Prototype
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Asi es hamijos.
Sucedió en la aciaga noche de ayer Domingo. Me disponía a tomarme un descanso después de la fiestas de los anteriores días, mas no pude tomarlo pues las ansias de más nublaron mi juicio.
Sucedió a las 4:30. Volvía nublado por los efectos alcohol. Me dispusé a ajustarme un pijama y ha leer unas pocas hojas de una novela de Grisham, no debí hacerlo.
Un peligro acechaba en la oscuridad.
Su identidad oculta por los recobecos de mi humilde alcoba.
Su zumbido anunciaba un mutilación de mis mas profundas convicciones pues en esos momentos me dí cuenta de la indefesión del homínido ante una terrible criatura llamada:
Mosquito.
El temor a su ataque era muy fuerte, rapidamente salté cual langosta que está siendo fumigada y me dirigí al ataque.
Pero mis movimientos eran lentos y mis reflejos obtusos.
Rapidamente salí de mi alcoba, en busca de refuerzos, un matamoscas, un spray anti-zancudos. Mas cuando volví lo encontré ahí, encima de mi libro, burlándose de mi debilidad.
Mi angustia crecía por unos instantes, quería leer una put* novela y ese bastardo me estaba incordiando como nadie.
Y todo cambio.
Todo cambió cuando aquella horrible criatura se introdució debajo de mi cómoda yacija. En esos instantes me vi perdido, apenas pude leer unas páginas y caí derrotado por el miedo más terrible....
10:00 Me levantó con una vulgar jaqueca, probablemente producida por la estúpida melopea del día anterior que me permitió catar jaca, probablemente presa de la inhibición que el señor Cacique produjo en mi.
Pero el castigo había sido grande, 3 asquerosas e istamínicas picadas eran mi condena.
El picor se vuelve insoportable por momentos.
Aun así la venganza es un plato que se sirve frío, la venganza no va a ser un juego de infantes en una tarde de verano precisamente...
Sucedió en la aciaga noche de ayer Domingo. Me disponía a tomarme un descanso después de la fiestas de los anteriores días, mas no pude tomarlo pues las ansias de más nublaron mi juicio.
Sucedió a las 4:30. Volvía nublado por los efectos alcohol. Me dispusé a ajustarme un pijama y ha leer unas pocas hojas de una novela de Grisham, no debí hacerlo.
Un peligro acechaba en la oscuridad.
Su identidad oculta por los recobecos de mi humilde alcoba.
Su zumbido anunciaba un mutilación de mis mas profundas convicciones pues en esos momentos me dí cuenta de la indefesión del homínido ante una terrible criatura llamada:
Mosquito.
El temor a su ataque era muy fuerte, rapidamente salté cual langosta que está siendo fumigada y me dirigí al ataque.
Pero mis movimientos eran lentos y mis reflejos obtusos.
Rapidamente salí de mi alcoba, en busca de refuerzos, un matamoscas, un spray anti-zancudos. Mas cuando volví lo encontré ahí, encima de mi libro, burlándose de mi debilidad.
Mi angustia crecía por unos instantes, quería leer una put* novela y ese bastardo me estaba incordiando como nadie.
Y todo cambio.
Todo cambió cuando aquella horrible criatura se introdució debajo de mi cómoda yacija. En esos instantes me vi perdido, apenas pude leer unas páginas y caí derrotado por el miedo más terrible....
10:00 Me levantó con una vulgar jaqueca, probablemente producida por la estúpida melopea del día anterior que me permitió catar jaca, probablemente presa de la inhibición que el señor Cacique produjo en mi.
Pero el castigo había sido grande, 3 asquerosas e istamínicas picadas eran mi condena.
El picor se vuelve insoportable por momentos.
Aun así la venganza es un plato que se sirve frío, la venganza no va a ser un juego de infantes en una tarde de verano precisamente...