Análisis Geometry Wars 3: Dimensions (PS4)

78
Frenética acción, enorme adicción y diversión a raudales en un título que revitaliza el concepto de juego arcade
Por Jesús Salvador 5 diciembre, 2014

Una saga que comenzó como un minijuego dentro del juego Project Gotham Racing 2 de la Xbox original nos llega ahora en su tercera entrega numerada, desarrollado por Lucid Games, en su primera incursión en las consolas de sobremesa tras un breve coqueteo con PS Vita con su Jacob Jones and the Bigfoot Mystery. Lucid Games está formado por miembros del extinto Bizarre Creations, los creadores de la saga, integrados ahora en la estructura de Sierra Entertainment y bajo la distribución de Activision Blizzard. Geometry Wars 3: Dimensions es un shooter de disparos multidireccional en el que manejamos a una pequeña nave mientras trata de defenderse de las sucesivas e incesantes oleadas de enemigos de diversas formas y comportamientos que tratarán de borrarnos del área de juego.

Los modos de juego que ofrece Geometry Wars 3 son muchos y muy variados, divididos en dos vertientes, el modo Aventura y el modo Clásico. En Aventura nos encontramos con un desarrollo partido en niveles en los que iremos avanzando con jefes finales cada pocos niveles. No encontramos ningún argumento que nos explique qué nos ha llevado a esa situación, simplemente una sucesión por la que ir avanzando con la exigencia de conseguir un número de estrellas determinado para ir desbloqueando futuras fases. En cada nivel podemos conseguir un máximo de tres estrellas, aunque al principio puede ser bastante difícil lograrlo, pues la evolución de nuestra nave será insuficiente. A medida que avanzamos iremos desbloqueando armas diferentes que aportarán más potencia de fuego a nuestro esfuerzo, así como un dron que nos acompañará que también puede ir mejorando sus habilidades no sólo en sus disparos, sino la posibilidad de ir soltando minas u otras ventajas.

A medida que avanzamos el reto es mayor, aunque desde un principio la dificultad es bastante razonable pues las condiciones que se nos exigen para pasar de un nivel a otro suelen ser elevadas. Es un problema que iremos salvando a medida que consigamos mejoras para la nave pero en un principio nos obligará a repetir niveles para conseguir acumular los puntos suficientes para adquirir las mejoras. El tiempo que nos dan para superar los niveles es muchas veces insuficiente para lograr altas puntuaciones, sobre todo si morimos, y se ralentiza un tanto la evolución que estábamos llevando en esa pantalla; por lo que la propia habilidad será importante, así como aprender un poco las mecánicas que utiliza cada tipo de enemigo, para así poder actuar mejor ante sus ataques. Serán cincuenta niveles en total los que debamos recorrer hasta llegar al enfrentamiento final.

Más allá de este modo tenemos la vertiente Clásico con cinco posibilidades de juego diferentes que a continuación os dejo desgranadas. En primer lugar tenemos Límite Clásico donde tenemos que conseguir todos los puntos que podamos antes de que el tiempo se acabe. Ese tiempo son tres minutos en los que dispondremos de vidas infinitas y tres bombas para despejar la pantalla en nuestro arsenal. Le sigue Rey Clásico, un interesante modo en el que solo podemos hacer uso de nuestro armamento mientras permanecemos dentro de ciertas zonas que tienen una duración limitada. Solo contamos con una vida y fuera de esas zonas, a las que los enemigos no pueden entrar, no tenemos acceso al uso de las armas. El tercero de los modos es Evolucionado Clásico en el que tendremos tres vidas para conseguir el mayor número de puntos posible, sin límite de tiempo, solo lo que consigamos sobrevivir.

Pacifismo Clásico nos llevará al extremo pues con una sola vida y sin armas debemos conseguir sobrevivir acabando con los enemigos atravesando una serie de puertas que se van formando. Solo se destruirán los más cercanos a nosotros, dentro del radio de actuación de la puerta que explota al ser rebasada, todo un ejercicio de control y evasión para aguantar el mayor tiempo posible y acumular más puntos. Por último tenemos Oleadas Clásico donde con una sola vida tendremos que aguantar mientras cada vez aparecen más y más enemigos que solo pretenden acabar con nosotros mientras no dejamos de sumar puntos.

Además de estos modos también existe la posibilidad de afrontar retos multijugador mediante partidas online competitivas formando parte de equipos o con cooperativo local de hasta cuatro jugadores en una misma consola. Las partidas en línea podrán ser de dos maneras, la primera de ellas es Existencias, donde partimos con munición limitada a cincuenta disparos y debemos ir recogiendo paquetes de munición e incluso compartirlos con nuestros compañeros de equipo, para ser los primeros en acabar con el jefe del equipo contrario y así ganar la partida antes de que concluya el tiempo. El otro modo se denomina Invocador y debemos ser el equipo con mayor puntuación al terminar el tiempo para resultar victoriosos mientras tratamos de controlar unas torres que generan enemigos al ser disparadas para así conseguir acumular mayor número de puntos. Y por si todo esto fuese poco aun contamos con los niveles de bonus que se desbloquean a medida que avanzamos en el modo Aventura y que nos dejan otras dos formas de jugar, Simbólico y La Lista.

Geometry Wars 3 no es una experiencia fácil, todo lo contrario, pero aunque la curva de aprendizaje pueda hacerse algo cuesta arriba, lo que nos aporta en una gran dosis de diversión si somos aficionados a los juegos arcade, pues el ritmo de juego es frenético y no permite que nos despistemos en exceso ante la gran cantidad de enemigos que se pueden acumular en nuestras pantallas. La aparente simpleza de los gráficos puede llamar a engaño, pues esconde todo un desarrollo conceptual basado en las formas geométricas que alcanza unas cotas de elevada riqueza visual. Los efectos de partículas empleados en las explosiones o en la generación de vórtices dimensionales destacan sobremanera con una fluidez absoluta en todo momento, sin adolecer de defectos en ningún momento.

La banda sonora que acompaña al juego está repleta de temas que aportan un mayor frenetismo a la propuesta pues los temas electrónicos no dejan tiempo para el respiro y responden perfectamente a las situaciones que se nos plantean, aptas para los que mejor sepan controlar los nervios. Los efectos de sonido tampoco desentonan aunque son limitados por la poca variedad de los mismos en un juego en el que matar o ser matado es la base de su disfrute.

La jugabilidad es uno de los puntos más fuertes del juego y en ocasiones incluso la adicción puede resultar desmedida por superar un nivel tras otro pues llega a picar, entre otros motivos por la inclusión de marcadores en los que podemos comparar nuestras puntuaciones con las de nuestros amigos a la entrada de cada nivel así como marcadores generales. Sobre todo la sensación que nos ha quedado es la de estar disfrutando de esta propuesta, mejor si puede hacerse en compañía de algún amiguete mientras tratamos de no desesperar. El control no es muy exigente y mediante los dos sticks controlamos la dirección en la que avanzamos y en la que disparamos, lanzar las bombas o hacer uso de las opciones de nuestro dron solo nos ampliará la oferta de controles a dos botones más por lo que el manejo básico de nuestra nave es de lo más sencillo.

78
Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 7.5
Sonido: 7
Satisfacción: 8.5

Análisis

Genial propuesta que ofrece una jugabilidad endiablada con una diversión proporcionada que nos mantendrá pegados a nuestras PS4 para lograr mejorar al máximo nuestra nave y así superar con algo más de facilidad los retos que, pantalla tras pantalla, vamos afrontando en Geometry Wars 3: Dimensions. Un gran ejemplo de cómo se puede hacer un gran juego con una propuesta sencilla en lo visual, pero enorme en el plano conceptual.