Has conseguido todos los trofeos. ¡Enhorabuena!
Has sobrevivido a la cacería y verás otro amanecer.
Cautivado por la presencia de la luna,
prometes vigilar el sueño del cazador.
Te has convertido en un retoño Grande
y llevarás a la humanidad a renacer.
Derrota a Yharnam, reina sangrienta del antiguo laberinto.
Consigue todas las armas de cazador.
Consigue todas las herramientas de cazador.
Consigue un arma del nivel más alto.
Consigue una gema sangrienta sumamente valiosa.
Consigue una runa de Caryll sumamente valiosa.
Accede a Cainhurst, el castillo perdido y en ruinas.
Accede al reino del Coro, el escalafón superior
de la Iglesia de la Sanación.
Descubre el antiguo taller abandonado,
origen del sueño del cazador.
Accede al edificio lectivo de Byrgenwerth,
que se adentra en el reino de las pesadillas.
Derrota a la bestia que una vez fue el padre Gascoigne.
Derrota a la bestia que una vez fue la vicaria Amelia.
Derrota a la Sombra de Yharnam.
Derrota a la Grande: Rom, la Araña Vacua.
Derrota a Micolash, huésped de la pesadilla.
Derrota a la Grande: nodriza de Mergo.
Derrota a la bestia clérigo.
Derrota a la bestia sedienta de sangre.
Derrota a la bruja de Hemwick.
Derrota a la bestia oscura Paarl.
Derrota al Grande: Amygdala.
Derrota al mártir Logarius.
Derrota al Grande: Emisario celestial.
Derrota a la Grande: Ebrietas, hija del cosmos.
Consigue una gema sangrienta que aporte fuerza especial
a las armas de cazador.
Consigue una runa de Caryll que aporte fuerza especial
a los cazadores.
Consigue el cáliz de Pthumeru que sella las catacumbas
que forman una red debajo de Yharnam.
Consigue el cáliz del afligido Loran, que sella el territorio
trágico devorado por la arena.
Consigue el gran cáliz de Isz que sella el hogar
de los semejantes cósmicos.
Consigue todas las armas de viejo cazador.
Derrota al Grande: huérfano de Kos.
Derrota a la bestia que una vez fue
Ludwig, la Espada Sagrada.
Derrota a lady Maria, de la torre del reloj astral.
Derrota a los intentos fallidos de convertirse en Grandes.
Derrota a la bestia que una vez fue
Laurence, el primer vicario.
