kidd, seguramente te alegrará reencontrártelo en estos nuevos lares, pues el sentido nostálgico ha sido bien cuidado por los desarrolladores; pero el juego pierde muchísimo de su encanto si le quitamos ese componente.

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Jugabilidad: 5.5
Gráficos: 8.5
Sonido: 8.5
Satisfacción: 5

Análisis

Alex Kidd in Miracle World DX es un remake que luce espectacularmente bien, pero, lamentablemente no representa el regreso triunfal de este icono de SEGA por las múltiples fallas de su gameplay.

  • Diseño artístico impecable y de gran calidad
  • Banda sonora genial que reimagina las piezas musicales clásicas
  • Los movimientos del personaje se sienten toscos y erráticos
  • La hitbox de Alex y los enemigos es confusa e incoherente.
  • Te permite pasar del modo moderno al clásico con un solo botón
  • El movimiento en los niveles acuáticos no es preciso.