Análisis The Escapists

75
Mouldy Toof Studios y Team 17 nos sorprenden con un genial juego de estrategia
Por Pedro Iglesias 4 junio, 2015

Hacía tiempo que no oíamos hablar de los británicos de Team 17. Se les recuerda, sobre todo, por el omnipresente Worms, la simpática saga de gusanos que tantas horas nos ha dado en innumerables plataformas. Después de varias intentonas con ediciones digitales de sus mejores juegos, por fin los tenemos de vuelta, y además con algo diferente. Junto con Mouldy Toof, un estudio formado por Chris Davis en solitario, se han sacado de la manga este The Escapists, un juego que pretende que emulemos todas esas series y películas basadas en la fuga de una prisión. Para conseguirlo, se ha recurrido al tan manido pixel art. Un estilo artístico que nos recordará a la época de los 8 bit, y que sorprendentemente es capaz de representar muy bien el día a día en una prisión.

Nos estrenaremos con un curioso tutorial que comienza a enseñar las grandes posibilidades del juego. En éste, nos pedirán que consigamos ciertos materiales para combinarlos y poder fabricar herramientas. Una vez nos hagamos con ellas las usaremos abrir una rejilla que nos llevará directamente al conducto de ventilación de la celda. Lo atravesaremos, alcanzaremos el patio exterior, cavaremos un agujero y de nuevo a disfrutar de la tan ansiada libertad. Pero claro, este tutorial nos deja en nuestras manos el plan perfecto: es sencillo, rápido, ejecutado a la primera… lo que nos puede llevar a pensar que estamos ante una especie de arcade, y nada más lejos de la realidad. Esta presentación nos enseña un final feliz, que en la práctica es casi utópico, sobre todo en las prisiones de máxima seguridad que “disfrutaremos” en los tramos finales del juego.

Nuestro día a día real, ya alejado de ese sueño que nos sirve como primera aproximación, no debe distar demasiado de la actividad que realiza un preso en la vida real. De hecho, tenemos obligaciones, y en todo momento nos exigirán un comportamiento ejemplar, tanto con los guardias como con unos compañeros de carácter difícil. Contamos con un reloj que nos va mostrando, además de la hora, la siguiente actividad programada, y solo en los ratos libres podremos seguir estudiando nuestro plan de huida. Mientras tanto, acudiremos al desayuno, a la comida y a la cena, así como al gimnasio y a nuestro puesto de trabajo como interinos, que puede ser tan repetitivo y poco reconfortante como lavar los uniformes.

Lo mejor es que, como podéis imaginar, debemos relacionarnos con el resto de habitantes de la prisión, y ahí es donde está la salsa del juego. Estudiaremos tranquilamente la personalidad de nuestros compañeros, para saber si nos convendrá pedir favores, e incluso llegaremos a provocar a alguien para hacer de figura instigadora contra un enemigo. De hecho, nos permitirán recrear las típicas tanganas que se forman en los comedores, en los que un mal gesto da pie a una batalla campal. Los guardias también se las traerán, por supuesto, y lo mejor será no fiarnos de ellos, por mucha empatía que puedan mostrar. En The Escapists, si nos movemos por nuestros instintos, visitaremos más de la cuenta la clínica médica, y seguramente acabemos enemistados con todo el grupo, lo que nos puede llevar a reiniciar la partida por desesperación.

El dinero cuenta con gran importancia dentro de la cárcel. A base de favores conseguiremos amasar la suficiente cantidad para poder comprar ese objeto necesario para combinar (hay más de 200). Si nos hacemos amigos del traficante, podremos ahorrarnos una cantidad de monedas imprescindibles para otros menesteres, y así con todo. La complejidad en el juego de Team 17 es latente desde el primer minuto, y si no conseguimos superar esa barrera de paciencia que debemos autoimponernos durante las primeras horas, no conseguiremos ni siquiera rascar la coraza de un juego mucho más profundo de lo que parece.

Con el tiempo y mucha práctica, sabremos perfectamente qué necesitamos para seguir con nuestro plan, e iremos cogiéndole el tranquillo a las relaciones interpersonales, esenciales para el devenir de la aventura. Llegaremos a ser maestros del disfraz si hace falta, y comenzaremos a ver la lógica en un juego que requiere sí o sí de la típica táctica del intento y error. De esta manera y conforme avancemos, iremos desbloqueando prisiones cada vez más complejas y vigiladas, e inevitablemente caeremos rendidos ante el atractivo de un juego que demuestra que con poco se puede hacer mucho.

Al estar planteado como un juego muy afín al PC y al control con ratón y teclado, teníamos serias dudas sobre cómo navegaríamos por sus menús, pero por suerte, incluso ese componente “crafting” del que puede presumir se ha resuelto a las mil maravillas. Hay infinidad de objetos y combinaciones, pero nunca nos resultará incómodo perder nuestro tiempo intentando combinaciones a priori lógicas. Los menús son sencillos, de acceso rápido y de interfaz intuitiva. El resto de mecánicas no van más allá de cualquier juego que podríamos haber visto hace 20 años, incluso con las típicas tosquedades.

Evidentemente, en lo técnico no destaca. Es un juego práctico en su propuesta, sin ningún destello más allá de la simpatía que provocan sus sprites. Tomarlo en serio es imposible, ya que se empeña en resultar encantador, y en ningún momento hace alarde de nada. Eso sí, no podemos dejar de comentar su excesiva monotonía, que aunque pueda resultar realista si lo miramos desde la perspectiva más estricta (¡es una prisión, no un parque de atracciones!), puede llegar a frustrar a más de uno. Los encargos son por lo general muy parecidos entre fases, solo que la manera de conseguirlos es cada vez más compleja. Eso, la cantidad de clichés (no todos bien homenajeados) y lo poco atractivo que resulta en lo audiovisual, puede ser el freno definitivo de aquellos que le den una oportunidad a regañadientes.

The Escapists por fin ha llegado a PlayStation 4, y lo hace, como sospechábamos, de la mejor de las maneras. Después de una gran adaptación para Xbox One, repite patrón en la consola de Sony. Sigue siendo igual de profundo y divertido, con ese aspecto inocente que insinúa un desarrollo frenético, pero como decimos a lo largo de estos párrafos, que esto no os lleve al engaño, porque necesitaremos muchas horas para conseguir salir del paso y completar las deseadas huidas de prisión.

75
Jugabilidad: 9
Gráficos: 6
Sonido: 6
Satisfacción: 9

Análisis

La gran cantidad de objetos, posibilidades e incluso encargos, nos llevan a destacar este indie como uno de los mejores de lo que llevamos de año. Así que si os apetece un cambio de aires respecto a los últimos triple A del mercado, echadle un ojo a este título, porque puede llegar a entusiasmaros.