Transcurso de la historia (SPOILER)
He aquí la conclusión del tercer capítulo y de la historia central.
Después de hablar por teléfono con su padre,
Heather escapa del acoso de un detective privado llamado
Douglas, que le sigue por el pasillo porque alguien le ha contratado para encontrarla (posteriormente nos enteramos de que fue la secta de Silent Hill, en concreto Claudia). Heather entra en el lavabo del centro comercial, que representa un punto de inflexión por el cual Heather entra a la pesadilla de Silent Hill.
Lo primero que cabe señalar es el encuentro de Heather con el primer enemigo, en una de las tiendas del centro comercial. La influencia de Samael es ahora potente, y así el feto de dentro de Heather ha creado los monstruos que pueblan el lugar en base a sus memorias reprimidas, o mejor dicho, las de Alessa, la chica que creaba el mundo de pesadilla en la primera entrega de la saga. En esta ocasión, el ser tiene semblanzas a una forma fálica, sobre todo en la forma de sus brazos, que son además su arma. Las referencias a las formas fálicas y los temas de sexualidad y maternidad, así como los de dualidad, tienen gran influencia en el universo de Silent Hill 3.
Así empieza el viaje al subconsciente de Heather, que poco a poco comenzará a recordar su verdadera naturaleza como hija de un ritual prohibido de hace casi 17 años.
Ya de vuelta en el centro comercial nos encontramos con
Claudia, una mujer extraña de aspecto inquietante y que parece hablar como una lunática, hablando de un paraíso, de un Dios y una frase que nos pone los pelos de punta “Recuérdame, y a tu auténtico yo también, y en lo que debes convertirte. En la que nos conducirá al paraíso con las manos manchadas de sangre…”
Pero, ¿Quién es Claudia? Ella tiene como objetivo atrapar a Heather en Silent Hill, y para ello debe comenzar por hacer que el feto que reside dentro de la chica gane poder mediante el dolor y el recuerdo, la reafirmación de la identidad de Heather como Alessa. Tras la charla, y dejar a Heather más perdida aún; Claudia.
Al tomar el ascensor que lleva a otro piso del centro comercial, Heather aprecia un cambio en el mundo, a la vez que vemos a un extraño demonio (Valtiel) dar vueltas a unas ruedas que parecen ser para abrir un conducto de agua que deja fluir algo: el poder de Samael dentro de ella comienza a despertarse, y este poder le da control absoluto sobre la realidad, arrastrado a Heather al mundo de horror del que tenemos que huir.
Así pues, mediante este poder consigue inspirar más recuerdos a Heather, y así más sufrimiento: vemos en uno de los escaparates un televisor con imágenes de Cheryl gritando tal y como lo vimos con Harry en la primera entrega.
Tras el centro comercial llegaremos al metro después de una discusión con Douglas. El metro es el descenso, la representación defintiva de su descenso al infierno. Así como en Silent Hill 2 James recorría un bosque, aquí Heather inicia un simbólico descenso que culminará cuando llegue a su casa, donde hallará muerto a su padre, asesinado por un miembro de la secta de Silent Hill. Llegamos así a un punto clave en la historia: Heather ya no desea huir del infierno, Heather ha visto el cuerpo sin vida de su padre y ahora no desea otra cosa que vengarse destruyendo a Claudia, que envió a su sicario a acabar con la vida de Harry Mason. Heahter es ahora un espíritu vengativo, dispuesta a volver al infierno del que había logrado huir para destruir a Claudia.
Tras la muerte de Harry, el objetivo de Claudia se ha cumplido: el dolor y el sufrimiento que siente Heather llevará al nacimiento del Dios en Silent Hill. El siguiente recorrido será el hospital, un lugar de desesperación, nacimiento y muerte: es en el hospital donde se dan a luz los niños y donde mueren los enfermos y heridos, es en el hospital donde llegan los enfermos mentales. El hospital de Brookheaven no tiene solamente a Heather en él, sino también a Leonard Wolf (es el padre de Claudia, encerrado allí para evitar que interfiera con los planes del culto) y Stanley Coleman (un loco, un hombre de voz aguda y psicópata con una obsesión por perseguir a las mujeres, que desarrolla su locura teniendo a Heather como objeto, dejando a su paso notas algo psicóticas acompañadas de pequeñas muñequitas que, pese a que a Heather le gustan al principio, llegan a repugnarle tras leer las cartas).
Tras llegar al lugar donde Leonard supuestamente va a ser liberado, ambos se encuentran con una desagradable sorpresa: Leonard descubre que Heather no cree en el paraíso, y Heather descubre que Leonard ha sido transformado en un monstruo humanoide de personalidad psicópata. Leonard quería parar a Claudia, lo que explicaría que tuviese con él el sello de Metatrón (el dios opuesto a Samael). La razón, según el propio Leonard, es que Claudia desea la salvación de la humanidad tras la creación del Paraíso y la resurrección de Dios. Leonard desea únicamente la salvación de algunos elegidos.
Tras unas cuantas escenas en las que queda patente la hipocresía del parroco de la secta,
Vincent, jugando a dos bandas, Heather llega al parque de atracciones. Aquí vemos como Heather es atacada por su alter-ego, una mujer monstruosa ensangrentada con un cuchillo, de forma parecida a como se apareciese. Esta memoria de Alessa representa a Heather siendo capaz de reconocer su papel en toda la locura que azota Silent Hill, siendo capaz al fin de combatir a su propio subconsciente. Cabe destacar la atracción de la casa de los horrores, simplemente acojonante XD.
Finalmente Heather llega a la capilla donde se dispone a enfrentarse a Claudia de una vez por todas. Pero antes del enfrentamiento, ocurren varios hechos. El primero es la escena de la confesión en la capilla: una mujer se encuentra en un confesionario, y al otro lado está Heather. Habla acerca de un malvado acto de venganza, de haber acabado con la vida de una chica y pidiendo que el alma de su hija descanse. Posiblemente se trate del espíritu de un seguidor del culto, o quizás de una artimaña de Samael para hacer sufrir a Heather y ganar más poder. Sea como sea, nos dejan elegir si perdonarla o no: ambas opciones son malas, una sería perdonar el pecado y justificar que sus acciones malvadas sean aceptadas, la otra es condenarla al sufrimiento.
Además, perdonarla sería una acción de hipocresía, pues Heather está allí por venganza. El segundo hecho es la conversación con Vicent, donde por un momento insinúa que los monstruos de Silent Hill no son tales y reconoce haber usado a Heather para sus planes. También encontramos una cinta de cassette, donde veremos que el sello de Metatron debe ser algo parecido al Flauros del primer juego: algo que impide la resurrección de Dios.
El enfrentamiento final con Claudia ocurre tras la muerte de Vincent a manos de la hermana del culto. Heather está a punto de dar a luz al Dios, a punto de ser poseída por Samael. De atacar a Claudia llevada por el odio, Heather será poseída y habremos acabado la aventura. Sin embargo, si abre el colgante que le dio su padre y toma la pastilla de dentro, un comprimido de Aglophotis podrá impedir el parto y expulsar al feto, consumido por Claudia, que perderá su estado de ser humano para convertirse en un falso Dios, todavía débil. De esta manera Heather, repitiendo los pasos de su padre diecisiete años antes, matará a Samael.
Tras esto vemos a una Heather destrozada, que se da cuenta de que la venganza ha sido completamente inútil, que su padre no va a volver nunca, y que rompe a llorar desconsoladamente.
En la otra escena Heather ya está fuera de la capilla, de nuevo en el centro comercial (esta vez en el del mundo real) donde se encuentra con el detective Douglas, ante quien tras gastarle “una broma”, admite su verdera identidad como Cheryl/Alessa.
Finalmente solo comentar que si tienes una PS3 retrocompatible, y no has probado este juego, lo recomiendo al 100%, sobre todo con pantallas HD, pues realiza un escalado perfecto, lo que unido a poder jugarlo en NTCS hace que luzca impresionante.