Análisis – Assassin’s Creed: Odyssey

Sergio Alarcón · 18 enero, 2019
Analizamos la última entrega de la saga de los Asesinos, ambientada en la Antigua Grecia
assassins creed odyssey

Tras darle un “lavado de cara” a la saga con Assassin´s Creed Origins, lanzado hace poco más de un año, Ubisoft vuelve a la carga con esta nueva entrega, esta vez ambientada en la Antigua Grecia, con la que sus desarrolladores están dispuestos a demostrar a sus fans que, lejos de estar muerta y estancada, la saga de los Asesinos puede seguir ofreciendo horas y horas de diversión basada en la Historia.

Resulta difícil no comparar a Assassin´s Creed Odyssey con su más reciente antecesor, Origins, ya que este nuevo título apuesta por reutilizar sus mecánicas y perfeccionarlas en vez de volver a reinventarlas, cosa entendible debido a que no ha habido ni un año de margen de desarrollo entre las dos entregas.

Bienvenidos a la cuna de la democracia

Esta nueva entrega se desarrolla en el siglo V antes de Cristo, en la Antigua Grecia. Las Guerras del Peloponeso están a punto de comenzar, y las islas griegas están dominadas por la tensión bélica y las consecuencias de la guerra.

Es por ello que el entorno ha cambiado completamente. Dejamos atrás las arenas del desierto egipcio para recorrer el territorio griego, formado por un gran conjunto de pequeñas islas rodeadas de mar. Gracias este cambio de entorno, los barcos y la navegación vuelven a adquirir un protagonismo más relevante, como ya ocurrió en AC Black Flag.

Volvemos a la mar para desplazarnos en esta nueva entrega

Como viene siendo habitual en la saga Assassin´s Creed, el mundo en el que se desarrolla está totalmente vivo. Tanto las grandes ciudades como los pequeños poblados desprenden una sensación de plenitud que nos invita a recorrerlas observando cada detalle. Por otro lado, y al igual que vimos en Origins, el resto del mapeado fuera de las polis no estará vacío en absoluto: Templos dedicados a diferentes deidades, estatuas de eras antiguas, campamentos de bandidos y soldados…

En ningún momento sentiremos soledad o sensación de vacío mientras recorremos los escarpados entornos de las islas griegas, retratadas con fidelidad y perfección. La recreación de la ciudad de Atenas, una de las más importantes de este periodo histórico, es sencillamente abrumadora.

Esta Grecia Antigua está completamente poblada por una gran cantidad de flora y fauna que llenan el paisaje salvaje. Lobos, jabalíes, osos, ciervos, e incluso ballenas, delfines o tiburones son algunos de los ejemplos que podemos encontrar en nuestro viaje.

Mientras exploramos y recogemos elementos del entorno, tales como ramas, metal o piedras preciosas, podemos ver cómo los animales interactúan entre sí: Depredadores cazando herbívoros, osos peleando con jabalíes por un territorio… Nunca una entrega de Assassin´s Creed ha estado tan llena de vida.

Bucear con ballenas mientra recogemos tesoros del fondo del mar es visualmente espectacular

Un gran linaje conlleva una gran responsabilidad

Por primera vez en un título de la saga Assassins Creed, podemos escoger entre dos personajes distintos, Alexios y Kassandra. Su historia comienza de manera similar: Tras un trágico incidente que separa a nuestro protagonista de su familia en Esparta, es criado por Markos, un emprendedor con “poca visión de mercado” que hará de él o ella una misthios o mercenaria, entrenada para luchar y matar por dinero, sea quien sea el que contrate sus servicios. Su único recuerdo, y a su vez el más preciado, es un trozo de lanza muy especial, perteneciente al mismísimo Leónidas.

Pronto descubriremos que lo que en un principio puede parecer una historia banal se convierte en la que puede ser la mejor historia de la saga hasta la fecha. Personajes históricos emblemáticos, organizaciones que controlan el poder desde las sombras, traiciones inesperadas… Estos son algunos de los ejemplos que protagonizan una historia que como mínimo os costará casi 50 horas terminar.

La historia está organizada en tres arcos principales, a los que debemos sumar la ingente cantidad de misiones secundarias y trabajos temporales que podemos aceptar, además de todo el contenido gratuito que los desarrolladores han prometido ir añadiendo al juego conforme pase el tiempo, por no hablar del contenido de pago que vendrá con el Season Pass del título.

Todo esto conformará una cantidad enorme de horas en las que perdernos por el mundo griego sin aburrirnos en ningún momento. Además, tras finalizar la trama principal os esperan nuevas misiones en forma de jefes o recados especiales, como ya pudimos ver en AC Origins.

La elección entre los dos personajes principales determinará el devenir de la historia de ambos hermanos, aunque no conlleva un cambio drástico. Es más, lejos de dotar a cada personaje de una personalidad diferente, muchos de los diálogos son exactamente iguales, lo que en un principio puede parecer que conlleva a una carencia de innovación y por tanto, de rejugabilidad.

Y decimos “en un principio” porque Assassin´s Creed Odyssey introduce por primera vez un sistema de diálogos en la saga, de manera que la personalidad de Alexios o Kassandra vendrá determinada por nuestras elecciones a la hora de entablar conversaciones con el resto de los personajes que nos encontremos en la historia.

Así pues, tenemos la posibilidad de jugar una partida en la que convirtamos a nuestra Kassandra en una mercenaria despiadada que no contemple ninguna forma de diálogo, mientras que en la siguiente partida, Alexios sea un honorable guerrero para el que la bondad y la justicia primen por encima de todo.

A su vez, nuestras decisiones pueden valernos para mentir, aprovecharnos de otros ciudadanos e incluso para mantener relaciones con personas de ambos sexos. Todo esto influye de tal manera en el devenir de la historia que podemos llegar hasta a nueve finales distintos en función de cómo nos relacionemos con el resto de personajes durante nuestra aventura, lo que recalca la importancia de nuestra manera de actuar y la libertad que se nos ha querido otorgar (tanto para lo bueno como para lo malo) en esta nueva entrega.

Lo bueno de ser mercenarios, es que no debemos lealtad a nada ni nadie, así que tenemos total libertad de acción a la hora de enfrentarnos a la situación que sufre el mundo. Como ya hemos comentado, Grecia está en guerra, siendo Esparta y Atenas las principales facciones implicadas.

Las distintas regiones del mapa están dominadas por alguna de estas dos potencias, y podemos elegir a cual vendemos nuestros servicios, siendo ésta es una de las principales novedades de Assassin´s Creed Odyssey.

Si nos encontramos en territorio ateniense y nuestra voluntad es apoyar a Esparta en su conquista, nuestro deber será reducir la influencia del Líder regional enemigo para debilitarlo, a base de realizar distintas acciones, como saquear el tesoro nacional, quemar suministros de guerra, o matar a generales de su ejército. Una vez debilitado, podremos asesinar al Líder para volver vulnerable a la región y desbloquear la Conquista.

En la Conquista podemos elegir si apoyar a la facción defensora o a la atacante. Atacar es más difícil que defender, pero también obtendremos una recompensa mayor si logramos ayudar a un ejército a conquistar este territorio.

Una vez decididos, entraremos directamente en un gran campo de batalla en el que ambos ejércitos pelean, y deberemos cumplir una serie de objetivos, como matar a capitanes enemigos o a héroes de la otra facción para debilitar a su ejército. Tras la victoria, recibiremos un suculento botín y ese territorio pasará a formar parte de la otra facción o en su defecto, verá reforzada su autonomía.

Nunca una entrega de Assassin´s Creed ha estado tan llena de vida.

Ser un mercenario también tiene sus consecuencias, y a medida que nuestro nombre se vuelva conocido, ya sea por asesinar en público o ser pillados robando pertenencias ajenas, las autoridades locales pondrán precio a nuestra cabeza y otros famosos mercenarios vendrán a por nosotros para cobrarlas.

En esta ocasión, se ha establecido un “ranking” de mercenarios en el que iremos escalando a medida que eliminemos a nuestros contrincantes, lo que incita a evitar a nuestros enemigos más duros hasta que seamos capaces de enfrentarnos a ellos y ocupar su puesto en la “Blacklist” de la Grecia Antigua.

Al principio del análisis comentamos que en Assassin´s Creed Odyssey, el mar retoma el protagonismo que tuvo en otros títulos de la saga, y lo hace de manera muy directa, ya que casi al comienzo de nuestra aventura nos convertimos en capitán/ana de la Adrastea, un navío con el que podremos surcar los mares griegos para desplazarnos de isla en isla.

Por supuesto no estaremos solos en el mar, si no que nos cruzaremos con barcos de guerra espartanos y atenienses además de con piratas y bandoleros que no dudarán un segundo en atacarnos para robar nuestros dracmas.

Por tanto, el título recupera las batallas navales en tiempo real, teniendo la posibilidad de lanzar flechas y jabalinas a los barcos enemigos para reducir su vitalidad, para luego decidir si embestirlos con nuestra quilla y destrozarlos, logrando así una gran cantidad de recursos, o mejor abordarlos y robar sus tesoros.

La Adrastea es totalmente personalizable, ya que podemos mejorar todos sus apartados a cambio de dinero y los distintos materiales que encontremos por el mundo. Podemos reforzar las defensas del barco, aumentar el daño de nuestros ataques o simplemente vestir a nuestros marineros con distintos aspectos que les confieran un look diferente.

A pesar de nuestra pericia en el mundo naval, un barco no se maneja solo. Es por ello que necesitamos Lugartenientes que nos ayuden en nuestra Odisea por los mares griegos. Aquí entra otra de las novedades incluidas en la saga, y es la posibilidad de reclutar a prácticamente todos los personajes que nos crucemos en nuestra aventura.

Si noqueamos a un enemigo en vez de matarlo, podremos ofrecerle la posibilidad de dejarlo todo y unirse a nuestra tripulación. Cada personaje reclutado tendrá unas características distintas, y al contratarlo como lugarteniente nuestro barco verá aumentadas distintas estadísticas.

Por supuesto, los lugartenientes también están divididos por un nivel de rareza al igual que las armas, así que si reclutamos a los enemigos más peligrosos, como otros Mercenarios o Líderes de regiones, se convertirán en nuestros más poderosos lugartenientes.

Mejorar siempre requiere sacrificios

Si tuviésemos que definir Assassin´s Creed Odyssey con una palabra, esa sería “perfeccionamiento”. Esta nueva entrega toma todo lo que Origins utilizó para renovar el estilo de la saga con un lavado de cara y lo pule para conseguir que estas mecánicas sean todavía más eficientes a la hora de aplicarlas.

Siguiendo la estela de su predecesor, AC Odyssey recupera el estilo RPG como base de su jugabilidad, volviendo al sistema de experiencia y subida de niveles con los que a su vez podemos adquirir nuevas habilidades para fortalecer a nuestro personaje, pero llevando esta mecánica un paso más allá.

La recreación de la ciudad de Atenas, una de las polis más importantes de este periodo histórico, es sencillamente abrumadora.

El daño que provoca el personaje está dividido en tres tipos: Asesinato (daño provocado al atacar sigilosamente a un enemigo), Caza (daño provocado con nuestro arco a distancia) y Combate (daño provocado con nuestras armas cuerpo a cuerpo). A su vez, las habilidades que adquiramos se distribuyen en estas tres ramas.

El sistema de Adrenalina de Origins (Recordad que al utilizarlo, entrabamos en un éxtasis en el que nuestro personaje golpeaba más rápido y duro) ha sido renovado, de manera que en aquí poseemos varias barras de Adrenalina que se gastarán conforme utilicemos nuestras habilidades.

Poniendo un ejemplo: Si adquirimos la habilidad Patada Espartana y la rueda de habilidades correspondiente, al utilizarla para desestabilizar a un enemigo gastamos una barra de Adrenalina, que se rellenará con el tiempo o al realizar un esquive o un bloqueo con éxito.

En esta ocasión, las habilidades van desde poder quitarle el escudo a un enemigo hasta a aplicar fuego o veneno a las armas, ordenar a un Lugarteniente que distraiga a los enemigos por nosotros o lanzar una andanada de flechas de fuego a una zona concreta, por lo que existen multitud de formas de afrontar cada situación en base a nuestro estilo de juego favorito.

Además, podemos realizar un “reseteo” de las habilidades cuando nos plazca, de manera que siempre podemos probar una nueva configuración en cualquier momento.

Tenemos multitud de opciones con las que personalizar a nuestro mercenario

El combate sigue la dinámica de Origins, basado en un ataque ligero, un ataque fuerte y un botón para esquivar. En esta nueva entrega se ha primado mucho más el “bloqueo” y contraataque, de manera que al pulsar L1 + R1 nuestro personaje es capaz de bloquear el ataque ligero del contrincante para luego desencadenar toda su furia con una sucesión de ataques, a la vez que recuperamos una barra de Adrenalina.

Por supuesto, hay ataques que únicamente podemos esquivar o romperán nuestras defensas y nos desestabilizarán. El esquive también ha sido reforzado, pudiendo poner más distancia entre nuestro enemigo y nosotros si mantenemos pulsado el botón más tiempo.

Tanto las armas como las armaduras vuelven a regirse por un sistema de colores que marca su nivel de rareza, siendo el equipamiento Legendario el que mejores estadísticas posee en comparación con el resto.

Las mecánicas de Mejorar el equipo en un herrero, de manera que siempre podamos portar nuestra espada favorita sin miedo a quedarnos cortos de daño conforme nos fortalecemos, o romper el equipo no usado en materiales básicos, siguen vigentes.

El añadido principal en esta sección es la posibilidad de realizar Grabados en el equipo para aumentar nuestras estadísticas base. De esta manera, si en nuestra espada colocamos un Grabado que aumente en un 5% nuestro daño de caza, nuestros ataques con arco harán más daño siempre y cuando llevemos esa espada equipada, lo que confiere un nuevo punto de personalización a nuestro equipo en base a nuestra manera de jugar.

Ícaro será el encargado de “reconocer” el terreno por nosotros al igual que Senu lo hizo en Origins, y con su ayuda podemos marcar enemigos, localizaciones y tesoros entre otros elementos.

Respecto a la exploración, Assassin´s Creed Odyssey introduce dos modos de juego distintos: El Modo Guiado será similar al de otros títulos de la saga, en el que nuestro objetivo saldrá directamente marcado en el mapa, sabiendo así en todo momento dónde tenemos que dirigirnos para completar una misión.

Sin embargo, si seleccionamos el nuevo Modo Exploración, deberemos averiguar la localización del objetivo mediante las “pistas” que nos ofrezcan aquellos que requieren nuestros servicios, de manera que tengamos que “exprimirnos la cabeza” un poco antes de averiguar nuestro lugar de destino. Esta mecánica otorga un punto extra a la exploración sin llegar a hacerse pesada o difícil en ningún momento.

Las vistas de Atenas a ojos de Ícaro son una auténtica delicia

La belleza del mundo antiguo

Gráficamente, Assassin´s Creed Odyssey continúa la estela de la saga apostando por el realismo y cuidando cada detalle en pantalla. Las expresiones faciales se han visto mejoradas respecto a su predecesor más directo de manera que tanto los gestos de los personajes como sus acciones transcurren de manera natural y fluida.

Las expresiones faciales provocan una gran sensación de naturalidad al entablar conversaciones con otros personajes

Todo el entorno que nos rodea a la hora de recorrer el mundo está finamente cuidado, de manera que no sintamos la sensación de estar en un mundo artificial en ningún momento. Los aldeanos trabajan en sus tareas cotidianas y mantienen sus propias conversaciones, mientras que los soldados duermen, orinan, se ríen y comen a la vez que vigilan sus puestos, como ya ocurría en anteriores entregas.

El título cuenta con un Modo Foto desde el principio, de manera que podemos capturar momentos emblemáticos a placer y editarlos para conseguir fotos realmente espectaculares.

Con el Modo Foto podemos conseguir fotos tan impresionantes como esta

Por otro lado, la banda sonora acompaña a la historia y a su ambientación a la perfección. La música resalta los momentos importantes sumando epicidad a las grandes escenas, mientras que en lo cotidiano también aportan a la aventura con pequeños detalles, como las canciones marineras que nuestros subordinados cantan mientras navegamos por los mares griegos.

Como ya hemos comentado, todas las mecánicas comentadas ya estaban presentes en la entrega anterior, pero han sido revisadas, modificadas y mejoradas para adaptarlas al nuevo entorno en el que se desarrolla AC Odyssey.

Por desgracia, varios de estos elementos que han ganado en espectacularidad sufren también de bastantes bugs, sobre todo al ejecutar enemigos o realizar ataques especiales, cosa que afea el resultado final, siendo esto algo meramente estético, sin afectar a la jugabilidad.

Poniendo un ejemplo: Fobos, nuestro querido caballo, ha sido rediseñado para que con el podamos surcar las escarpadas tierras de las islas griegas sin problema, de manera que con un mínimo camino disponible, el caballo consigue llegar a nuestro objetivo sin bloquearse o impedirnos continuar, pero a costa de realizar movimientos extraños y artificiales o deformándose al saltar.

Esperemos que estos fallos visuales se vayan puliendo y arreglando con el tiempo para no convertirse en un “talón de Aquiles” de esta nueva entrega de la saga Assassin´s Creed.

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