Una semana más, Stewie el sanguinoluento espectador se ha acercado a los cines más modernos y caros de Valencia dispuesto a disfrutar del últimamente maltrecho séptimo arte. Pero ésta vez conducía su Seat con una exagerada satisfacción, iba a videar la última creación de, a su modo de ver las cosas, el mejor director de cine de los noventa, Quentin Tarantino.
Todo empieza prometedor, una excelentísima banda sonora adorna los créditos, los cuáles inducen a pensar algo grande. Inducen a pensar en la vuelta a los orígenes, en la vuelta a Tarantinópia.
Pero con el paso de los minutos todo comienza a decaer. En primer lugar, las interpretaciones de las tres chicas malas del comienzo y los diálogos de, digamos, la primera parte de película, (algo que apesta inevitablemente a corte indeseado por la restructuración de "Grindhouse" en dos films completamente independientes) no hacen en absoluto las delicias de los seguidores del genial cineasta. Como digo, uno escucha en éste primer corte diálogos muy sencillos, casi pesados y prescindibles debido a su eterno papel en el metraje, (algo inusitado en Tarantino, imperdonable). Y todo el elenco de actores se muestra más bien reprimido, sin brillo ni emoción alguna, llegando incluso a desesperar. Quizás se salva el irregular Kurt Rusell, que se ve metido de repente en un papel que le resulta antinatural a ratos si y a ratos no.
El desarrollo argumental es de simple hasta la saciedad y el aborrecimiento. Muestra unos personajes muy llanos y poco diferenciados. Y de repente la aparición de Quentin en escena se torna refrescante, (algo preocupante si tenemos en cuenta que el hombre no es un actorazo, precisamente). Ningúna figura te fascina, como digo, algo lamentable.
Como ocurría en "Planet Terror", todo parece sacado de la más árdua de las infecciones a la serie B, pero con matices menos "Gore", mucho menos. Se agradecen genialidades Tarantínicas tipo, cortes extraños en el rollo y planos perfectamente reconocibles, (si os fijáis, hay al menos dos planos que son calcados a "Pulp Fiction" y "Reservoir dogs" en la peli, premio para quien los descubra
), así como una fotografía muy atractiva.
Más tarde, justo a partir de la impresionante y verdaderamente genial escena del accidente, el film toma unos derroteros completamente nuevos. De repente nos encontramos de bruces con Quentin Tarantino, y todo comienza a gustar de sobremanera. Nos cambian al trio femenino protagonista mejorándolo soberbiamente, vuelven los diálogos ingeniosos y las situaciones impactan de verdad, como debe de ser. El rodaje es, no os lo diré dos veces, digno de un fuera de serie. Fijáos bien en como se debe de rodar una persecución, no hay palabras. Y el final resulta verdaderamente bueno, casi parece como si Quentin se hubiera dormido durante la primera media hora y le hubiran dado dos ostias para espabilárlo en la segunda, inaudíto.
Conclusión: Una de cal y otra de arena. La primera parte, (las diferenciaréis claramente) resulta en muchos aspectos mediocre. Y la segunda nos vuelve a encandilar de verdad, generando una sensación de mosqueo, como si éste tio hubiera jugado con nosotros a tocárnos lo huevos, simple y llanamente. En los momentos finales de la trama, podemos observar dos guiños sumamente reconocibles y ajudicables a "Reservoir Dogs". Como son la escena de la charla en el bar, (rodada milimétricamnete igual a la del comienzo del primer film de Tarantino) y la del coche, que si bien no llega a alcanzar en calidad a la original, nos brinda un rato muy entretenido y vivaz, sobretodo si comparámos con las primeras eternas y socarreras conversaciones.
Vamos, el film me estaba provocando una mala leche ascendentemnete molesta, algo así como que tu ídolo futbolero falle un gol cantado en el último minuto de una final. Pero su segunda parte me ha hecho olvidar en cierta medida, y he podido salir del cine con una sensación de pequeña satisfacción.
Me tomo ésto como un aperitivo para algo futuro en lo que puedas volver a encandilárnos, amigo Quentin, ya lo sabes chaval.
Todo empieza prometedor, una excelentísima banda sonora adorna los créditos, los cuáles inducen a pensar algo grande. Inducen a pensar en la vuelta a los orígenes, en la vuelta a Tarantinópia.
Pero con el paso de los minutos todo comienza a decaer. En primer lugar, las interpretaciones de las tres chicas malas del comienzo y los diálogos de, digamos, la primera parte de película, (algo que apesta inevitablemente a corte indeseado por la restructuración de "Grindhouse" en dos films completamente independientes) no hacen en absoluto las delicias de los seguidores del genial cineasta. Como digo, uno escucha en éste primer corte diálogos muy sencillos, casi pesados y prescindibles debido a su eterno papel en el metraje, (algo inusitado en Tarantino, imperdonable). Y todo el elenco de actores se muestra más bien reprimido, sin brillo ni emoción alguna, llegando incluso a desesperar. Quizás se salva el irregular Kurt Rusell, que se ve metido de repente en un papel que le resulta antinatural a ratos si y a ratos no.
El desarrollo argumental es de simple hasta la saciedad y el aborrecimiento. Muestra unos personajes muy llanos y poco diferenciados. Y de repente la aparición de Quentin en escena se torna refrescante, (algo preocupante si tenemos en cuenta que el hombre no es un actorazo, precisamente). Ningúna figura te fascina, como digo, algo lamentable.
Como ocurría en "Planet Terror", todo parece sacado de la más árdua de las infecciones a la serie B, pero con matices menos "Gore", mucho menos. Se agradecen genialidades Tarantínicas tipo, cortes extraños en el rollo y planos perfectamente reconocibles, (si os fijáis, hay al menos dos planos que son calcados a "Pulp Fiction" y "Reservoir dogs" en la peli, premio para quien los descubra
), así como una fotografía muy atractiva.Más tarde, justo a partir de la impresionante y verdaderamente genial escena del accidente, el film toma unos derroteros completamente nuevos. De repente nos encontramos de bruces con Quentin Tarantino, y todo comienza a gustar de sobremanera. Nos cambian al trio femenino protagonista mejorándolo soberbiamente, vuelven los diálogos ingeniosos y las situaciones impactan de verdad, como debe de ser. El rodaje es, no os lo diré dos veces, digno de un fuera de serie. Fijáos bien en como se debe de rodar una persecución, no hay palabras. Y el final resulta verdaderamente bueno, casi parece como si Quentin se hubiera dormido durante la primera media hora y le hubiran dado dos ostias para espabilárlo en la segunda, inaudíto.
Conclusión: Una de cal y otra de arena. La primera parte, (las diferenciaréis claramente) resulta en muchos aspectos mediocre. Y la segunda nos vuelve a encandilar de verdad, generando una sensación de mosqueo, como si éste tio hubiera jugado con nosotros a tocárnos lo huevos, simple y llanamente. En los momentos finales de la trama, podemos observar dos guiños sumamente reconocibles y ajudicables a "Reservoir Dogs". Como son la escena de la charla en el bar, (rodada milimétricamnete igual a la del comienzo del primer film de Tarantino) y la del coche, que si bien no llega a alcanzar en calidad a la original, nos brinda un rato muy entretenido y vivaz, sobretodo si comparámos con las primeras eternas y socarreras conversaciones.
Vamos, el film me estaba provocando una mala leche ascendentemnete molesta, algo así como que tu ídolo futbolero falle un gol cantado en el último minuto de una final. Pero su segunda parte me ha hecho olvidar en cierta medida, y he podido salir del cine con una sensación de pequeña satisfacción.
Me tomo ésto como un aperitivo para algo futuro en lo que puedas volver a encandilárnos, amigo Quentin, ya lo sabes chaval.
