Análisis Nioh DLC: Honor Sublevado

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Preparándonos para la batalla final.
Por Javi Andrés 4 agosto, 2017

Este año, ha habido dos juegos que nos han recordado que existe vida más allá de Dark Souls. Quizás Deck13 no haya tenido mucha suerte con su The Surge, pero Nioh es un espectáculo se mire por donde se mire. La semana pasada llegaba su segundo DLC de historia, Honor Sublevado, y después de unas cuantas horas vengo a deciros lo que me ha parecido.

Como recordaréis, los DLCs de historia de Nioh se dividen en tres campañas en las que vemos cómo se está gestando una nueva guerra. Tras la derrota de Date Masamune, que ahora está de nuestro lado, William avanza hacia Osaka, para hacer frente a Sanada Yukimura, vasallo del clan Toyotomi.

Históricamente hablando, el castillo de Osaka se consideraba una fortaleza casi inexpugnable, y como tal ha sido reformado por Yukimura. El Sanada Maru, una enorme explanada fortificada en la única ruta posible hasta el edificio, se convertirá en el primer lugar donde dará comienzo toda esta carnicería. Y hay algo más: María sigue por ahí, intentando convencer a Sanada de hacer uso de las Piedras, pero éste rehúsa aduciendo motivos de honor. ¿Qué hará entonces María, sin poder convencer a otro guerrero de que se una a su causa, sea la que sea?

Hay que decir, antes de nada, que «más de lo mismo» no significa expresamente «malo» o «mediocre». Nioh tiene una jugabilidad excelente, una variedad de posibilidades a la hora de lucha bastante grande y añadir más contenido con esas bases es bastante gratificante. Igual que sucedía con el primer DLC, tenemos un par de misiones principales más y unas cuantas secundarias.

Se trata de tres misiones principales y cuatro o cinco secundarias, además de por supuesto las versiones de mayor dificultad (perdón, de MAYOR dificultad) y Ocaso. Podéis contar con más o menos unas diez horas de juego extra otra vez, igual que con El Dragón del Norte. Vamos, que literalmente desde el punto de vista de los contenidos y la relación duración/precio, tenéis, como decía antes, «más de lo mismo».

Por supuesto tenemos a nuestro alcance unas cuantas novedades en lo que se refiere a la parte de equipo. Hay nuevas armaduras, que os gustarán bastante si sois como yo y os preocupa la estética de vuestro personaje, además de un nuevo tipo de arma, las tonfa. Para los que no sepáis de qué se trata, básicamente son dos palos, uno para cada brazo, con el que golpear rápidamente al enemigo. Personalmente no la encuentro un arma especialmente interesante: resulta vistosa, da un poquito de variedad y quizás con más práctica resulte un arma genial, pero no ha sido capaz, como sí hizo el daito del primer DLC, de convencerme para usarlas con frecuencia.

El Dragón del Norte fue un primer DLC interesante. Nos presentaba al que iba a ser el nuevo artífice del caos y buscaba provocar una guerra de la que sacar provecho. Tenía una duración decente, que se mantiene en el segundo, un enemigo principal interesante en la forma de Date y además incluye el jefe más difícil del juego hasta el momento.

Esto se ha perdido bastante en Honor Sublveado, la verdad. Yukimura no es un personaje especialmente interesante, no es más que un tipo que se considera honorable y se enfrenta a ti y ya está. No hay más trasfondo, desarrollo o magia tras él. Es un general y punto. Sasuke Sarutobi, un ninja que aparece de forma secundaria, parece infinitamente más interesante que él, pero está bastante desaprovechado. En la parte de los jefes también se pierde mucho, bajando la dificultad enormemente con respecto a lo que prometía ser una serie de DLCs de dificultad ascendente. Se echa muy en falta un jefe realmente difícil, porque la única complicación que tiene este DLC es una misión secundaria en la que se nos enfrenta a los jefes del DLC anterior, todos seguidos, nada más.

Argumentalmente tampoco avanza demasiado: se centra básicamente en sentar los cimientos para el tercer y último descargable. Vemos más de los planes de María, vemos lo que intenta hacer con Yukimura para convencerlo de usar las Piedras Espirituales, y las intenciones que tiene para lo que será el final de la guerra, que la verdad, sí que parece que se pondrá bastante serio.

Posiblemente, el gran problema de Honor Sublevado es que El Dragón del Norte tenía bastante nivel en todos los aspectos. No es que este segundo DLC sea malo, pero parece un pequeño paso atrás al compararlos. Es el problema de dividir una campaña DLC en más de dos partes, que la de en medio siempre parecerá la peor porque no puede contártelo todo y no sorprenderá tanto como el primero.

Personalmente, espero que con el tercer y último DLC veamos un espectacular combate contra ya-sabéis-quién-que-nos-dio-la-del-pulpo-en-el-primero y que queden claros sus motivos, objetivos y sobre todo, orígenes.

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Jugabilidad: 8
Gráficos: 7.75
Sonido: 7.75
Satisfacción: 8

Análisis

Honor Sublevado es un DLC de paso, sin más. Ni los jefes, ni la nueva arma, ni el argumento son gran cosa y su único objetivo es el de poner las cosas a punto para la batalla final. No es un mal contenido, pero desde luego van a tener que subir el listón para el próximo