Dragon Quest XI y sus 7 encantos

El JRPG llega hoy a las tiendas japonesas y ha sorprendido por siete razones

Hoy viernes 28 de julio ha salido a la venta en gran parte de Japón el esperado Dragon Quest XI, ha nacido la que es ya la más gigantesca, vistosa y robusta entrega de la veterana saga de Enix, y todavía no tenemos fecha oficial para poder disfrutarla en PS4, Nintendo 3DS y Switch en Occidente. Pero lo que sí hemos hecho es echar un minucioso vistazo a la primera oleada de recepción del majestuoso JRPG en tierras niponas, leer las primeras reviews de distintos medios japoneses, ver gameplays extendidos, repasar foros y comentarios de quienes ya lo están jugando o lo acaban de comprar en aquel territorio, donde Square Enix aquí ha optado por ser tradicional y ha lanzado escalonadamente.

Y, damas y caballeros, se avecina algo tan inmenso como los fans de los Limos y el trazado de Akira Toriyama soñábamos. Dragon Quest XI ha entusiasmado a la prensa y ha encandilado las ventas de primer día de cara a los consumidores, que acaban de meterlo en sus consolas y aún no han soltado demasiada prenda justificable de qué les parece, porque se están viciando. Por eso, porque éste va a ser el juego de rol japonés del año -salvo que Xenoblade Chronicles 2 rompa moldes-, en LaPS4.com os contamos rápidamente los que consideramos 7 puntos esenciales para que lo esperéis con hype, los 7 encantos que solo este videojuego tiene aun viniendo de una serie con más de 30 años a sus espaldas.

Hablar de Dragon Quest y relacionarlo con el poderoso dibujo de Akira Toriyama es ya una obviedad, algo demasiado recurrente. Llevamos muchos años y juegos con este acuerdo de arte y personajes a cargo del ilustrador, pero es que en Dragon Quest XI todo lo que nos maravillaba de que el dibujante de Dragon Ball se ponga al servicio de un JRPG, se lleva mucho más lejos, gracias también a la potencia gráfica de las consolas de hoy y al uso del motor Unreal Engine 4, el mismo que mueve Kingdom Hearts III, también de Square Enix. El estallido de color, líneas curvas perfectas, animaciones con muchísimo carisma y rostros para el recuerdo que dispone la versión de PlayStation 4 es sublime. Pocos juegos son tan bonitos en materia de color y trazos, y en Square saben que apostar por eso al máximo ha sido garantía de éxito e identidad en este capítulo. Otros RPG como Ni No Kuni II: El Renacer de un Reino o el mismo Dragon Quest Heroes II ya han apostado por eso, pero da la sensación de que nunca al nivel detallado, vivo e intensificado quue alcanza este Dragon Quest XI, también bonito pero distinto en Nintendo 3DS.

Además de trazo carismático, el otro soporte para la identidad y las ganas de seguir avanzando en Dragon Quest XI parece que es la narrativa y las relaciones entre personajes bastante bien formados y definidos. La mayoría de comentarios leídos en estas horas alaban el trabajo de Square Enix en sentido de guión y epicidad, con una historia que recuerda a las clásicas pero tienen alicientes y sorpresas novedosas, con cambios de sentido repentinos, con momentos emocionantes que dejan sin aliento, grandes batallas y decisiones morales trascendentes… Este Dragon Quest se presenta como el más maduro y profundo en cuanto a viaje del héroe, o grupo de héroes, con reminiscencias a las odiseas clásicas de la literatura y las grandes gestas personales de los héroes mitológicos. Eso le da, además, un envoltorio de magia y divinidad que lo glorifica en materia de relato rolero, lo que parece que sirve para cautivar a los veteranos al tiempo que se atrapa también a los nuevos jugadores de la marca que la descubren con esta entrega.

Pero un impecable juego de rol que se precie no solo es historia y arte, también debe funcionar al máximo, y sobre todo, en jugabilidad. Hablamos de un videojuego, debe ser divertido de manejar y funcionar en sus interacciones. Y ahí Dragon Quest XI también da un paso adelante respecto a sus predecesores, con el sistema de combates por turnos más avanzados y cargados de opciones que haya visto jamás la serie, lo que adereza de profundidad y estrategia dinámica a todos los enfrentamientos al tiempo que el jugador con el mando en la mano siente que tiene el control total de lo que está ocurriendo en pantalla. Algunos juegos de rol japoneses presentan a menudo este problema, de no sentirse todo lo profundos que podrían, resolverse medianamente con machacar el botón X, o no presentar tantas posibilidades como sus combates deberían. Todas las reviews indican que no es el caso de Dragon Quest XI, sofisticado y que ir aprendiendo con una muy adecuada curva a medida que se le meten horas a sus más de 40 o 50 necesarias para completarlo en primera vuelta rápida.

Además de combate, misiones de la historia, impresionantes jefes finales con mecánicas y debilidades cambiantes, o conversaciones y cinemáticas bien resueltas, un JRPG de peso que se precie debe añadir mucho más material. Vamos ya con todo lo secundario, opcional, actividades, minijuegos, exploración libre y todos los componentes que le pedimos a una superproducción del género en 2017. Dragon Quest XI presenta el mapa más grande jamás visto en la serie, además del más variado en zonas y ambientes, repleto de ciudades y mercaderes con los que comerciar, NPCs pidiendo ayuda, entretenimientos de todo tipo para explorar cada esquina y disfrutar con las pruebas extra, etc. Y prácticamente todo lo que hagamos reporta puntos de experiencia sobre el equipo protagonista, de manera que es muy apetecible y con recompensa dar rienda suelta a esos intervalos en que apetece salirse un poco de la trama central y distraerse o perderse. Dicen lo que ya lo han completado que, cuando se llevan muchas horas, se descubre lo perfectamente hilado e hilvanado que está todo, creándose una experiencia global de juego súper satisfactoria y sorprendentemente rica.

Volvemos a otro de los puntos incondicionales del rol, y que siempre ha marcado bien a la saga Dragon Quest, también: la personalización y el desarrollo de personajes. En este undécimo capítulo numerado Square Enix ha apostado por inflar de objetos de equipo los inventarios y ramificar en todo lo posible los árboles de progreso de los personajes, con habilidades a elegir que marcan unas rutas y otras, de manera que cada jugador sienta que su grupo de protagonistas se ha hecho a sí mismo a su mero antojo y preferencias. Como siempre, habrá que medir entre ataques cuerpo a cuerpo y rudos, ataques a distancia, hechicería y combinaciones o apoyo a los demás, para concebir un escuadrón de héroes equilibrado. Además, una de las buenas noticias que nos llegaba esta misma semana es que no tendrá DLCs ni expansiones, luego todo el contenido está ya incorporado de serie, sin caer como otros en espadas poderosas especiales que se compran con micropagos ni en eso de episodios que no se vivirán todavía pero sí más adelante…

Dragon Quest XI no se olvida de que la saga tiene ya 30 años, ha sido referente en este formato de juegos, y nos ha acompañado a muchos toda la vida. Para contentar a toda esa masa de jugadores asiduos, Square ha apostado también por sobrecargar el nuevo juego de personajes conocidos, referencias, cameos inesperados, guiños, easter eggs y ese tipo de contenido fan service que nunca falla. DQXI viene a ser el tomo definitivo de una novela que se ha ido escribiendo durante estas tres décadas, una obra que sabe que debe mucho a sus precursoras, y que no se corta en otorgar a elementos del pasado el protagonismo que les corresponde y tanto debe agradecer. Digamos que es un capítulo homenaje a 30 años de magia, caballeros, castillos y buen rol por turnos.

Y el apartado anterior se traslada también al terreno sonoro, pues muchísimas de las melodías y efectos de sonido de Dragon Quest XI quieren respetar el legado de la saga, con nuevas covers y reinterpretaciones de temas clásicos y súper icónicos, memorables para los que los hayan escuchado alguna vez y no puedan sacárselos de la cabeza. Ésta es una superproducción en lo jugable y en lo visual, pero también en toda la parte de audio, por lo que el trabajo orquestal, con colaboraciones de compositores clásicos que trabajaron anteriormente en la marca, con adaptaciones de algunos FX, etc. es una gozada. Realmente, tanto para fans como para neófitos, hay un esfuerzo muy remarcable y notable en todo el espectro sonoro de este JRPG que, ya para terminar, por desgracia sigue sin fecha de lanzamiento exacto para Europa y América, aunque esperamos que sea este mismo 2017.