Hace ya algunos años, Siobhan Reddy visitó España para ofrecer a los asistentes de Gamelab 2011 una conferencia bastante interesante. Lejos de lo que suele suceder en la industria, la directora creativa de Media Molecule hacía hincapié en la importancia asumir riesgos para ofrecer experiencias memorables dentro del sector.
Tomando como referencia interna la exitosa saga LittleBigPlanet, Reddy insistió en una importante premisa dentro del estudio: toda idea es bien recibida y la creatividad en los distintos departamentos del mismo da como resultado un enriquecimiento instantáneo de cada proyecto.
Asimismo, insistió en que el sector necesita nuevas ideas, estudios alejados de la presión de los grandes presupuestos y la insistencia de inversores sin escrúpulos, y zanjó la situación exponiendo que Sony les ofrece la suficiente independencia como para hacer lo que más les gusta: crear originales videojuegos y hacerlo anteponiendo la creatividad y la imaginación ante todo.
Después de varias entregas de la exitosa saga LittleBigPlanet, Media Molecule se embarca en la producción de un nuevo videojuego para Vita teniendo las cosas bien claras: las novedosas particularidades de la última consola portátil de Sony y su incuestionable poderío gráfico son el lienzo, y la libertad del estudio a la hora de crear nuevas experiencias interactivas la herramienta principal para llevar a cabo la hazaña.
Tearaway es un videojuego de plataformas tridimensional con un fuerte componente de exploración, resolución de puzles y superación de obstáculos gracias a la implementación de distintas dinámicas interactivas.
El argumento del juego, aunque sencillo, nos ofrece un planteamiento narrativo muy original y creativo. El mundo de Tearaway, un lugar de fantasía realizado en papel donde los elementos desprenden personalidad por los cuatro costados, ha establecido contacto con el universo real. Desafortunadamente, la unión momentánea entre estos dos mundos ha traído consigo el caos más desarraigado a Valledoblado. En este contexto dramático tomamos el rol de Iota, un simpático personaje realizado en papel que, a su vez, resulta ser una carta viviente que debe ser entregada al “Tú”, segundo personaje principal de la aventura que pertenece al mundo real.
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De esta forma, mientras manejamos al Iota a lo largo y ancho del Mundo de Tearaway, nosotros mismos —a través de la cámara frontal de PS Vita— nos convertimos en el coprotagonista de la aventura y nos vemos reflejados en pantalla a través del agujero que se ha generado entre los dos mundos (y que coincide con la imagen del luminoso sol que baña el horizonte del juego). Gracias a ello, podremos interactuar y modificar lo que ocurre en pantalla con nuestros propios dedos (que romperán el suelo del juego a través de la pantalla trasera de nuestra Vita) y, además, personalizar la apariencia del personaje principal y del propio escenario con el imaginativo editor de complementos.
A partir de estas bases se establece una aventura plataformera tridimensional repleta de imaginación, donde superaremos las distintas fases mientras la voz de los narradores nos van indicando el devenir de los acontecimientos a la vez que nos indican las bases de lo que debe ser una buena historia, con sus giros inesperados y las sorpresas más inesperadas a las que nos podamos enfrentar.
Y es que el nuevo videojuego de Media Molecule, a pesar de contar con un componente social que comentaremos más adelante, se centra mucho más que LittleBigPlanet en la propia experiencia jugable personal. El título, centrado en la campaña para un jugador, nos guiará de forma lineal a través de los distintos capítulos que componen la trama. No obstante, también nos permitirá explorar unos escenarios de grandes proporciones y notable libertad de movimientos para desbloquear todos los extras, encontrar regalos ocultos mientras ayudamos a los habitantes de Valledoblado, y conseguir el 100% de cada estancia recogiendo todo el confeti (que hace las veces de moneda del juego) que encontremos a nuestro paso.
La experiencia es altamente gratificante, nuestro progreso durante la aventura se premia con la posibilidad de desbloquear nuevos elementos decorativos y, además, nuestra cámara fotográfica nos permitirá disfrutar de diversas sorpresas durante el desarrollo de la aventura. Será necesaria para superar algunas misiones secundarias, devolver la vida a los objetos que carecen de alma y fotografiar nuestra propia realidad para decorar determinados elementos del juego.
En cada fase encontraremos diversos coleccionables: confeti, regalos rojos, regalos azules y elementos sin alma. Estos últimos, al desbloquearlos, nos permitirán descargar desde la nube los modelos del juego para poder imprimirlos, recortarlos y montar nuestro propio mundo Tearaway dentro de casa. Todo ello se almacenará, junto a las fotos que realicemos durante la partida, en nuestro perfil Tearaway.me, que podremos compartir con los demás jugadores e intercambiar experiencias en la red. Un componente realmente interesante que, sin embargo, ni desbanca a la propuesta principal del título ni requiere de la misma dedicación que LittleBigPlanet para disfrutar del juego plenamente, a pesar de que el título que nos ocupa ofrece una muy buena duración si queremos encontrar todos los secretos escondidos.
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Tearaway es, a día de hoy, el único videojuego que saca partido de forma imaginativa a todas las funciones jugables de PS Vita. La cámara frontal nos servirá para mantener nuestra imagen en pantalla a través del sol, situándonos como coprotagonistas del título en todo momento. La trasera nos permitirá tomar fotografías de la realidad para superar algunos retos y decorar determinados elementos del juego, mientras que el panel táctil trasero desata todo su potencial por diversas razones.
Determinadas áreas del suelo serán especialmente frágiles, por lo que podremos romperlas con nuestros dedos para combatir (los malévolos “pedacitos” que invaden este mundo de fantasía nos harán la vida imposible) viéndolos emerger en pantalla de forma bastante realista. También nos servirán para mover superficies, impulsar a nuestro personaje como si los elementos del juego fueran tambores, o bloquear plataformas en aras de abrir camino al pequeño Iota.
La pantalla táctil frontal también ha sido aprovechada al máximo, permitiéndonos dibujar y recortar elementos utilizando todo tipo de papeles para conseguir complementos originales, desplegar intrincados toboganes que nos ayudarán a avanzar en la historia, o mover plataformas para ayudar a nuestro plegado amigo. Por si esto fuera poco, casi en la recta final de la historia, Tearaway nos sigue sorprendiendo con nuevas dinámicas interactivas, que aprovechan el acelerómetro de la máquina para mover el escenario y, con él, diversas superficies deslizantes. Sin ninguna duda, el videojuego que nos ocupa es adictivo y encantador, un plataformas que sorprende por su puesta en escena y nos hará reir como LittleBigPlanet a la vez que nos emociona como Journey, algo inédito en la portátil más potente del mercado hasta el momento.
En cuanto al target final del producto, hemos de decir que Tearaway será disfrutado tanto por los más experimentados dentro del mundillo como por los más jóvenes de la casa, hecho que resulta ser un arma de doble filo. Su accesibilidad hace de Tearaway un juego cuyo desarrollo no supondrá, salvo en determinados momentos de la recta final del título, un desafío contundente para el usuario. El hecho de que dispongamos de vidas infinitas y un buen número de “check points” en cada fase ayuda a potenciar este hecho, aunque también es conveniente recalcar que el 100% del juego requerirá dedicación, exploración y la superación de los niveles el varias ocasiones. Otro punto algo conflictivo, como ha sido tradición el videojuegos de plataformas con cámara libre (el stick derecho se encarga de moverla), es la inevitable pérdida del punto de vista óptimo cuando dicha cámara se atranca o falla en momentos puntuales de la aventura. Afortunadamente este hecho no es habitual, por lo que no llegará a los niveles de frustración que hacía gala, por ejemplo, en títulos como Super Mario Sunshine.
Gráficamente, el juego que nos ocupa es una delicia visual. Un mundo modelado al 100% para que parezca de papel, se apoya en una dirección artística impresionante. Los escenarios, compuestos por miles de capas diferentes, todas ellas en movimiento continuo, nos transportan a lugares tan evocadores como un paisaje costero, una recónditas cavernas, un desierto desolador o una imponente llanura plagada de cascadas realizadas con tiras de cartulina. Ver como un mar de papel golpea en las protecciones del puerto, salpicando cartulina por doquier, es una experiencia visual tan inédita como sorprendente. El resultado visual llega a un gran nivel de ejecución, colocando a Media Molecule entre las empresas más creativas del sector del entretenimiento, junto a estudios como Pixar o Blue Sky. Algunas caídas en el framerate puntuales no llegan a empañar el resultado final del título a nivel técnico.
El apartado sonoro mantiene el nivel, con melodías melancólicas, circenses, animadas, asonantes y, como podéis comprobar, tremendamente variadas. Su ejecución es sobresaliente, y el hecho de que se sincronicen con la experiencia jugable ayuda a trasmitir emociones al jugador de manera eficaz. Como contrapunto, hemos de admitir que algunas de ellas resultan demasiado estridentes, hecho que nos hará bajar el volumen en determinados momentos.
Muchas críticas hacia los sistemas portátiles coinciden en un factor: las más importantes compañías suelen delegar sus desarrollos a terceros, dando como resultado productos de una calidad inferior a los que podemos disfrutar en consolas domésticas. Videojuegos como Uncharted: El Abismo de Oro, a pesar de su notable ejecución, responden a este modelo de negocio.
Afortunadamente, Media Molecule no ha tropezado dos veces con la misma piedra y se ha dedicado en cuerpo y alma al desarrollo de Tearaway. Con ello, ha conseguido callar muchas bocas demostrando que se desenvuelven como nadie en proyectos totalmente tridimensionales, ideando un imaginativo universo apoyado en una experiencia jugable inolvidable. El mejor videojuego de PS Vita ha llegado y, con él, una nueva forma de entender la creatividad dentro del mundo del videojuego a través de la papiroflexia.
Tomando como referencia interna la exitosa saga LittleBigPlanet, Reddy insistió en una importante premisa dentro del estudio: toda idea es bien recibida y la creatividad en los distintos departamentos del mismo da como resultado un enriquecimiento instantáneo de cada proyecto.
Asimismo, insistió en que el sector necesita nuevas ideas, estudios alejados de la presión de los grandes presupuestos y la insistencia de inversores sin escrúpulos, y zanjó la situación exponiendo que Sony les ofrece la suficiente independencia como para hacer lo que más les gusta: crear originales videojuegos y hacerlo anteponiendo la creatividad y la imaginación ante todo.
Después de varias entregas de la exitosa saga LittleBigPlanet, Media Molecule se embarca en la producción de un nuevo videojuego para Vita teniendo las cosas bien claras: las novedosas particularidades de la última consola portátil de Sony y su incuestionable poderío gráfico son el lienzo, y la libertad del estudio a la hora de crear nuevas experiencias interactivas la herramienta principal para llevar a cabo la hazaña.
Bienvenidos a Valledoblado
Tearaway es un videojuego de plataformas tridimensional con un fuerte componente de exploración, resolución de puzles y superación de obstáculos gracias a la implementación de distintas dinámicas interactivas.
El argumento del juego, aunque sencillo, nos ofrece un planteamiento narrativo muy original y creativo. El mundo de Tearaway, un lugar de fantasía realizado en papel donde los elementos desprenden personalidad por los cuatro costados, ha establecido contacto con el universo real. Desafortunadamente, la unión momentánea entre estos dos mundos ha traído consigo el caos más desarraigado a Valledoblado. En este contexto dramático tomamos el rol de Iota, un simpático personaje realizado en papel que, a su vez, resulta ser una carta viviente que debe ser entregada al “Tú”, segundo personaje principal de la aventura que pertenece al mundo real.
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De esta forma, mientras manejamos al Iota a lo largo y ancho del Mundo de Tearaway, nosotros mismos —a través de la cámara frontal de PS Vita— nos convertimos en el coprotagonista de la aventura y nos vemos reflejados en pantalla a través del agujero que se ha generado entre los dos mundos (y que coincide con la imagen del luminoso sol que baña el horizonte del juego). Gracias a ello, podremos interactuar y modificar lo que ocurre en pantalla con nuestros propios dedos (que romperán el suelo del juego a través de la pantalla trasera de nuestra Vita) y, además, personalizar la apariencia del personaje principal y del propio escenario con el imaginativo editor de complementos.
A partir de estas bases se establece una aventura plataformera tridimensional repleta de imaginación, donde superaremos las distintas fases mientras la voz de los narradores nos van indicando el devenir de los acontecimientos a la vez que nos indican las bases de lo que debe ser una buena historia, con sus giros inesperados y las sorpresas más inesperadas a las que nos podamos enfrentar.
Un regalo jugable
Y es que el nuevo videojuego de Media Molecule, a pesar de contar con un componente social que comentaremos más adelante, se centra mucho más que LittleBigPlanet en la propia experiencia jugable personal. El título, centrado en la campaña para un jugador, nos guiará de forma lineal a través de los distintos capítulos que componen la trama. No obstante, también nos permitirá explorar unos escenarios de grandes proporciones y notable libertad de movimientos para desbloquear todos los extras, encontrar regalos ocultos mientras ayudamos a los habitantes de Valledoblado, y conseguir el 100% de cada estancia recogiendo todo el confeti (que hace las veces de moneda del juego) que encontremos a nuestro paso.
La experiencia es altamente gratificante, nuestro progreso durante la aventura se premia con la posibilidad de desbloquear nuevos elementos decorativos y, además, nuestra cámara fotográfica nos permitirá disfrutar de diversas sorpresas durante el desarrollo de la aventura. Será necesaria para superar algunas misiones secundarias, devolver la vida a los objetos que carecen de alma y fotografiar nuestra propia realidad para decorar determinados elementos del juego.
En cada fase encontraremos diversos coleccionables: confeti, regalos rojos, regalos azules y elementos sin alma. Estos últimos, al desbloquearlos, nos permitirán descargar desde la nube los modelos del juego para poder imprimirlos, recortarlos y montar nuestro propio mundo Tearaway dentro de casa. Todo ello se almacenará, junto a las fotos que realicemos durante la partida, en nuestro perfil Tearaway.me, que podremos compartir con los demás jugadores e intercambiar experiencias en la red. Un componente realmente interesante que, sin embargo, ni desbanca a la propuesta principal del título ni requiere de la misma dedicación que LittleBigPlanet para disfrutar del juego plenamente, a pesar de que el título que nos ocupa ofrece una muy buena duración si queremos encontrar todos los secretos escondidos.
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Control múltiple
Tearaway es, a día de hoy, el único videojuego que saca partido de forma imaginativa a todas las funciones jugables de PS Vita. La cámara frontal nos servirá para mantener nuestra imagen en pantalla a través del sol, situándonos como coprotagonistas del título en todo momento. La trasera nos permitirá tomar fotografías de la realidad para superar algunos retos y decorar determinados elementos del juego, mientras que el panel táctil trasero desata todo su potencial por diversas razones.
Determinadas áreas del suelo serán especialmente frágiles, por lo que podremos romperlas con nuestros dedos para combatir (los malévolos “pedacitos” que invaden este mundo de fantasía nos harán la vida imposible) viéndolos emerger en pantalla de forma bastante realista. También nos servirán para mover superficies, impulsar a nuestro personaje como si los elementos del juego fueran tambores, o bloquear plataformas en aras de abrir camino al pequeño Iota.
La pantalla táctil frontal también ha sido aprovechada al máximo, permitiéndonos dibujar y recortar elementos utilizando todo tipo de papeles para conseguir complementos originales, desplegar intrincados toboganes que nos ayudarán a avanzar en la historia, o mover plataformas para ayudar a nuestro plegado amigo. Por si esto fuera poco, casi en la recta final de la historia, Tearaway nos sigue sorprendiendo con nuevas dinámicas interactivas, que aprovechan el acelerómetro de la máquina para mover el escenario y, con él, diversas superficies deslizantes. Sin ninguna duda, el videojuego que nos ocupa es adictivo y encantador, un plataformas que sorprende por su puesta en escena y nos hará reir como LittleBigPlanet a la vez que nos emociona como Journey, algo inédito en la portátil más potente del mercado hasta el momento.
En cuanto al target final del producto, hemos de decir que Tearaway será disfrutado tanto por los más experimentados dentro del mundillo como por los más jóvenes de la casa, hecho que resulta ser un arma de doble filo. Su accesibilidad hace de Tearaway un juego cuyo desarrollo no supondrá, salvo en determinados momentos de la recta final del título, un desafío contundente para el usuario. El hecho de que dispongamos de vidas infinitas y un buen número de “check points” en cada fase ayuda a potenciar este hecho, aunque también es conveniente recalcar que el 100% del juego requerirá dedicación, exploración y la superación de los niveles el varias ocasiones. Otro punto algo conflictivo, como ha sido tradición el videojuegos de plataformas con cámara libre (el stick derecho se encarga de moverla), es la inevitable pérdida del punto de vista óptimo cuando dicha cámara se atranca o falla en momentos puntuales de la aventura. Afortunadamente este hecho no es habitual, por lo que no llegará a los niveles de frustración que hacía gala, por ejemplo, en títulos como Super Mario Sunshine.
Una delicia para los sentidos
Gráficamente, el juego que nos ocupa es una delicia visual. Un mundo modelado al 100% para que parezca de papel, se apoya en una dirección artística impresionante. Los escenarios, compuestos por miles de capas diferentes, todas ellas en movimiento continuo, nos transportan a lugares tan evocadores como un paisaje costero, una recónditas cavernas, un desierto desolador o una imponente llanura plagada de cascadas realizadas con tiras de cartulina. Ver como un mar de papel golpea en las protecciones del puerto, salpicando cartulina por doquier, es una experiencia visual tan inédita como sorprendente. El resultado visual llega a un gran nivel de ejecución, colocando a Media Molecule entre las empresas más creativas del sector del entretenimiento, junto a estudios como Pixar o Blue Sky. Algunas caídas en el framerate puntuales no llegan a empañar el resultado final del título a nivel técnico.
El apartado sonoro mantiene el nivel, con melodías melancólicas, circenses, animadas, asonantes y, como podéis comprobar, tremendamente variadas. Su ejecución es sobresaliente, y el hecho de que se sincronicen con la experiencia jugable ayuda a trasmitir emociones al jugador de manera eficaz. Como contrapunto, hemos de admitir que algunas de ellas resultan demasiado estridentes, hecho que nos hará bajar el volumen en determinados momentos.
Media Molecule lo vuelve a lograr
Muchas críticas hacia los sistemas portátiles coinciden en un factor: las más importantes compañías suelen delegar sus desarrollos a terceros, dando como resultado productos de una calidad inferior a los que podemos disfrutar en consolas domésticas. Videojuegos como Uncharted: El Abismo de Oro, a pesar de su notable ejecución, responden a este modelo de negocio.
Afortunadamente, Media Molecule no ha tropezado dos veces con la misma piedra y se ha dedicado en cuerpo y alma al desarrollo de Tearaway. Con ello, ha conseguido callar muchas bocas demostrando que se desenvuelven como nadie en proyectos totalmente tridimensionales, ideando un imaginativo universo apoyado en una experiencia jugable inolvidable. El mejor videojuego de PS Vita ha llegado y, con él, una nueva forma de entender la creatividad dentro del mundo del videojuego a través de la papiroflexia.
