El Deiver
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- febrero 8, 2008
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Entre tanto título lleno de historias cada vez más complejas y cinematográficas, entre tanta mecánica llena de sigilo y estrategias previas de lo más elaboradas, muchas veces recordamos con nostalgia los tiempos donde jugar se limitaba a entretenerse repitiendo el mismo nivel una y otra vez hasta que, por fin, conseguíamos nuestro ansiado objetivo y se nos dibujaba una enorme cara de satisfacción.
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Pues precisamente eso debieron pensar los afamados chicos de Bizarre Creations, autores de la mítica saga Project Gotham Racing, cuando se pusieron manos a la obra con The Club. Desde su gestación ha sido concebido como un proyecto directo, de jugabilidad clásica pero que aproveche la tecnología actual para dar término a una experiencia simple, pero adictiva. Así que, tomando como base dos géneros tan dispares como son el shooter y la conducción, se ha producido una mezcla explosiva, directa, y de lo más interesante.
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El título del juego proviene del nombre adoptado por una sociedad secreta, formada por gente de poder y con ciertos gustos algo sádicos. Así, a través de métodos poco ortodoxos irán reclutando a una serie de personajes que, cuales gladiadores, tendrán que satisfacer las exigencias de sus nuevos señores. Éstas, por supuesto, se resumirán a recrear un festival de plomo y sangre cuanto más espectacular, mejor.
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No existirá apenas ningún dato que nos deje ver la personalidad de estos ocho desafortunados. De hecho, todo se reduce a una pequeña descripción en la pantalla de selección, al video de introducción y a la pequeña recompensa cuando vamos completando el modo principal de juego. En total se resumiría cada historia en veinte segundos, para que veáis hasta qué punto se ha optado por la acción más directa.
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Aspecto Técnico
El Club ha adquirido ocho escenarios de entre los lugares más inesperados para realizar sus masacres. Entre ellas se encuentra un caserío, una fundición, una prisión y hasta la bella ciudad de Venecia ha caído bajo sus garras. De esta forma recorreremos distintas zonas de cada uno de ellos según el modo de juego que se nos presente.
Éstos, por lo general, son de una estética oxidada y derruida, con miles de escombros, pintadas, y demás elementos secundarios correspondientes. Las texturas y el modelado son más que aceptables, y por lo general los elementos destructibles serán los mínimos, tales como cristales y pequeñas tablas de madera. Los personajes siguen un esquema de tal forma que en un principio, aquel que controlemos tendrá una calidad sustancialmente mayor a diferencia de los enemigos, sobre todo en lo que a rasgos faciales se refiere. Por suerte, gracias a la perspectiva, colocada en tercera persona y sobre el hombro, apenas lo notaremos.
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Pero sin duda, es con todos los elementos conjugados y en movimiento donde se nota la calidad y el empeño en dejar un producto bien acabado: un efecto blur -borroso- mientras corremos o apuntamos, explosiones de lo más espectaculares, la cantidad de elementos que se pueden ver en pantalla a la vez... la sensación de conjunto prima y le hace brillar en el aspecto técnico sin necesidad de mayores filigranas.
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La música, en cambio, es más discreta. Más allá del tema del video introductorio, apenas oiremos unos cuantos mientras el ruido ensordecedor de las balas lo tapa completamente. Sonidos que, por cierto, han sido tomados de multitud de fuentes reales para conocer cómo suena la bala en cada superficie, y grabados posteriormente para darle más sensación de realismo a la partida. Por otro lado, y aunque no sea necesario en juegos de esta índole, nunca está de más comentar que ha sido completamente localizado a nuestro idioma.
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Jugabilidad
Nuestro objetivo, como decíamos antes, es ir de un punto a otro matando lo máximo que nos sea posible. Para ello, conforme vayamos haciéndolo se nos llenará una barra de combo, cuya función será multiplicar nuestra cantidad por el número de personas que hayamos matado sin que el combo se gaste. Hacer combinaciones entre combos y ataques especiales mientras que a la vez conservamos la mayor parte de nuestra vida es fundamental para llegar a buen puerto.
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Se siguen además caminos muy cortos, aunque en ocasiones laberínticos, y para poder mejorar tendremos que poco menos que memorizar la posición de los enemigos y la configuración del terreno de forma que hagamos combos cada vez más grandes. Pero si además, por ejemplo, disparas a la cabeza, desde muy lejos o atravesando alguna superficie sospechosa, el programa te lo indica y te regala una bonificación para conseguir más puntos aún.
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Las armas que usaremos para ello son de lo más normales, bastante diferenciadas entre sí. Tenemos metralletas, tanto UZIs como carabinas o fusiles de asalto, pistolas, escopetas de varios tamaños. Claro está, es conveniente adaptarse a cada tipo según la situación lo requiera: no es lo mismo disparar a un enemigo cercano que a uno en un recoveco complicado, por lo que a términos de precisión, la metralleta gana por goleada.
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Luego, además, existen diferentes modalidades de juego. La más típica es el Sprint, donde tendremos que movernos del punto A hasta el punto B sin más. Además de esa existen algunas como Asedio, donde debes mantenerte en un lugar reducido, sobreviviendo a oleadas enemigas ; Corre por tu vida, una especie de sprint contrarreloj donde se te pone un tiempo límite para completar el nivel ; Contrarreloj, un pequeño circuito que has de recorrer durante varias vueltas; y Supervivencia, idéntica al Asedio salvo que el espacio por el que te mueves es mayor.
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Esto, combinado a la elección del personaje, se hace fundamental para entrar con buenas posibilidades. Existen ocho, dos de los cuales no están desbloqueados en un principio. Cada uno tiene tres parámetros que son fuerza, velocidad y resistencia. De esta manera podemos comprobar cómo Dragov, que tiene una alta resistencia aunque poca velocidad, puede sin ningún tipo de problema aguantar un asedio. Justo al contrario ocurre Kuro, quien es muy ágil pero demasiado frágil si cae bajo fuego rival.
Las modalidades principales donde podremos competir son el Torneo y el evento único. El primero se compone de ocho campeonatos, en los cuales, como si de un Mario Kart se tratara, la victoria se la llevará el que tenga más puntos en la clasificación general. Para ello habrá ir pasando prueba tras prueba, e intentando quedar en primera posición en cada una de ellas. Lo interesante es la curva de dificultad excelente que se ha implementado: existen varios modos, desde “De Paso” hasta “Real”, donde tendremos una puntuación mayor a batir. En el último es un auténtico reto llegar hasta la primera posición, pero el paso progresivo hasta ahí funciona de una forma tan fluida que terminas cambiando naturalmente.
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Por último, tenemos los eventos individuales, que son las distintas pruebas de cada mapa desgranadas para jugarlas en el orden que nos plazca y conseguir la bala del color deseado: bronce, plata, oro y platino. También existe la llamada modalidad de tiroteo, que es un torneo el cual puedes personalizar a placer y jugar con hasta cuatro jugadores; por turnos, eso sí.
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Lo que ocurre es que, aunque tienes muchas cosas por hacer, todas se vienen a reducir a lo mismo: apenas hay una variedad de mapas y modos suficiente como para hacer un juego que funcione y enganche durante tanto tiempo. Así, su mayor virtud se convierte además en su mayor defecto.
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El multijugador, por su parte, también tiene una de cal y otra de arena. Se puede disfrutar tanto por Xbox Live! Como por PSNetwork, con soporte de hasta ocho jugadores. Los modos son, además de los conocidos Deathmatch, Capturar la bandera y Caza del Zorro, existe un curioso modo llamado “Destruye la calavera”, en el que las insignias enemigas están escondidas, y tú debes encontrarlas y hacerlas volar. Una lástima, que un juego que podría dar tanto de sí en su faceta online se vea limitado de esta forma en modos y máximo de jugadores.
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Conclusión
The Club es un título satisfactorio. Innova dentro de un género farragoso y lleno de ideas recicladas, y lo hace con una fórmula que podría dar bastante éxito. Un juego de acción rápida donde lo único que cuenta es disparar, aprenderte los recorridos y confiar en tu habilidad para ser uno de los mejores del mundo. Es de lo más tentador, sin duda.
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Lo que le lastra es su escasa variedad de escenarios y modos, pocos y demasiado similares entre sí. Asimismo, la faceta online que prometía ser de lo más interesante, se ha visto mermada por su falta de originalidad, y sobre todo ese límite de jugadores en ocho, que llega a estropearlo bastante. En definitiva, un juego que apunta muy buenas maneras, pero que no ha desvelado aún todo su potencial.
Lo bueno
Original y adictivo
Una curva de dificultad fantástica
Personajes bien compensados en atributos
Lo malo
Se hace demasiado repetitivo, aún siendo su naturaleza
Falta de variedad de mapas
Multijugador muy escaso
Pues precisamente eso debieron pensar los afamados chicos de Bizarre Creations, autores de la mítica saga Project Gotham Racing, cuando se pusieron manos a la obra con The Club. Desde su gestación ha sido concebido como un proyecto directo, de jugabilidad clásica pero que aproveche la tecnología actual para dar término a una experiencia simple, pero adictiva. Así que, tomando como base dos géneros tan dispares como son el shooter y la conducción, se ha producido una mezcla explosiva, directa, y de lo más interesante.
El título del juego proviene del nombre adoptado por una sociedad secreta, formada por gente de poder y con ciertos gustos algo sádicos. Así, a través de métodos poco ortodoxos irán reclutando a una serie de personajes que, cuales gladiadores, tendrán que satisfacer las exigencias de sus nuevos señores. Éstas, por supuesto, se resumirán a recrear un festival de plomo y sangre cuanto más espectacular, mejor.
No existirá apenas ningún dato que nos deje ver la personalidad de estos ocho desafortunados. De hecho, todo se reduce a una pequeña descripción en la pantalla de selección, al video de introducción y a la pequeña recompensa cuando vamos completando el modo principal de juego. En total se resumiría cada historia en veinte segundos, para que veáis hasta qué punto se ha optado por la acción más directa.
Aspecto Técnico
El Club ha adquirido ocho escenarios de entre los lugares más inesperados para realizar sus masacres. Entre ellas se encuentra un caserío, una fundición, una prisión y hasta la bella ciudad de Venecia ha caído bajo sus garras. De esta forma recorreremos distintas zonas de cada uno de ellos según el modo de juego que se nos presente.
Éstos, por lo general, son de una estética oxidada y derruida, con miles de escombros, pintadas, y demás elementos secundarios correspondientes. Las texturas y el modelado son más que aceptables, y por lo general los elementos destructibles serán los mínimos, tales como cristales y pequeñas tablas de madera. Los personajes siguen un esquema de tal forma que en un principio, aquel que controlemos tendrá una calidad sustancialmente mayor a diferencia de los enemigos, sobre todo en lo que a rasgos faciales se refiere. Por suerte, gracias a la perspectiva, colocada en tercera persona y sobre el hombro, apenas lo notaremos.
Pero sin duda, es con todos los elementos conjugados y en movimiento donde se nota la calidad y el empeño en dejar un producto bien acabado: un efecto blur -borroso- mientras corremos o apuntamos, explosiones de lo más espectaculares, la cantidad de elementos que se pueden ver en pantalla a la vez... la sensación de conjunto prima y le hace brillar en el aspecto técnico sin necesidad de mayores filigranas.
La música, en cambio, es más discreta. Más allá del tema del video introductorio, apenas oiremos unos cuantos mientras el ruido ensordecedor de las balas lo tapa completamente. Sonidos que, por cierto, han sido tomados de multitud de fuentes reales para conocer cómo suena la bala en cada superficie, y grabados posteriormente para darle más sensación de realismo a la partida. Por otro lado, y aunque no sea necesario en juegos de esta índole, nunca está de más comentar que ha sido completamente localizado a nuestro idioma.
Jugabilidad
Nuestro objetivo, como decíamos antes, es ir de un punto a otro matando lo máximo que nos sea posible. Para ello, conforme vayamos haciéndolo se nos llenará una barra de combo, cuya función será multiplicar nuestra cantidad por el número de personas que hayamos matado sin que el combo se gaste. Hacer combinaciones entre combos y ataques especiales mientras que a la vez conservamos la mayor parte de nuestra vida es fundamental para llegar a buen puerto.
Se siguen además caminos muy cortos, aunque en ocasiones laberínticos, y para poder mejorar tendremos que poco menos que memorizar la posición de los enemigos y la configuración del terreno de forma que hagamos combos cada vez más grandes. Pero si además, por ejemplo, disparas a la cabeza, desde muy lejos o atravesando alguna superficie sospechosa, el programa te lo indica y te regala una bonificación para conseguir más puntos aún.
Las armas que usaremos para ello son de lo más normales, bastante diferenciadas entre sí. Tenemos metralletas, tanto UZIs como carabinas o fusiles de asalto, pistolas, escopetas de varios tamaños. Claro está, es conveniente adaptarse a cada tipo según la situación lo requiera: no es lo mismo disparar a un enemigo cercano que a uno en un recoveco complicado, por lo que a términos de precisión, la metralleta gana por goleada.
Luego, además, existen diferentes modalidades de juego. La más típica es el Sprint, donde tendremos que movernos del punto A hasta el punto B sin más. Además de esa existen algunas como Asedio, donde debes mantenerte en un lugar reducido, sobreviviendo a oleadas enemigas ; Corre por tu vida, una especie de sprint contrarreloj donde se te pone un tiempo límite para completar el nivel ; Contrarreloj, un pequeño circuito que has de recorrer durante varias vueltas; y Supervivencia, idéntica al Asedio salvo que el espacio por el que te mueves es mayor.
Esto, combinado a la elección del personaje, se hace fundamental para entrar con buenas posibilidades. Existen ocho, dos de los cuales no están desbloqueados en un principio. Cada uno tiene tres parámetros que son fuerza, velocidad y resistencia. De esta manera podemos comprobar cómo Dragov, que tiene una alta resistencia aunque poca velocidad, puede sin ningún tipo de problema aguantar un asedio. Justo al contrario ocurre Kuro, quien es muy ágil pero demasiado frágil si cae bajo fuego rival.
Las modalidades principales donde podremos competir son el Torneo y el evento único. El primero se compone de ocho campeonatos, en los cuales, como si de un Mario Kart se tratara, la victoria se la llevará el que tenga más puntos en la clasificación general. Para ello habrá ir pasando prueba tras prueba, e intentando quedar en primera posición en cada una de ellas. Lo interesante es la curva de dificultad excelente que se ha implementado: existen varios modos, desde “De Paso” hasta “Real”, donde tendremos una puntuación mayor a batir. En el último es un auténtico reto llegar hasta la primera posición, pero el paso progresivo hasta ahí funciona de una forma tan fluida que terminas cambiando naturalmente.
Por último, tenemos los eventos individuales, que son las distintas pruebas de cada mapa desgranadas para jugarlas en el orden que nos plazca y conseguir la bala del color deseado: bronce, plata, oro y platino. También existe la llamada modalidad de tiroteo, que es un torneo el cual puedes personalizar a placer y jugar con hasta cuatro jugadores; por turnos, eso sí.
Lo que ocurre es que, aunque tienes muchas cosas por hacer, todas se vienen a reducir a lo mismo: apenas hay una variedad de mapas y modos suficiente como para hacer un juego que funcione y enganche durante tanto tiempo. Así, su mayor virtud se convierte además en su mayor defecto.
El multijugador, por su parte, también tiene una de cal y otra de arena. Se puede disfrutar tanto por Xbox Live! Como por PSNetwork, con soporte de hasta ocho jugadores. Los modos son, además de los conocidos Deathmatch, Capturar la bandera y Caza del Zorro, existe un curioso modo llamado “Destruye la calavera”, en el que las insignias enemigas están escondidas, y tú debes encontrarlas y hacerlas volar. Una lástima, que un juego que podría dar tanto de sí en su faceta online se vea limitado de esta forma en modos y máximo de jugadores.
Conclusión
The Club es un título satisfactorio. Innova dentro de un género farragoso y lleno de ideas recicladas, y lo hace con una fórmula que podría dar bastante éxito. Un juego de acción rápida donde lo único que cuenta es disparar, aprenderte los recorridos y confiar en tu habilidad para ser uno de los mejores del mundo. Es de lo más tentador, sin duda.
Lo que le lastra es su escasa variedad de escenarios y modos, pocos y demasiado similares entre sí. Asimismo, la faceta online que prometía ser de lo más interesante, se ha visto mermada por su falta de originalidad, y sobre todo ese límite de jugadores en ocho, que llega a estropearlo bastante. En definitiva, un juego que apunta muy buenas maneras, pero que no ha desvelado aún todo su potencial.
Lo bueno
Original y adictivo
Una curva de dificultad fantástica
Personajes bien compensados en atributos
Lo malo
Se hace demasiado repetitivo, aún siendo su naturaleza
Falta de variedad de mapas
Multijugador muy escaso
