Análisis – DOOM: The Dark Ages

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El origen de la leyenda de Doom Slayer.
Por José D. Villalobos 19 mayo, 2025

DOOM es junto a Wolfenstein 3D, uno de los padres de los First Person Shooters, ambas sagas míticas creadas por ID Software en 1993 y 1992 respectivamente. Su lanzamiento fue toda una revolución al crear las bases del género, e incluso muchas polémicas por su extrema violencia o en el caso de DOOM la temática sobre matar demonios en el infierno. DOOM tuvo una secuela un año después, varias entregas creadas por otros estudios, y en 2004, Doom 3, un juego que reinició la historia y a su vez cambió demasiado respecto a los originales, lo que hizo que la saga quedara pausada durante tiempo indefinido salvo por relanzamientos y expansiones.

En 2014 regresó Wolfenstein, esta vez de manos de MachineGames en lugar de sus creadores originales, ID Software, creando un reinicio y nueva saga que duraría de 2014 a 2019, de momento. Mientras tanto, la propia Id Software se encargaría de devolver a la vida su otra gran saga, DOOM, mediante el lanzamiento en 2016 de DOOM, reboot de la saga, y tras su buena acogida en 2020 repitieron con Doom Eternal, su secuela. Ahora en 2025 nos llega la tercera parte de esta trilogía, que en este caso se trata de una precuela que narrará el origen de Doom Slayer antes de acabar en el infierno.

La historia de Doom Slayer.

El juego desde el inicio tendrá un enfoque más narrativo que el resto de la saga, con escenas de varios minutos que nos irán explicando la guerra entre humanos y demonios y el uso de Doom Slayer como arma secreta controlada. Aunque este peso narrativo se notará más al comienzo del juego, después la jugabilidad irá tomando mayor protagonismo y habrá varias fases donde no habrá ni una cinemática entre ellos, hasta los compases finales, así que, aunque la historia sea más importante, el juego no girará solo en ella y por lo general solo ocurrirá en escenas cinemáticas omitibles, por lo que nunca afectarán al ritmo de la partida si nos centramos en ella ignorando la historia.

Es cierto que la historia hasta cierto punto es interesante, sin llegar a ser algo que nos vaya a dejar marca por su complejidad, siempre viene bien darle un buen contexto a nuestra lucha contra los demonios, aunque el juego funcionase igual de bien sin ella, si no molesta, siempre suma.

Infierno medieval.

Doom The Dark Ages apuesta por una ambientación más oscura y medieval, con variedad de escenarios más grises, con castillos, estructuras con diseños góticos. Zonas nubladas, de bosque, y generalmente alejados del rojo infernal que caracteriza a la saga, aunque a veces volveremos a los escenarios infernales de siempre, sí que se aprecia una variedad de escenarios y ambientación, pudiendo ver zonas más luminosas, abiertas y por el aire, zonas bajo tierra y bajo agua, infierno, castillos, campos de batalla, etc. En ese aspecto el juego luce muy variado y con un sobresaliente apartado artístico.

El diseño de Doom Slayer, sus aliados y enemigos también es del todo variopinto, rediseñando enemigos clásicos con un enfoque también más medieval que en los otros juegos de Doom. Todo adaptado a la nueva ambientación, incluido el diseño de Doom Slayer, con su capa de pelo, escudo y armadura. Gráficamente el juego, aunque rinde en estables 60 fps, cosa que debe ir de la mano del combate frenético que vamos a tener durante gran parte del juego. Sí que desgraciadamente se ve algo borroso o falto de definición en PS5 normal, sin mejoras para PS5 Pro más allá de las que proporciona la propia consola.

Sin opción habitual de potenciar rendimiento o calidad, habiendo solo una opción que siempre se sentirá algo borrosa. Además, no habrá opción para poder eliminar el granulado, lo que reduce las opciones de accesibilidad y visualmente puede ser molesto a quien prefiera una imagen más limpia.

Destrucción con escudo y maza.

No solo el juego será más medieval, Doom Slayer contará con armas adaptadas para la ocasión, y aunque contaremos con lanzagranadas, lanzallamas, la escopeta de combate y la superescopeta, tendremos armas como el cañón de bala encadenada, el mangual y la maza del terror, todas ellas con mejoras desbloqueables y en algunos casos con efectos elegibles entre dos opciones. Pero sin duda el y que cambiará la forma de jugar al juego será el escudo.

El escudo será el elemento más importante del juego y con diferencia, ya que cambiará completamente la forma de jugar a DOOM: The Dark Ages respecto a los juegos anteriores. Aquí el escudo tendrá múltiples funciones, empezando por unas embestidas que nos ayudarán a romper muros y descubrir zonas secretas, además de lanzarse a dañar a enemigos desde una distancia mayor a 10 metros, para luego combinar con golpes cuerpo a cuerpo.

Otra función del escudo será la de poder lanzarlo, tanto para golpear a una serie de enemigos débiles y destrozarlos al instante, como para clavarse en enemigos grandes de forma que queden aturdidos para poder golpearles con la defensa baja. Pero además podremos lanzarlo para activar mecanismos en puzles que ayudarán a abrir puertas, e incluso pegarlo a unos cuerpos verdes que nos ayudarán a impulsarnos a nuevas superficies.

Pero su función más destacable y a su vez polémica es el rechazo o parry. El escudo se podrá utilizar también para defendernos, parando el daño hasta agotar una barra de resistencia y quedar indispuesto temporalmente, pero si pulsamos el botón de defendernos en el instante en el que recibimos un golpe de aura verde, podremos rechazarlo, reducir todo el daño sin deteriorar el escudo y debilitar a los enemigos, dependiendo de una serie de mejoras y runas que activemos, el efecto puede pasar por electrocutar en área, desplegar una metralleta temporalmente, lanzar dagas, etc.

Todo ello desbloqueable y elegible desde el menú de mejoras. Así, a falta de poder realizar esquives, nuestra opción en este juego será realizar estos contragolpes, configurables en el menú de Accesibilidad para quienes tengan peores reflejos, para poder salir airoso de cada combate, diferenciando los golpes imparables rojos de los golpes rechazables verdes, a veces tomará elementos Shoot’em up donde los enemigos nos lanzan varias orbes o ataques a distancia, varios rojos y uno verde, y tendremos que movernos esquivando las ropas para rechazar las verdes.

Un diseño de nivel más amplio y pausado.

Doom: The Dark Ages seguirá ofreciendo en muchos tramos un combate rápido y frenético contra grandes oleadas de enemigos, donde tendremos que actuar y pensar rápido, rechazar ataques continuamente y golpear enemigos cuerpo a cuerpo y a distancia mientras recuperamos munición por golpes cuerpo a cuerpo y salud derrotando enemigos menores, generalmente en zonas destinadas al combate. Fuera de esas zonas con enemigos y oleadas, el juego nos dará un ritmo más pausado que se centrará en explorar.

Habrá muchas zonas sin enemigos en las que la jugabilidad principal consistirá en buscar secretos o resolver algún puzle, no demasiado complejo, pero que bajará el ritmo creando un contraste con el caos del combate. Todo esto acompañado de un mapa que podremos activar rápidamente y que nos mostrará la zona con todo tipo de detalle, facilitando encontrar los secretos.

El juego irá alternando entre diferentes zonas, algunas más lineales y otras más amplias. En las lineales el camino será bastante guiado y los secretos pueden ser una pared que se rompe, un pasillo hacia el lado opuesto, una caja a empujar… en el caso de las zonas amplias se nos repartirán los objetivos principales entre varias zonas a las que podemos elegir ir en el orden que prefiramos y los secretos serán zonas del entorno como cuevas o caminos ocultos bajo un precipicio, o estatuas a romper. Habrá bastantes niveles tanto de una forma como de otra.

Por último, tendremos dos tipos de niveles donde iremos en un caso sobre un robot mecha gigante controlado por Doom Slayer, básicamente un Doom Slayer gigante con el que atacar a los enemigos a puñetazos. Son niveles muy cortos y guiados, además de ser solamente tres niveles, quedando como algo anecdótico. Los otros niveles serán a bordo de Serrat, el mecadragón del Slayer, que nos llevará volando por escenarios tanto lineales de vuelo como en zonas abiertas similares a las anteriormente mencionadas, en este caso destruyendo barcos voladores y enemigos para desbloquear zonas de aterrizaje a explorar en zonas semiabiertas, encontrando los secretos en enemigos escondidos que revelan sus propias zonas de aterrizaje.

Todas estas alternativas al combate crean cierto problema a quienes busquen el frenetismo de los juegos anteriores, ya que el ritmo será más lento y pausado y los combates solo serán una parte menor y no el centro de todo, renunciando en parte a la esencia de lo que viene a ser Doom en busca de algo más complejo y largo en lo jugable.

Doom al ritmo del silencio.

El juego contará con un buen doblaje al castellano y buenas melodías de ambientación para los momentos de tensión y narrativos, y buenos efectos en combate entre parrys, explosiones, disparos, y ataques, además de algún tema potente durante los combates más importantes, aunque encontraremos un grandísimo problema con la música del juego. Es sabido que Mick Gordon, el compositor de los dos juegos anteriores de Doom, dejó de colaborar con Bethesda en Doom Eternal tras lograr una fusión perfecta entre sus composiciones y el frenético combate, quedando como una OST para el recuerdo. Por dicho desencuentro, en esta ocasión no se contará con sus composiciones, lo cual ya es una grandísima perdida, pero además se hace más notorio cuando durante The Dark Ages encontraremos momentos donde directamente la música ni existe.

En este juego la música está ausente durante gran parte del juego, si no hay enemigos en pantalla será habitual explorar acompañados únicamente por el sonido de nuestras pisadas y del entorno, sin llegar a sonar nada de música. Entonces al acercarnos a enemigos empezarán a sonar unos riffs que nos harán de introducción a una explosión musical que no termina de llegar salvo en ocasiones muy concretas donde habrá tantos enemigos en pantalla que será casi imposible pararse a apreciar la música entre tanto tiroteo, golpe, parry y movimiento.

Por lo tanto, aquí va el peor punto del juego y seguramente de la saga, ya que tanto los juegos originales de 1993 y 1994 como Doom de 2016 y Eternal, combinaban de forma perfecta el combate rápido y lleno de caos con unas composiciones pesadas, intensas y tan rápidas como el propio combate, enamorando a millones de fans. Aquí por contra habrá tanto silencio y temas simples que la decepción es palpable, sintiendo que traicionamos a las exigencias musicales que nos impone llevar el nombre de Doom.

Un Doom arriesgado y diferente.

Doom The Dark Ages es un juego que podríamos definir como arriesgado, ya que renuncian a gran parte del encanto de un Doom para experimentar cosas diferentes, que no mejores. Más exploración, atención a las parrys, zonas lentas donde no habrá combate y simplemente tendremos que volar, nadar o resolver puzles, que a muchos podrá gustar y a otros desencantar. El sistema de combate sí que lo considero sobresaliente, cuando toca combatir todo se desarrolla con una precisión y velocidad esperable, pudiendo enlazar las parrys, los golpes cuerpo a cuerpo, los disparos, saltos, creando esa sensación de disfrute que solo Doom sabe darnos.

Sin duda, sigue siendo el rey en lo suyo, aunque esta vez nos fuerce a aprender a rechazar ataques, cuando aprendemos es completamente satisfactorio, aceptando el que iba a ser su cambio más radical. Las zonas en mecha o mecadragón no serán tan buenas, con un movimiento más tosco y lento, además de no contar con una profundidad mayor que atacar o esquivar mientras fijamos al objetivo.

La exploración tampoco tendrá un ritmo alto por lo que mucha gente puede encontrarlo más aburrido a la vez que otra gente si podrá disfrutar de desviarse y no pasarse continuamente luchando. Sin duda otro apartado divisivo.

Donde no hay defensa posible es en el tema gráfico y sonoro, y aunque gráficamente el sobresaliente apartado artístico nos puede dejar impresionados en bastantes ocasiones, a veces el juego se verá borroso y con un exagerado granulado imposible de quitar o suavizar, y hará que no pueda ser una experiencia visual perfecta. En lo musical será donde peor resultará la experiencia con sus continuos silencios o temas que nunca terminan de romper salvo en situaciones muy concretas.

Un último apunte es que este juego, a diferencia de los dos anteriores, renuncia a tener modo online, centrándose al 100% en la trama principal, por eso será más larga y variada, pero a su vez nos deja sin nada para jugar una vez terminado. En este caso quizá un modo Desafío, oleadas, hordas o algo que nos permita exprimir este excelente sistema de combate de forma totalmente rejugable hubiera sido la alternativa perfecta al modo online.

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Jugabilidad: 9.2
Gráficos: 8.4
Sonido: 6.5
Satisfacción: 8.7

Análisis

Doom: The Dark Ages es un videojuego que creará división entre los fans. Con un ritmo más lento y la obligación de dominar las parrys, es un juego que si te gusta puede ser muy disfrutable, pero que si buscas lo mismo que en Doom Eternal puedes encontrar una barrera que te impida disfrutarlo. En lo musical encontramos la entrega más floja.

  • El combate sigue siendo tan preciso como rápido a pesar de los cambios
  • El escudo y todas sus posibilidades tanto en combate como para realizar puzles
  • La trama tiene mayor peso sin condicionar la jugabilidad
  • Los niveles son variados entre lineales, amplios, sobre el Mecha o el Mecadragón
  • La ambientación gótica medieval de los escenarios
  • El bajón de la música respecto a los Doom anteriores y sus partes sin música
  • El mecha y Mecadragón no tienen la misma profundidad o complejidad de combate
  • A veces al explorar el ritmo decae demasiado para ser un Doom
  • Se echa en falta algún modo extra que añada rejugabilidad a falta de modo online