Noticias Por Silvia Galiana 3 mayo, 2013

Concurso Dead Island: Riptide, quinto seleccionado

Quinto y último texto seleccionado para conseguir la Zombie Bait Edition que regalamos.

Ha sido una semana intensa, más de 50 mails recibidos y un total de 45 relatos. Nos lo habéis puesto muy difícil, pero por fin nos hemos puesto de acuerdo con el quinto y último texto seleccionado. Si no habéis tenido la suerte de estar entre estos cinco afortunados, tened en cuenta que ha habido mucho nivel.

A continuación os presentamos el quinto y último relato seleccionado de nuestro concurso de Dead Island: Riptide, uno de los cinco textos que podrá ganar la espectacular Zombie Bait Edition que regalamos gracias a Koch Media España.

En breve habilitaremos la encuesta para que podáis seleccionar a vuestro campeón de entre todos los relatos que hemos ido publicando a lo largo de la semana.

¡¡Mucha suerte a todos!!

por @Niebla84

Hace 17 días que Marc salió por la puerta de nuestra habitación, recuerdo perfectamente ese momento, supongo que el cerebro se encarga de olvidar lo negativo de nuestras vivencias para amparar la existencia humana, por mucho que la situación sea tan adversa.

Al mediodía no podía más con la incertidumbre y decidí hacerme un test de embarazo cuando al segundo día de nuestro viaje de novios a esta isla del pacífico fue entorpecido por una serie de vómitos que no podía controlar. Pude percibir que algo en mi cuerpo estaba cambiando, llámale gastroenteritis, o tal vez instinto materno. Marc me besó y me dio un abrazo cálido que apacigua recordarlo, después salió a reservar la cena en un asiático que el hotel nos ofrecía por las pulseras de “todo incluido”. Hubiera sido el momento perfecto de decírselo, de ver la cara que iba a poner, ya teníamos nombres elegidos en el caso de que algún día me quedara embarazada. Era Víctor en el caso de un niño, o como yo, Rossi, en caso contrario. El test salió positivo y lo mejor de nuestras vidas estaba en camino.

Me quedé profundamente dormida en la cama de la habitación, ya que la noche anterior fue intensa y conocimos una pareja. Congeniamos perfectamente con Andrew y Cloe desde el momento en el que nos conocimos y nos fuimos a bailar a la discoteca del hotel. Desperté, pareció haber pasado una eternidad cuando solo pasaron 3 horas. Disfruté de un sueño en el que Marc y yo estábamos cenando en ese restaurante asiático y le enseñé el test de embarazo, él parecía el hombre más feliz de la tierra.

Me percaté de que Marc no estaba y sobre todo de un silencio inquietante, me asomé a la ventana donde la bola de fuego se desvanecía dejando un océano cristalino y un cielo apocalíptico, era tan deslumbrante la puesta de sol que no me dejaba ver más allá. Decidí salir a buscarlo, seguramente se habría encontrado con la pareja de anoche, tiene esa facilidad. Mientras me acercaba a la salida de la habitación sentí un murmullo justo al otro lado, seguido de un ruido cortante, desgarrador. Me recorrió una sensación de curiosidad y miedo de la que no pude escapar, ¿quién podría ser?, abrí la puerta de golpe para averiguarlo. A dos metros de mí yacía en tierra la imagen aterradora de un cuerpo desmembrado, le faltaban todas las extremidades excepto un brazo y parte de la cabeza, a varios metros multitud de cuerpos mutilados se alzaban paulatinamente y serpenteando como si fueran obras de arte del mismísimo diablo. Me quedé bloqueada durante diez segundos que parecieron una eternidad, no era capaz de encontrarle sentido a lo que mis ojos veían, ¡todo el mundo estaba muerto! De repente algo me tocó la pierna con fuerza, era el cuerpo que yacía en tierra en frente mío, su mano impregnada en sangre intentó agarrarme mientras su cabeza que dejaba ver los sesos se balanceaba buscándome la pierna, caí hacia atrás al tropezarme con el escalón de la habitación y me golpeé en la cabeza perdiendo el conocimiento. No recuerdo nada más.

Fui salvada por Andrew, desgraciadamente Cloe no sobrevivió. Durante los siete días siguientes del holocausto fuimos refugiándonos en multitud de lugares buscando comida, esquivando grupos de esos monstruos que habían perdido su parte humana. Entramos en lo que parecía ser un gimnasio, las máquinas estaban impregnadas en sangre y el hedor era insoportable, continuamos avanzando y paramos al escuchar el gemido terrorífico al final de la sala, el tubo fluorescente del fondo dejaba ver una sombra enorme que se acercaba hacia nosotros. Apareció una criatura de casi dos metros, de unos ciento cuarenta kilos con la bolsa intestinal colgando en su abdomen. Llevado por el demonio se abalanzó sobre nosotros, que aterrorizados no pudimos inmutarnos, un disparo de recortada sonó cuando teníamos los ojos cerrados.

Fuimos salvados por un grupo de supervivientes que exploraban la zona en busca de provisiones y analizaban el modo de salir de esa isla, no había barcos, las radios no funcionaban, todo era contradictorio. Hoy me encuentro encerrada junto con un grupo de desconocidos en una especie de búnker preparado para un holocausto zombi, es un recinto vallado lo suficientemente grande para todos nosotros, aquí colaboramos aportando lo mejor de nosotros para poder convivir y sobrevivir, pero nadie deja atrás el pasado. Muchos han perdido delante de sus propias narices a hijos, a padres…desde aquél día no he vuelto a ver a Marc, pero si algo hemos aprendido es a adaptarnos, a luchar por sobrevivir y a no perder la esperanza.

“Dentro de mí sigue creciendo algo de ti, sé que pase lo que pase no dejaremos de buscarte. No te rindas, te necesitamos aquí en nuestras vidas.

Por siempre tuya:

Rossi”

Podéis consultar las bases completas del concurso aquí: Participa en el terrorífico concurso de Dead Island: Riptide