Análisis Naughty Bear: Panic in Paradise

63
El instinto asesino del Osito Malote nunca se toma unas vacaciones.
Por David Soriano 10 noviembre, 2012

Introducción

El título que hoy nos ocupa en este análisis es Naughty Bear: Panic in Paradise, secuela del original juego lanzado en 2010 que nos ponía en la piel (o el relleno) de un osito de peluche con instintos asesinos.

A pesar del planteamiento original, el juego pecó de ciertos problemas en la jugabilidad que lastraron la experiencia. Por ello, desde 505 Games se decidió que su secuela sería lanzada a precio reducido y en formato digital, algo que hiciera más asequible su obtención y que aumentara el índice de relación calidad/precio.

En las próximas líneas vamos a analizar la evolución del juego para comprobar si el trabajo de Behaviour ha superado el de Artificial Arts&Minds o si por el contrario se ha quedado a medio camino de lo que debería ser.

[BREAK=Jugabilidad]
Jugabilidad

Uno de los aspectos más criticados del primero fue precisamente el apartado jugable. El juego ofrecía una premisa interesante en cuanto a los protagonistas del título y sus formas inverosímiles de ser asesinados, pero fallaba al llevarlo a la práctica con un control bastante tosco y para nada fluido.

Esa es la base sobre la que se ha comenzado a trabajar en esta secuela. El feedback del público ha sido importante para 505 Games y el hecho de lanzar el juego a precio reducido y en formato digital demuestra que ellos mismos saben que no pueden colar el juego como un triple A ni mucho menos.

Pese a ser un juego de acción en el que el objetivo principal es acabar con todos los objetivos marcados en cada fase (si nos llevamos por medio unos cuantos osos más no pasará nada), tiene cierto componente táctico en el que el sigilo se vuelve algo importante.

Por medio de los matorrales que adornan el complejo vacacional en el que se hospedan los ositos de Isla Paraíso podemos escondernos, vigilar de cerca a nuestra presa y en el momento adecuado raptarla para acabar con ella y adoptar su uniforme, de modo que pasemos desapercibido. Podemos optar igualmente por ir a saco, pero cundirá el pánico y eso jugará en nuestra contra.

Por otra parte, además de estas opciones de personalización ampliables vía DLC, el juego incorpora un toque rolero en el que según nuestros resultados en los niveles, así como el número de armas usadas y disfraces conseguidos, dominaremos los mismos, para conseguir nuevas habilidades que nos hagan ser más letales.

La gran mancha en la experiencia es que el sistema de combate sigue siendo tan simple que cansa al rato, y solamente la experiencia de ver las nuevas formas de matar nos supondrán algo de aliciente.

[BREAK=Gráficos]
Gráficos

No fue precisamente el aspecto que mejor salió parado de su primera edición en 2010, y en este caso tampoco va a mejorar mucho. El juego luce bastante feote, algo en esta ocasión más excusado pues los juegos de la PlayStation Store tienen esa excusa de que ocupan menos y por tanto no suelen ser grandes portentos en lo que a lo visual se refiere.

Parece que por ejemplo el sistema de iluminación sí mejora algo y probablemente algunas animaciones, pero el nivel general de detalle y texturas borrosas se mantiene.

Se incluyen algunas mejoras que también repercuten en la jugabilidad como son el control libre de cámara con el joystick derecho, pero por lo demás no se observan mejoras significativas en este aspecto.

[BREAK=Sonido]
Sonido

Sin duda, uno de los puntos que más han perdido con respecto al original. Por el camino se ha perdido el doblaje a nuestro idioma. Por suerte, el narrador en inglés es bastante gracioso, pero aquellos que no entiendan la lengua de Shakespeare no disfrutarán tanto leyendo sus subtítulos.

En cuanto a la banda sonora, nos presenta temas festivos, acordes con la localización del juego, mezclados con otras piezas más tensas para los momentos de furia asesina.

[BREAK=Conclusiones]
Conclusiones

Dado el contenido, la calidad y el grado de diversión que nos aportará este nuevo Naughty Bear: Panic in Paradise, puede ser una compra acertada para quienes busquen algo alternativo a un precio no muy elevado.

El juego sigue pecando de varios de los fallos de los que también adoleció el primero, pero corrige cosas tan básicas como el control de cámara. Además, las diferentes opciones de personalización así como el número de desafíos y formas distintas de matar harán que las posibilidades de rejugabilidad aumenten.

Como vemos, ni en su jugabilidad ni en sus especificaciones técnicas nos vamos a encontrar nada del otro mundo, pero siempre es divertido despeluchar a esos aparentemente inocentes ositos de peluche.

¡¡Que corra la espuma!!

63
Jugabilidad: 6
Gráficos: 6.5
Sonido: 6
Satisfacción: 6.75