Análisis LEGO Star Wars: El Despertar de la Fuerza

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Agotado pero aún con tirón, el humor en bloque galáctico toca nuevas mecánicas y tramas
Por Javi Andrés 4 julio, 2016

Excesivos videojuegos de LEGO, ninguna sorpresa ni aunque se prueben otras fórmulas jugables, como ocurre aquí, y la sensación de que TT Games se está pasando tres pueblos con dos juegos al año. Así se queda uno en cuanto le ha metido 20 o 30 horas a este nuevo LEGO Star Wars: El Despertar de la Fuerza, sí, pero al mismo tiempo ese jugador habituado se ve atrapado en sus inexplicables redes, quiere seguir jugando, seguir desbloqueando, y seguir aceptando que, pese al agotamiento de este veterano gameplay, hay un tono y discurso que enganchan. Quizá el sello Star Wars y que este nuevo viaje despiezado contenga material canónico exclusivo y con lazos interesantes sobre la última película sea el motor para seguir metiéndole horas. O que esta jugabilidad siga funcionando férrea. O ese tono cachondo que no falla pese a los años y va ganando en nuevos chistes y gags. Pero, desde luego, no serán su par de innovaciones en mecánicas jugables las que hacen que cualquiera se quede atrapado, pues han acabado siendo la peor parte de lo que siempre han sido los videojuegos LEGO y aquí vuelve a ser notable. Puro vicio de ese que sabes que no está bien justificado y debería aburrir ya.

Dos innovaciones de peso, como digo. Por un lado las secciones third person shooter, con coberturas y retícula desde el hombro, al puro estilo Uncharted o Gears of War. No están bien llevadas, son demasiado fáciles, contra una IA enemiga de todo menos inteligente y que tienen un autoapuntado desequilibrado que las hace un paseo entre disparos láser que no van a darte casi nunca. Y por otro lado están las batallas espaciales, con TIE Fighters y Alas X cruzándose munición, con las grandes estaciones de fondo y núcleos que hay que destrozar, absoluta libre exploración y hasta búsqueda de coleccionables en los rincones de cada gran navío. Tampoco suponen reto alguno, son partes muy sencillas, muy obvias y sin frescura alguna pese a no haber estado nunca en un juego de LEGO. Ahora bien, quitadas estas dos mecánicas jugables recién llegadas y asumido ante el producto que estamos, empiezan a dispararse las bondades que lo vuelven a hacer eficaz y adictivo.

Para empezar, y como otros LEGO Star Wars, se da de lado al estilo sandbox que sí tuvieron los LEGO Marvel, por ejemplo. Y eso me encanta, personalmente cada vez quiero más aventuras lineales o semi-lineales y el género del mundo abierto, al final y pese a las libertades prometidas, hace perder ritmo y variedad a las aventuras. El Episodio VII que vimos en cines la pasada Navidad y salió no hace mucho en DVD y Blu Ray tiene una trama -considero- con la suficiente buena agilidad como para que su videojuego de LEGO, cargado de escenas inéditas y que profundizan más en ciertos aspectos menores del viaje de Rey, BB-8 y Finn. Este LEGO Star Wars, ya que sale seis meses después del estreno de la película, se permite dar por sentado que todo el mundo la ha visto y aprovecha para ampliar más de la cuenta sus tramas, trasfondos y flashbacks. De hecho, la primera misión de tutoruial se desarrolla en la batalla final de El Retorno del Jedi, con diálogos y secretos que nunca se habían mencionado, que inventa TT Games pero que LucasFilms supervisa y aprueba.

Obviamente son detalles muy menores y sin importancia real, diálogos, gestos o bromas visuales muy en la línea LEGO que no vienen a descubrir nada crucial. Pero hay un par de cinemáticas y secuencias jugables consecutivas que sí ganan en interés y habrá que desbloquear con ladrillos dorados de ésos difíciles de conseguir o con decisiones determinantes de qué camino escoger, lo que lo hace un producto indudablemente atractivo para fans de La Guerra de las Galaxias y asegura un montón de horas de vida gracias a la rejugabilidad de las bifurcaciones. Los coleccionables, el desbloqueo y el acceso a las partes más bien guardadas son el gancho de una propuesta muy bien ejecutada y sólida gracias a la solera del estudio con estos juegos, pero una propuesta a todas luces bastante agotada y nada fresca. Hasta el sentido del humor y tono gamberro llegan a chirriar en determinadas cinemáticas o a hacerse sorprendentemente previsibles. Y eso es peligroso de verdad, pues viene a significar que las disposiciones de los videojuegos de LEGO están empezando a no rendir tan bien y que la saga de títulos, efectivamente, se empieza a venir abajo.

Claro, más de 200 personajes a ir sacando en la majestuosa tabla habitual, misiones secundarias opcionales que sostienen divertidos minijuegos o pequeños puzles y una marcada distinción entre las habilidades de unos protagonistas y otros hacen que la acción, el plataformeo y la constante cooperación entre dos no paren ni un segundo. Como siempre, muy divertido y que rinde en pantalla y mando en mano, pero eso, como siempre. Lo único que hace a este LEGO superior a su infinitos predecesores es el hecho de salir muy a toro pasado respecto a la película que homenajea y poderse permitir con ello licencias atrevidas en materia de profundización en personajes y situaciones, con material inédito y canónico. Pero ni las nuevas mecánicas introducidas de shooter y batallas de naves, ni los puzles en sentido tan clásico ni siquiera los acabados técnicos suponen sorpresa alguna ya.

Éste es un videojuego especialmente pensado para acérrimos a Star Wars y eso se nota, como siempre, en el respeto total y disposición de licencias con los que cuenta. El doblaje castellano de la película pone voz a los personajes del juego casi en su totalidad, solo cambia el actor de Han Solo. Las especialidades de cada héroe y villano, los gemidos de Chewbacca, los pitidos y movimientos de BB-8 o R2D2, las habilidades con el inestable sable láser parpadeante de Kylo Ren… Cada personaje se mueve a su manera y está capacitado para unos estilos de combate y apertura de puertas. Se echan de menos aquellas combinaciones creativas de dos héroes uniendo sus poderes que sí vimos en Marvel y Batman. No obstante, en cuanto a rompecabezas, las cosas en El Despertar de la Fuerza están un poco mejor llevadas y algunos no son tan obvios y requieren probar hasta dar con la respuesta, lo que nos hace pensar que sus creadores saben que tienen que evolucionar en este sentido.

Técnicamente, por supuesto, está bastante bien armado. La estética simplista LEGO resuelve bien la mayoría de escenas Star Wars e incluso llena de sensación de caos los tiroteos. Y digo sensación porque tantos láseres cruzados no suponen peligro alguno, nunca van a nuestros personajes o naves. Efectos de partículas muy logrados, iluminación sugerente que recuerda a la película perfectamente y muy buen trabajo de animaciones jugueteras. También el sonido acompaña, con la música cobrando un papel central en algunas secuencias memorables y otras más reinterpretadas. El cooperativo y la rejugabilidad le aseguran horas y horas, completarlo al 100% o conseguir el trofeo de Platino de LEGO Star Wars: El Despertar de la Fuerza tienen buena tarea por delante, más aún en PlayStation donde cuenta con contenido exclusivo vía DLC.

75
Jugabilidad: 7.5
Gráficos: 7.5
Sonido: 7.5
Satisfacción: 7.5

Análisis

Los videojuegos de LEGO necesitan una renovación, a todas luces. Sin fallar en su núcleo aunque dejando bastante por debajo sus nuevas mecánicas de gameplay, LEGO Star Wars: El Despertar de la Fuerza es un producto especial para fans por todo lo que añade y contiene pero es algo totalmente eludible para quien haya jugado recientemente otros LEGO o para quien simplemente disfrute Star Wars como usuario medio, sin pasiones extremas. Los años pasan y la saga no da un salto, sigue divirtiendo pero cada vez se siente más y más fatigada. TT Games tiene que hacer algo.