Bueno, pues esto es un libro que comencé a escribir hace poco, va de ninjas, seguramente podreis ver algún giño hacia ninja gaiden, pero es que el tema de los ninjas está bastante cogidito ya. os dejo el primer capítulo y opinad vosotros, si?
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Capítulo 1: Hijo del sol
Año 715. En la aldea de Hiroaki todo era calma y tranquilidad por esta época. Por aquel entonces yo tenía 12 años y me estaba entrenando para convertirme en el mejor ninja de todos los tiempos. ¿Mi nombre? No tengo. Pero la gente me llama Hijo del Sol, debido a que mi padre era un maestro controlando ninpos de dicho elemento. Mi padre murió junto a todo mi clan tras el ataque a la aldea, provocado por Rayji y sus esbirros. Desde aquel día no soy el mismo. Sobreviví como pude, con la promesa de vengar la muerte de mi familia en cuanto tuviese el poder necesario.
Mi especialidad es el taijutsu, y me entreno diariamente con todo tipo de armas (espadas, nunchakus, lanzas...). Mi maestro, Hiroga-sensei, es un anciano muy amable. Tiene casi cien años, pero sigue siendo el mejor en taijutsu. A pesar de ser tan amable, tiene un carácter muy poco estable, ya que cúando se enfada da miedo. En fin. El 5º día del año del dragón comienza mi aventura. Espero que os guste la historia.
Aquel día había ido a entrenar antes de tiempo. Hiroga-sensei, sin embargo, ya estaba esperandome.
-Pasa, hijo, pasa. Mañana serás un hombre, y serás un destacado guerrero de la aldea. Eso, si superas la prueba a la que hoy te enfrentarás.
-Lo haré, maestro. Dígame, ¿que he de hacer?
-Hijo, tienes 19 años, mañana cumplirás los 20. Supuestamente esta misión solo podría encargarsela a un ninja experto, pero tengo mucha confianza en ti, muchacho.
-No temo la muerte. Estoy preparado para cualquier cosa.
-Bien, hijo, esta es tu misión. Tendrás que subir a la montaña del dragón, y acabar con un grupo de ladrones que acampa allí arriba. Puedes elegir el arma que más quieras.
-Tal vez sea el momento de empuñar a Kirimaru, la vieja espada de mi padre.
-Hijo, no estás preparado para poseer tal poder. Tu padre era muy poderoso, y tú lo serás algún día. Pero aún no estás preparado.
-Está bien, pues me llevo mi katana de siempre. Y dame unos cuantos shurikens. Volveré al anochecer.
Y así partí hacia el viaje del que siempre me arrepentiré de haber hecho.
Sobre las cuatro de la tarde, llegué al campamento. Pero allí no habia nadie. Entonces, me di la vuelta. Y vi como las tropas de Rayji entraban en mi aldea y lo destrozaban todo. Corrí todo lo que pude, aún sabiendo que no llegaría a tiempo, pero tenía que intentarlo.
Cuando llegué, era demasiado tarde. Todo estaba en llamas y no habia señales de vida por ninguna parte.
Corrí a casa de Hiroga-sensei, y comprobé que la casa estaba totalmente en llamas. Aún así, entré, pero el maestro Hiroga no estaba. Lo habían secuestrado. Y prueba de ello es la nota que encontré clavada en la pared.
"Si quieres salvar a tu maestro, trae la espada de tu padre a Osaka en 48 horas, o él lo pagará con su sangre."
Apreté los puños, y viendo que la casa se derrumbaba, salí por la ventana. Fuí a mi casa, también en llamas, entré, bajé al sótano por una trampilla oculta, y cogí la espada. Esta se encontraba dentro de un baúl, que solo yo podía abrir, ya que se necesitaba el anillo de mi padre, y era yo quien lo tenía.
Abrí el baúl y cogí a Kirimaru. Acto seguido, salí de la casa, y me dirigí directo a Osaka. Fué un viaje sin ninguna complicación, pero no tuve ni un segundo de descanso. Pero los ninjas estamos entrenados para todo eso.
Entonces llegué. Rayji no estaba allí, sino que a Kirimaru la iban a recoger dos de sus mejores hombres, Falkard y Moonshadow. A su alrededor unos 20 hombres vigilaban que el trato se llevara a cabo sin percances.
-¡Falkard! ¡Canalla, tu mataste a mis hermanos! Y tú, Moonshadow... ¿como te sentiste al matar por la espalda a mi madre?
-¡Calla, mocoso! Entréganos el arma y tú y tu estúpido maestro viviréis -dijo Falkard-.
-Oye, Falkard -añadió Moonshadow- ¿que tal si lo matamos y le arrebatamos el arma?
-No, estúpido, Rayji-sama nos dijo que no lo mataramos, y no lo vamos a matar, ¿entendido?
-Chicos, chicos... -dije con tono bacilón- ¿Quien os asegura que seréis vosotros quienes salgais hoy con Kirimaru en las manos?
Dicho esto, Falkard ordenó a sus hombres que me atacaran. Empuñé el arma. Kirimaru vibraba, quería sangre. Ciertamente es un arma muy poderosa. En cuanto el primer hombre se acercó, con un rapido mandoble lo decapité. Siguieron avalanzándose sobre mi, y yo seguí desmembrando cuerpos. Cada víctima que se cobraba, Kirimaru era más poderosa. Es muy ligera, a pesar de que no lo parece.
Di un salto, y fui corriendo por encima de los hombres, hasta llegar a Falkard y Moonshadow, pero en cuanto me avalancé sobre ellos, desaparecieron. Me volví para acabar con los demás soldados, pero ya estaban huyendo. Así fué mi primer combate real, y realmente... te sientes tan bien al matar a alguien... no debería pensar así, pero creo que es la espada, que quiere que mate más y más, y me utiliza para ello. Ciertamente es muy poderosa...
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Bueno, eso es el primer capítulo. Dad vuestras opiniones, y si quereis os pongo el segundo.
Y decidme todos los fallos (al menos los graves) que encontreis (si quereis, claro), asi podré mejorar en mi escritura y en un futuro os traeré mejores historias, o al menos, mejor redactadas Gracias por vuestra colaboración
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Capítulo 1: Hijo del sol
Año 715. En la aldea de Hiroaki todo era calma y tranquilidad por esta época. Por aquel entonces yo tenía 12 años y me estaba entrenando para convertirme en el mejor ninja de todos los tiempos. ¿Mi nombre? No tengo. Pero la gente me llama Hijo del Sol, debido a que mi padre era un maestro controlando ninpos de dicho elemento. Mi padre murió junto a todo mi clan tras el ataque a la aldea, provocado por Rayji y sus esbirros. Desde aquel día no soy el mismo. Sobreviví como pude, con la promesa de vengar la muerte de mi familia en cuanto tuviese el poder necesario.
Mi especialidad es el taijutsu, y me entreno diariamente con todo tipo de armas (espadas, nunchakus, lanzas...). Mi maestro, Hiroga-sensei, es un anciano muy amable. Tiene casi cien años, pero sigue siendo el mejor en taijutsu. A pesar de ser tan amable, tiene un carácter muy poco estable, ya que cúando se enfada da miedo. En fin. El 5º día del año del dragón comienza mi aventura. Espero que os guste la historia.
Aquel día había ido a entrenar antes de tiempo. Hiroga-sensei, sin embargo, ya estaba esperandome.
-Pasa, hijo, pasa. Mañana serás un hombre, y serás un destacado guerrero de la aldea. Eso, si superas la prueba a la que hoy te enfrentarás.
-Lo haré, maestro. Dígame, ¿que he de hacer?
-Hijo, tienes 19 años, mañana cumplirás los 20. Supuestamente esta misión solo podría encargarsela a un ninja experto, pero tengo mucha confianza en ti, muchacho.
-No temo la muerte. Estoy preparado para cualquier cosa.
-Bien, hijo, esta es tu misión. Tendrás que subir a la montaña del dragón, y acabar con un grupo de ladrones que acampa allí arriba. Puedes elegir el arma que más quieras.
-Tal vez sea el momento de empuñar a Kirimaru, la vieja espada de mi padre.
-Hijo, no estás preparado para poseer tal poder. Tu padre era muy poderoso, y tú lo serás algún día. Pero aún no estás preparado.
-Está bien, pues me llevo mi katana de siempre. Y dame unos cuantos shurikens. Volveré al anochecer.
Y así partí hacia el viaje del que siempre me arrepentiré de haber hecho.
Sobre las cuatro de la tarde, llegué al campamento. Pero allí no habia nadie. Entonces, me di la vuelta. Y vi como las tropas de Rayji entraban en mi aldea y lo destrozaban todo. Corrí todo lo que pude, aún sabiendo que no llegaría a tiempo, pero tenía que intentarlo.
Cuando llegué, era demasiado tarde. Todo estaba en llamas y no habia señales de vida por ninguna parte.
Corrí a casa de Hiroga-sensei, y comprobé que la casa estaba totalmente en llamas. Aún así, entré, pero el maestro Hiroga no estaba. Lo habían secuestrado. Y prueba de ello es la nota que encontré clavada en la pared.
"Si quieres salvar a tu maestro, trae la espada de tu padre a Osaka en 48 horas, o él lo pagará con su sangre."
Apreté los puños, y viendo que la casa se derrumbaba, salí por la ventana. Fuí a mi casa, también en llamas, entré, bajé al sótano por una trampilla oculta, y cogí la espada. Esta se encontraba dentro de un baúl, que solo yo podía abrir, ya que se necesitaba el anillo de mi padre, y era yo quien lo tenía.
Abrí el baúl y cogí a Kirimaru. Acto seguido, salí de la casa, y me dirigí directo a Osaka. Fué un viaje sin ninguna complicación, pero no tuve ni un segundo de descanso. Pero los ninjas estamos entrenados para todo eso.
Entonces llegué. Rayji no estaba allí, sino que a Kirimaru la iban a recoger dos de sus mejores hombres, Falkard y Moonshadow. A su alrededor unos 20 hombres vigilaban que el trato se llevara a cabo sin percances.
-¡Falkard! ¡Canalla, tu mataste a mis hermanos! Y tú, Moonshadow... ¿como te sentiste al matar por la espalda a mi madre?
-¡Calla, mocoso! Entréganos el arma y tú y tu estúpido maestro viviréis -dijo Falkard-.
-Oye, Falkard -añadió Moonshadow- ¿que tal si lo matamos y le arrebatamos el arma?
-No, estúpido, Rayji-sama nos dijo que no lo mataramos, y no lo vamos a matar, ¿entendido?
-Chicos, chicos... -dije con tono bacilón- ¿Quien os asegura que seréis vosotros quienes salgais hoy con Kirimaru en las manos?
Dicho esto, Falkard ordenó a sus hombres que me atacaran. Empuñé el arma. Kirimaru vibraba, quería sangre. Ciertamente es un arma muy poderosa. En cuanto el primer hombre se acercó, con un rapido mandoble lo decapité. Siguieron avalanzándose sobre mi, y yo seguí desmembrando cuerpos. Cada víctima que se cobraba, Kirimaru era más poderosa. Es muy ligera, a pesar de que no lo parece.
Di un salto, y fui corriendo por encima de los hombres, hasta llegar a Falkard y Moonshadow, pero en cuanto me avalancé sobre ellos, desaparecieron. Me volví para acabar con los demás soldados, pero ya estaban huyendo. Así fué mi primer combate real, y realmente... te sientes tan bien al matar a alguien... no debería pensar así, pero creo que es la espada, que quiere que mate más y más, y me utiliza para ello. Ciertamente es muy poderosa...
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Bueno, eso es el primer capítulo. Dad vuestras opiniones, y si quereis os pongo el segundo.
Y decidme todos los fallos (al menos los graves) que encontreis (si quereis, claro), asi podré mejorar en mi escritura y en un futuro os traeré mejores historias, o al menos, mejor redactadas Gracias por vuestra colaboración