Análisis Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón

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Naughty Dog inaugura la generación con el cierre magistral a su saga más brillante
Por Manuel Gimeno 5 mayo, 2016

No son pocos los que miran de vez en cuando a su consola PlayStation 3 pensando que el cambio generacional no ha sido para tanto; que PS4 está llena de remasterizaciones innecesarias y que, dejando de lado tres o cuatro juegos, no hay nada que indique que se está en otra etapa tecnológica. Tal vez inFAMOUS Second Son y The Order: 1886 lo hicieran en el aspecto audiovisual, evidenciando la potencia de la nueva máquina japonesa; o que Metal Gear Solid V: The Phantom Pain y The Witcher 3: Wild Hunt demostraran que ya hay incluso obras maestras en esta generación. Pero no ha sido hasta este mismo momento, hasta que Naughty Dog se ha presentado en la sala con su espectacular y flamante Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón, cuando realmente se ha podido constatar que PlayStation 4 ya vale la pena solo por poder jugar a uno de los mejores títulos de los últimos tiempos.

Un juego que además supone el cierre a una de las sagas más aclamadas por usuarios y crítica especializada de la historia reciente; que reinventó al Indiana Jones de George Lucas y a la Lara Croft de Eidos para hacer de la acción y la aventura un género que brilla con luz propia bajo sus propias siglas. La evolución de Nathan Drake como personaje confluye en su desenlace con los ingredientes que tanto éxito han acompañado a Uncharted desde siempre, como las leyendas más espectaculares, los momentos de adrenalina más intensos y el humor irónico más socarrón. Todo para conformar un final que si bien no alcanza por poco la cumbre escalada por Uncharted 2: El Reino de los Ladrones, supone igualmente un broche de oro ideal a la mayor seña de identidad PlayStation.

Pero catalogar a esta última entrega de Drake como el colofón a una franquicia sería quedarse corto, pues Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón acaba por cerrar el círculo de toda la trayectoria reciente de los californianos. Este título no podría entenderse, efectivamente, sin el deseado Dorado de El Tesoro de Drake, la gélida ciudad perdida de Shambhala de El Reino de los Ladrones o el oculto Iram de los Pilares de La Traición de Drake; pero tampoco sin la madurez creativa que Naughty Dog alcanzó con The Last of Us y que acierta en mostrar de nuevo en esta entrega. Y es que, influenciado claramente por las aventuras de Joel y Ellie, la historia de Nate en esta ocasión ata los caballos más en corto para plantear conflictos emocionales derivados del sentimentalismo familiar con su hermano Sam, o del amor de pareja que nace entre él y Elena. Una mirada la de Drake más adulta que nunca e incluso dramática en algunos puntos, que busca saciar de alguna manera la voracidad por vivir aventuras trepidantes, pero no necesariamente por llegarlas a concluir. Un planteamiento muy interesante y diferente que hubiera sido redondo de haber encontrado un final a la altura de la intención.

[RELACIONADO=Una historia de piratas]Tras las trepidantes aventuras de Nathan Drake en busca de tesoros increíbles en PlayStation 3 y PlayStation Vita, Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón no se quiere quedar atrás y propone al jugador encontrar las riquezas nunca descubiertas de Henry Avery, uno de los grandes capitanes pirata de todos los tiempos. La historia nace justo de su propia reputación, ya que fue uno de los pocos bucaneros que se retiró con su tesoro sin haber sido nunca capturado por las autoridades.[/RELACIONADO]Aquí en primer lugar se encuentra la gran diferencia entre Uncharted 4 y el resto de juegos de la franquicia, en esa duda de Drake que contrasta con la firme determinación de los anteriores juegos por encontrar los ansiados tesoros fuese como fuere, y que condiciona radicalmente tanto la historia como la propia forma de jugar, que más adelante trataremos con profundidad. Esta entrega, en consecuencia, tiene un ritmo algo más pausado que las anteriores debido a la introducción de escenas interactivas directamente planteadas para fortalecer el argumento, y que se suman a las cinemáticas para enriquecer la historia e incluso darle un cariz algo más trágico por momentos. El acercamiento de hecho a la siempre omnipresente “película interactiva” es total, y esta vez en el buen sentido. Uncharted 4 no es The Order: 1886 porque el equilibrio entre las fases de disparos, plataformas, investigación y cinemáticas es realmente bueno, y se consigue obtener lo mejor del séptimo arte gracias principalmente al apartado visual apabullante, y eso sin perder la acción de la que siempre ha hecho gala la franquicia.

Sin embargo, Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón peca de tener menos momentos álgidos que cualquiera de los otros juegos, sin que realmente lo dicho anteriormente sea la causa. Simplemente en Naughty Dog no han considerado necesario reproducir muchas más situaciones tan épicas como la de la persecución y huida en coche que se mostró en el pasado E3; siendo además ésta la fase más divertida de largo de todo el juego, que visto lo visto deberían haberse guardado para el deleite del jugador. En comparación, por ejemplo, con Uncharted 3, encontramos en este último muchas más de estas situaciones, como el incendio, el barco hundiéndose o el accidente de avión, entre muchas otras. Un hecho que me deja algo frío cuando echo la vista atrás y miro todos los episodios que componen el juego, siendo este el mayor defecto del título en sus 17 horas de juego.

Pero ya está, hasta aquí el mayor problema que tiene Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón y que, aunque puede pesar como una losa al fan de siempre, no le impedirá ver los obsequios que Naughty Dog hace de múltiples maneras. Es el caso de los coleccionables, que en este juego cobran más importancia que nunca al suponer complementos perfectos para resolver el rompecabezas de esta historia. Hablo de diálogos y entradas de diario que acompañan a los tesoros de siempre, y que ansiarás encontrar exprimiendo al máximo las nuevas zonas abiertas para descubrir en cada rincón una nueva referencia, curiosidad o huevo de pascua. Una novedad en esta entrega la de estos espacios abiertos que funciona bien gracias a este incentivo, pero que además permite llegar a un mismo lugar por primera vez en la franquicia sin pasar necesariamente por un camino determinado. Uncharted 4 no tiene un mundo abierto por esto, pero la sensación de libertad sí que es un extra importante que se convierte en virtud en esta entrega.

Este título no podría entenderse, efectivamente, sin el deseado Dorado de El Tesoro de Drake, la gélida ciudad perdida de Shambhala de El Reino de los Ladrones o el oculto Iram de los Pilares de La Traición de Drake; pero tampoco sin la madurez creativa que Naughty Dog alcanzó con The Last of Us

Y lo mejor de todo es que no es algo que se limite solo a aquella escena de la sabana vista recientemente, sino que en casi todos los lugares que se visitan (y que no diré para preservar la sorpresa) hay alguna que otra fase donde campar libremente con Drake y compañía con la posibilidad encontrar zonas similares a las “tumbas” del reinicio de Tomb Raider. Hay multitud de lugares escondidos que contienen alguno de los coleccionables que he mencionado, y a los que se accede incluso resolviendo en ocasiones incluso puzles. Desearás descubrirlos no por sentir que has completado la partida, más bien por el anhelo de saber de cabo a rabo el pasado, el presente y hasta el futuro más inmediato de Drake, de su hermano Sam, de Sully y, sobre todo, de Elena.

Y de aquí en adelante el juego no es ni más ni menos que un “más y mejor” de manual. De hecho, el sistema de disparos en tercera persona funciona más fino que nunca; sin grandes innovaciones, eso sí, pero disponiendo de la sensibilidad y el manejo óptimo para superar sin problemas las situaciones de riesgo extremo. La mayor novedad en todo este entramado, y que afecta radicalmente a las fases de “plataformeo”, es la adición del gancho. Este artilugio que se ha podido ver en multitud de tráilers hasta la saciedad será una herramienta recurrente durante todo el juego, que está muy bien implementada y que da más dosis de variedad tanto a las situaciones de acción como a esos ratos en los que uno se pasa largo rato colgado de las paredes.

Pero en lo que cambia esta entrega cuando uno tiene a varios enemigos por delante es en el sigilo. Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón arrastra la madurez al plano interactivo y le dice al jugador que “ir a machete” no tiene por qué ser la mejor opción, por lo que las posibilidades para superar zonas matando soldados sin que nadie se entere son enormes. De hecho, yo mismo, que no me llevo nada bien en los videojuegos con eso de esconderme y atacar, he optado por esta alternativa en gran cantidad de ocasiones gracias a lo bien planteado que está cada nivel y a una inteligencia artificial amiga perfecta que no me ha fallado en ningún momento de la partida.

Seguramente éste sea sin duda el aspecto más positivo del juego en el plano interactivo. Corrigiendo los pequeños defectos de Ellie en The Last of Us, cada uno de los compañeros que respaldan a Drake se comportan excepcionalmente bien, atendiendo e imitando la intención que se tenga de querer echar mano del sigilo o de la acción. No están de adorno ninguno de ellos, y será una sorpresa ver que se puede confiar en que cubran su flanco con determinación y sin miedo a que nadie les detecte. Además, los enemigos no se quedan atrás, y cuando tienen la sospecha de que algo ronda cerca de ellos se empiezan a mover con una ansiedad y aleatoriedad que incrementa la dificultad para acabar ese nivel sin que nadie pueda verte.


Todo esto se traslada luego al modo multijugador de Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón, que sin ninguna duda es el más completo de la saga hasta la fecha. De hecho, el mentado gancho le da la salsa necesaria para renovarlo por completo y añadir un elemento tan adictivio de usar como divertido en su ejecución. Igual que las rachas sobrenaturales, que lucen también ambas cualidades para aportar más frescura aún a un modo de juego en el que Naughty Dog no reinventa la rueda por la poca innovación de sus modos de juego, pero que asegura de entrada horas y horas de diversión que lo alejan de ser un mero añadido como sí ocurre con una gran cantidad de juegos.

Sobre todo esto ocurre por la gran decisión de PlayStation y del estudio de ofrecer todo el contenido para la vertiente online de forma gratuita, accediendo a todos los mapas, modos de juego, armas y apariencias, entre otras muchas cosas, con la propia moneda del juego. Extras que se irán incorporando en un ambicioso plan que abarca hasta un año entero de duración como mínimo; lo suficiente para alargar el periodo jugable un tiempo considerable.

Aunque nada de esto que cuento se podría entender sin la fachada que cubre lo anteriormente descrito. Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón marca desde hoy un antes y un después en la historia de los videojuegos a nivel técnico, habiendo logrado de nuevo Naughty Dog señalar los límites de PlayStation 4 como antaño lo hiciera con PS3. Y lo mejor de todo es que es un trabajo que tiene sentido, y que da un valor brutal a la historia y todo el entorno que la rodea. Y es que, por ejemplo, no sería posible que los personajes hablaran con la mirada o con sutiles gestos si no existiera el mayor repertorio de animaciones hecho nunca para un videojuego. Animaciones que van desde una leve mueca hasta el natural movimiento de todo el cuerpo del personaje, y que se convierten en una herramienta narrativa tan importante como los propios diálogos incluso. Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón es tan cinematográfico no porque no interactues con él, sino porque usa las mismas herramientas comunicativas que el cine y el teatro gracias al hiperrealismo de todos sus protagonistas.

Y es que Naughty Dog lo ha vuelto hacer. El estudio estrella de PlayStation ha demostrado una vez más que no es necesaria la fuerza bruta del PC y que poco importan aspectos como la resolución y la tasa de imágenes por segundo para hacer un juego brillante a nivel técnico; un juego que pasa la mano por la cara en este sentido a cualquiera que hasta ahora se haya dignado siquiera en intentar enarbolar la bandera de potencia en esta generación, y que seguramente mantenga esa posición de dominio extremo hasta que el propio estudio californiano decida sobrepasar unos límites puestos por ellos mismos. Incluso con el aspecto sonoro, con la banda sonora presente para intensificar siempre los momentos clave; o el excelente doblaje al castellano, el mejor que yo he podido escuchar hasta ahora en un videojuego cuyo mérito también recae algo en la división española de PlayStation.

Siendo preciso, podría detenerme a hablar tranquilamente de esos primeros planos en los que se aprecia la barba de Drake a la perfección, o las expresiones faciales de Elena que dicen mucho más que sus palabras. Pero si aparto la mirada del modelado de los personajes y la dirijo a los paisajes, los edificios y el entorno en general, los ojos ya se me saltan de las órbitas ante todo el espectáculo desplegado. La distancia de dibujado es brutal y bien definida; la vegetación frondosa, extensa y espectacular; los interiores quitan el hipo ante un nivel de detalle increíble. Y lo mejor es que todo fluye a la perfección, con una tasa de imágenes por segundo seguramente algo superior a los 30 fotogramas (60 en el modo multijugador) y que no se resiente en ningún momento. Porque Uncharted 4 es tan espectacular como sólido en el aspecto técnico. Tan sólido que no he llegado a tener ningún problema durante todo el tiempo de análisis. Algo tristemente digno de mención hoy en día en el mundo de los videojuegos.

Y así termina este camino. Así ha concluído Naughty Dog las aventuras de Nathan Drake. Podrían haber añadido muchos más momentos potentes; podrían haber innovado más en las fases de acción, pero es que Uncharted 4 ofrece cosas nunca antes vistas hasta ahora en ningún videojuego, sea de la plataforma que sea. Es un imprescindible de esta generación, el mejor juego de PS4 hasta la fecha, y que pone en serios aprietos al resto de estudios y compañías que intentan vender cosas ordinarias como extraordinarias, pero que se deberían sonrojar al ver de lo que Naughty Dog ha sido capaz de hacer una vez más.

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Jugabilidad: 9.25
Gráficos: 10
Sonido: 9.75
Satisfacción: 9.5

Análisis

Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón es el primer gran regalo de Naughty Dog al usuario de PS4 en general; pero también a ti, fan de Uncharted, que me lees ahora tras años siguiendo las trepidantes aventuras del “descendiente” de Sir Francis Drake. Disfrutarás con las mil referencias a los anteriores juegos, saborearás la madurez de la historia contada a través de cada pequeña conversación y te divertirás con la acción de siempre. Eso sí, es posible que eches en falta esos momentos tan potentes de los anteriores juegos, que esta vez son algo más escasos y que suponen el aspecto más flojo de todo el conjunto. Sin embargo, Uncharted 4 no deja por ello de ser el broche de oro a una de las mejores sagas de PlayStation.