Algún día conseguirás un platino, y cuando eso ocurra, y aunque el sonido de los trofeos suene siempre igual, ese día sentirás que el sonido de ese trofeo es distinto, que es un sonido glorioso, y te enorgullecerás de lo que has hecho para lograrlo.
Por cierto, yo también he aparcado la idea de conseguir algunos platinos por pereza. Hay algunos que son muy pesados.