Análisis – Ready or Not
Después de varios años de acceso anticipado y una recepción entusiasta en PC, Ready or Not finalmente aterriza en PlayStation 5, trayendo consigo su propuesta de simulación táctica en primera persona centrada en operaciones policiales de alto riesgo.
Desarrollado por VOID Interactive, este título se presenta como el heredero espiritual de clásicos como S.W.A.T. 4, y aunque ha generado debates por su crudeza temática, llega a la consola de Sony con una mezcla de tensión estratégica, realismo y un ritmo meticulosamente pausado que lo distingue de otros shooters contemporáneos.
Tensión táctica al límite.

Ready or Not no es un shooter convencional, desde el primer minuto, deja claro que el ritmo pausado y la tensión constante son sus pilares.
El título apuesta por una simulación minuciosa de las operaciones tácticas, donde cada movimiento, decisión y disparo puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Además la ausencia de funciones comunes como correr o recargar automáticamente obliga al jugador a actuar con cautela, a inspeccionar sus cargadores y a contar cada bala.
El diseño de misiones es notable: 18 escenarios diferentes, cada uno con una arquitectura cerrada y realista, ponen a prueba no solo la puntería, sino también la planificación. Las incursiones se convierten en auténticos rompecabezas espaciales, donde es imprescindible coordinarse con el equipo, utilizar diversas herramientas tácticas, y priorizar el uso de la fuerza no letal cuando sea posible.
El modo Comandante, la opción para jugar en solitario, permite liderar un escuadrón con distintas habilidades. La IA aliada puede ejecutar ataques por órdenes, flanquear enemigos o cubrir puertas, aunque su comportamiento puede ser errático en momentos clave. Además, incorpora una mecánica de moral que refleja el impacto emocional de las operaciones: los agentes pueden estresarse si ven morir compañeros o civiles, lo que afecta su rendimiento.

En cuanto al sistema de personalización, lejos de ofrecer opciones puramente estéticas, el juego permite modificar chalecos, cascos, armas, miras, empuñaduras, tipos de munición y herramientas tácticas como granadas aturdidoras o armas de beanbags.
Esta flexibilidad se convierte en una herramienta esencial: elegir mal puede ser fatal, pero una configuración inteligente puede inclinar la balanza incluso en los enfrentamientos más tensos. Además, cada modificación tiene un impacto real en el rendimiento y manejo del armamento.
Por ejemplo, añadir un supresor reduce el ruido pero disminuye el daño efectivo, mientras que optar por miras holográficas mejora la precisión a corta distancia a costa de visión periférica. Aunque la personalización visual del personaje es limitada en la versión de PS5, la variedad táctica sigue siendo robusta y responde con fidelidad a las exigencias de cada operación.

En general, la preparación previa y decisiones tácticas son claves para una misión exitosa, ya que la falta de reabastecimiento en medio de una misión y la posibilidad de morir de pocos disparos convierten cada encuentro en un ejercicio de precisión y paciencia.

Inmersión visual entre luces y sombras.
Visualmente, Ready or Not impacta por su nivel de detalle y fidelidad ambiental. Cada mapa está repleto de elementos que cuentan una historia: casas destruidas, moteles infestados de criminales, bares clandestinos y oficinas caóticas reflejan la crudeza de los lugares intervenidos. El diseño de interiores es meticuloso, con objetos cotidianos que dan una sensación de verosimilitud apabullante, eso sí, no hay cinemáticas, pero el entorno narra todo lo necesario.

Por otro lado, la iluminación juega un papel esencial en la ambientación, creando sombras densas que aumentan la tensión y obligan al uso de linternas o visores nocturnos. Aunque no es un juego que apueste por el fotorrealismo absoluto, logra un estilo visual sobrio y funcional que potencia la inmersión.
Un paisaje auditivo de alto riesgo.
La atmósfera auditiva de Ready or Not es uno de sus mayores logros, ya que cada disparo, grito, puerta golpeada o susurro al otro lado de una pared aporta a la tensión creciente de cada misión. Las armas suenan potentes y peligrosas; no hay música de fondo artificial que reste seriedad, solo el eco de pasos, órdenes gritadas y los lamentos de rehenes o sospechosos.

Las instrucciones previas a cada misión están bien redactadas y dobladas, ofreciendo indicaciones clave sobre qué equipamiento llevar o qué tipo de resistencia esperar. El resultado es un diseño sonoro que refuerza la narrativa implícita, haciendo que el jugador se sienta parte de una verdadera operación policial.
Tensión táctica con concesiones.
Ready or Not logra ofrecer una experiencia única en consolas, algo poco común en un género tan ligado al ecosistema de PC, donde cada misión transmite una tensión genuina, donde la planificación, la comunicación y la calma bajo presión se vuelven vitales. En PS5, el uso del DualSense aporta un nivel adicional de inmersión con la retroalimentación háptica y los gatillos adaptativos, elevando la sensación de realismo durante los tiroteos y las entradas tácticas.
Sin embargo, no todo es impecable, debido a que la censura aplicada para cumplir con las políticas de Sony ha suavizado ciertos contenidos del juego, modificando misiones sensibles, referencias explícitas y algunos elementos visuales asociados a temáticas controversiales.
Si bien esto no arruina la experiencia central, sí altera la intención original de los desarrolladores y puede dejar la sensación de tener una versión menos cruda y directa que la disponible en PC.
Aún así, para quienes busquen tensión táctica más que una representación sin filtros de situaciones extremas, la versión de PS5 sigue siendo notable.
Conclusión.
El salto de Ready or Not a PlayStation 5 representa un hito importante tanto para el estudio como para los aficionados al género de simuladores tácticos. Pese a las limitaciones que implica su publicación en consola, el juego mantiene su esencia: una experiencia pausada, meticulosa y brutalmente exigente.
Su diseño centrado en la cooperación y el realismo lo convierte en una opción imprescindible para quienes buscan algo más cerebral y atmosférico dentro del género shooter. Con amigos o con la IA como respaldo, esta versión de consola logra acercar a un nuevo público a uno de los títulos tácticos más tensos y auténticos de la última década.
Por: Christian González (@ForasteroMG)