Análisis Batman: Arkham Origins Blackgate – Deluxe Edition

César Rebolledo · 29 diciembre, 2018
El Caballero Oscuro planea desde la portátil a la consola de sobremesa

Cuando Batman volvió al mundo de los videojuegos con la saga Arkham, los fans estaban sin duda preocupados. Las adaptaciones de los superhéroes al mundo de los videojuegos son siempre motivo para asustarse, pero en éste caso, la vuelta del murciélago fue por todo lo alto. Después de Batman: Arkham Asylum llegó Arkham City. La última entrega, Arkham Origins, nos transporta a un tiempo anterior a la primera entrega de Playstation 3. El juego que ahora nos ocupa es Batman: Arkham Origins Blackgate – Deluxe Edition la adaptación a Playstation 3 del título de PS Vita que nos sitúa justo después de Arkham Origins, por lo que estaríamos hablando, argumentalmente, del segundo de la saga.

Tras tener un pequeño encontronazo con Catwoman en los tejados de la ciudad, Batman es alertado de que algo sucede en la cárcel de Blackgate. Algunos presos han escapado, se ha organizado un motín y los criminales más peligrosos han tomado el control de la penitenciaría. El Joker, El Pingüino y Máscara Negra se encuentran al frente de éste altercado y será, cómo no, misión nuestra hacer algo al respecto.

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Lo primero que tenemos que tener en cuenta antes de entrar en materia es que, estrictamente hablando, no estamos ante un juego de Playstation 3, sino la adaptación a la sobremesa de un título de la portátil, por lo que hay una serie de limitaciones respecto al resto de entregas de la saga.

Batman: Arkham Origins Blackgate Deluxe Edition es un juego de acción con escenarios en tres dimensiones, pero en el que sólo nos moveremos en dos dimensiones. ¿Qué significa esto? Que nos podemos mover a izquierda y derecha de los escenarios, pero no libremente, ni siquiera podemos saltar, salvo al correr, para pasar de una plataforma a otra o planear al dejarnos caer desde un lugar elevado.

En determinados puntos podemos usar el garfio para subir a algún lugar, o bajar, pero no tendremos una libertad “real” de movimiento. Cuando sea necesario dirigirnos hacia un punto que no esté a nuestra izquierda o derecha, la cámara girará de forma que, aunque nos dirijamos al fondo de una habitación, siempre nos moveremos hacia los lados, a excepción de cuando esto se haga a través del garfio u otros artefactos del entorno y en momentos muy determinados.

A la hora de meternos en faena, se plantea una mecánica muy parecida a los Castlevania clásicos, por poner un ejemplo que cualquiera pueda reconocer. Avanzaremos por los distintos escenarios que nos plantea el juego (cuatro secciones distintas), luchando contra enemigos con un sistema de combate bastante básico (un botón para golpear, otro para contraatacar y otro para aturdir) con el que hacer frente a grupos en ocasiones bastante grandes de enemigos. Aquí si podemos saltar sobre nuestroes enemigos, de hecho, en el caso de algunos, será necesario hacer esto para poder dañarlos.

Por supuesto, si en algún momento estamos en un lugar elevado, podemos hacer un ataque en picado para golpear a ese enemigo que no ha advertido nuestra presencia, o noquear al momento a alguien por la espalda.

Batman no sería Batman sin sus gadgets. Además de su traje, que podremos cambiar si conseguimos las piezas adecuadas para crear uno nuevo, tenemos todos los juguetes clásicos: el garfio, que más adelante nos sirve también para agarrar ciertos objetos y tirar de ellos; un lanzacabos, que sirve para cruzar espacios con una tirolina; un dispositivo para piratear terminales…

En cuanto al modo Detective, aporta tanto como lastra la experiencia de juego. Pulsando un botón, la pantalla cambia de color y aparece una retícula que podemos mover para investigar ciertas cosas, que aparecerán iluminadas. Puede ser una puerta, un aparato, un enemigo… al examinarlo, se nos ofrecerá información sobre el objetivo, lo que puede ser necesario para avanzar. Sin embargo, tener que hacerlo con demasiada frecuencia se termina volviendo monótono, ya que aunque sepas lo que debes hacer, vas a tener que investigarlo de todas formas.

A medida que avanzamos, haciendo uso del Modo Detective podemos cruzarnos con las “pistas”. Encontrar una supone que de comienzo un Caso, pseudoinvestigaciones que resolveremos cuando las hayamos encontrado todas. Cada zona, además, cuenta con sus propios coleccionables (dentaduras para el Joker, jaulas para el Pingüinoy máscaras para Máscara Negra) que nos servirán para desbloquear ciertos extras en el juego.

Visualmente, hay que diferenciar el apartado del juego en sí mismo de los momentos en los que la trama avanza. Batman está bastante detallado, con excepción de la capa, que presenta un aspecto excesivamente rígido, pero los enemigos en general son bastante básicos y poco definidos. Las animaciones del protagonista están bastante logradas, si bien en el momento del combate, resultan algo robóticas y rígidas.

Sin embargo, el otro punto al que hacemos referencia, el avance de la historia, realmente destaca. Los fans estarán seguramente encantados de comprobar que se nos narra en formato cómic. Unas impresionantes viñetas (en algunos casos, estas imágenes estáticas se mueven para dar una sensación más dinámica) que te recuerdan el origen del personaje de una forma realmente perfecta.

Los escenarios están bastante trabajados, cosa de agradecer, ya que gran parte de nuestro avance supone interactuar constantemente con el entorno que nos rodea: derribar esta pared, activar aquel interruptor, piratear esta puerta… el resultado habría sido sin duda catastrófico en el caso de no haber ofrecido un nivel decente, siempre dentro de los límites de una adaptación.

A nivel de sonido, la ambientación es de un nivel bastante pasable. La banda sonora, como no podía ser de otra forma, añade la emoción necesaria para no olvidar que estamos en el universo de Batman: melodías que no nos abandonan a medida que avanzamos y suben de volumen en el momento exacto para acompasarse a a acción.

En lo que a duración se refiere, quizás tengamos el gran punto en contra. Si en nuestra primera partida intentamos conseguir todo lo que se puede hacer (recoger todos los coleccionables, mejoras, piezas de traje obtenibles y resolver todos los casos) nuestra partida posiblemente no pase de las diez horas. La única rejugabilidad que ofrece el título es hacer las cosas “en otro orden”, ya que no tenemos por qué hacer primero una fase, después otra… sino que podemos decidir (dentro de unos límites) qué hacer primero y a qué jefe derrotar antes.

El problema es que esta libertad sólo se traduce en la misión final del juego y conseguir la pieza de un traje, además de que, conociendo el camino, es posible que terminemos el juego en unas cinco horas a base de repetir lo que ya nos sabemos bastante bien.

En definitiva, tenemos una buena adaptación de un título de PS Vita. Si bien puede que no esté enfocado al común de los jugadores sino a los fans de Batman, la jugabilidad está algo limitada y desde luego se aleja mucho del resto de títulos de la saga, es un juego que sirve para ampliar nuestra experiencia dentro del universo del murciélago. El juego ha sido adaptado bastante bien, pero es complicado que olvidemos que no es realmente un juego de PS3, sino de la portátil.

Ya puedes descargar Batman: Arkham Origins Blackgate – Deluxe Edition desde aquí

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