Bueno, antes de postearlo, solo recordaros que aún las reformas no están hechas, asique no me repitais los fallos que ya me dijisteis ayer, porfavor. si veis alguno nuevo, entonces si, jeje. Enga, ahi os lo dejo.
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Capítulo 2: Recuerdos
Después del primer contacto con las fuerzas de Rayji, me fuí a descansar, y a pensar que hacer al día siguiente. Tenía claro que debía vengar a mi clan, y a toda mi aldea. Pero necesitaba saber como. Me acosté en la hierba, en un bosque. Allí dormí aquella noche, después de darle muchas vueltas al asunto sin sacar nada en limpio. Me dormí, y tuve un sueño que nunca olvidaré.
Tenía 5 años, y corría alegremente por las calles de Hiroaki junto a mis hermanos, compitiendo por ver quien llegaba antes a comer. Mi madre era una excelente cocinera. Aquel día, había sukiyaki de comida. Era la especialidad de mi madre. Nadie en toda la aldea podía hacer un sukiyaki de mejor calidad. Mi padre estaba adiestrando a sus pupilos, en el jardín trasero de la casa. Era el mejor guerrero de la aldea, mientras mi madre era experta en curar heridas, y también era la mejor de su categoría. Si, nací en el seno de una familia poderosa. Pero eso no es ninguna garantía. Si quieres destacar, no vale con ser el hijo del mejor, tienes que esforzarte por superar a todo el mundo. Mi padre me lo recordaba casi todos los días.
Aquel día, yo y mis hermanos, después de comer, fuimos a jugar a la montaña del dragón. Estabamos muy cansados al llegar, y nos echamos a dormir un rato. A las dos horas, nos despertó un gran ruido. Era el cuerno de mi padre, que llamaba a las armas a todos sus soldados. Entonces vimos caer la puerta de la aldea, y no se nos ocurrió otra cosa que correr con nuestros padres. Corrimos todo lo que pudimos, pero cuando llegamos... todo mi clan había desaparecido, y muca otra gente vagaba por las calles moribundas. Pero lograron sobrevivir, y con el paso del tiempo, llegaron a ser los mismos de siempre. Pero toda mi familia había muerto. Toda mi familia excepto mis hermanos. Corrimos a casa, y nos arrodillamos ante el cuerpo de nuestra madre, quien había muerto atravesada por una espada, justo por el corazón. Mi padre yacía sobre la hierba del jardín, junto a algunos de sus hombres. Los atacantes buscaban algo en nuestra casa. Supuse que buscaban a Kirimaru, pero mi padre no la usaba para luchar, y la tenía siempre a buen recaudo en el sótano.
Estábamos aún llorando por la muerte de nuestra familia, cuando de repente, un kunai atravesó la cabeza de mi hermano mayor, Horiuchi. Éste cayó muerto, y Kasawa (mi hermano menor) y yo corrimos al interior de la casa. Estábamos muy asustados. Nos escondimos bajo la cama, y vimos horrorizados como una figura se adentraba en la casa. Se acercó a la cama, como si nos hubiese visto escondernos (en realidad, lo había hecho). Nos cogió, y atravesó con su arma a mi hermano. Lo tiró al suelo, y me cogió a mi. Yo trataba de contener las lágrimas, pues mi padre me había dicho que nunca se le debe mostrar tu miedo a un enemigo.
Me creía muerto. Pero entonces, preguntó:
-Bien, mocoso. Te daré la satisfacción de decirte el nombre del asesino de tus padres. Si, él mató a tu padre, el gran guerrero de Hiroaki. Él se llama Moonshadow, y ya ves que solo somos dos soldados del ejército de Rayji. Ahora, tú me vas a decir tu nombre.
-No lo recuerdo -contesté-.
-Muy bien, te haces el graciosillo conmigo, ¿eh? Vale, última oportunidad. ¿Dónde diablos está Kirimaru?
No sabía que responder. Sabía que no debía decirselo, pero temía la muerte. Al final, viendo a mis hermanos en el suelo, decidí correr su misma suerte.
-Nunca te lo diré, ¡sucio perro rastrero!
-Bien... has elegido la muerte.
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PD: los más exigentes me vereis un fallo, que en realidad no lo es, si me lo decís ya os explico,
espero que os guste, aunque siga sin corregir
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Capítulo 2: Recuerdos
Después del primer contacto con las fuerzas de Rayji, me fuí a descansar, y a pensar que hacer al día siguiente. Tenía claro que debía vengar a mi clan, y a toda mi aldea. Pero necesitaba saber como. Me acosté en la hierba, en un bosque. Allí dormí aquella noche, después de darle muchas vueltas al asunto sin sacar nada en limpio. Me dormí, y tuve un sueño que nunca olvidaré.
Tenía 5 años, y corría alegremente por las calles de Hiroaki junto a mis hermanos, compitiendo por ver quien llegaba antes a comer. Mi madre era una excelente cocinera. Aquel día, había sukiyaki de comida. Era la especialidad de mi madre. Nadie en toda la aldea podía hacer un sukiyaki de mejor calidad. Mi padre estaba adiestrando a sus pupilos, en el jardín trasero de la casa. Era el mejor guerrero de la aldea, mientras mi madre era experta en curar heridas, y también era la mejor de su categoría. Si, nací en el seno de una familia poderosa. Pero eso no es ninguna garantía. Si quieres destacar, no vale con ser el hijo del mejor, tienes que esforzarte por superar a todo el mundo. Mi padre me lo recordaba casi todos los días.
Aquel día, yo y mis hermanos, después de comer, fuimos a jugar a la montaña del dragón. Estabamos muy cansados al llegar, y nos echamos a dormir un rato. A las dos horas, nos despertó un gran ruido. Era el cuerno de mi padre, que llamaba a las armas a todos sus soldados. Entonces vimos caer la puerta de la aldea, y no se nos ocurrió otra cosa que correr con nuestros padres. Corrimos todo lo que pudimos, pero cuando llegamos... todo mi clan había desaparecido, y muca otra gente vagaba por las calles moribundas. Pero lograron sobrevivir, y con el paso del tiempo, llegaron a ser los mismos de siempre. Pero toda mi familia había muerto. Toda mi familia excepto mis hermanos. Corrimos a casa, y nos arrodillamos ante el cuerpo de nuestra madre, quien había muerto atravesada por una espada, justo por el corazón. Mi padre yacía sobre la hierba del jardín, junto a algunos de sus hombres. Los atacantes buscaban algo en nuestra casa. Supuse que buscaban a Kirimaru, pero mi padre no la usaba para luchar, y la tenía siempre a buen recaudo en el sótano.
Estábamos aún llorando por la muerte de nuestra familia, cuando de repente, un kunai atravesó la cabeza de mi hermano mayor, Horiuchi. Éste cayó muerto, y Kasawa (mi hermano menor) y yo corrimos al interior de la casa. Estábamos muy asustados. Nos escondimos bajo la cama, y vimos horrorizados como una figura se adentraba en la casa. Se acercó a la cama, como si nos hubiese visto escondernos (en realidad, lo había hecho). Nos cogió, y atravesó con su arma a mi hermano. Lo tiró al suelo, y me cogió a mi. Yo trataba de contener las lágrimas, pues mi padre me había dicho que nunca se le debe mostrar tu miedo a un enemigo.
Me creía muerto. Pero entonces, preguntó:
-Bien, mocoso. Te daré la satisfacción de decirte el nombre del asesino de tus padres. Si, él mató a tu padre, el gran guerrero de Hiroaki. Él se llama Moonshadow, y ya ves que solo somos dos soldados del ejército de Rayji. Ahora, tú me vas a decir tu nombre.
-No lo recuerdo -contesté-.
-Muy bien, te haces el graciosillo conmigo, ¿eh? Vale, última oportunidad. ¿Dónde diablos está Kirimaru?
No sabía que responder. Sabía que no debía decirselo, pero temía la muerte. Al final, viendo a mis hermanos en el suelo, decidí correr su misma suerte.
-Nunca te lo diré, ¡sucio perro rastrero!
-Bien... has elegido la muerte.
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PD: los más exigentes me vereis un fallo, que en realidad no lo es, si me lo decís ya os explico,
espero que os guste, aunque siga sin corregir