F1 2016, Carrera Profesional

Conducimos las primeras horas del acelerón definitivo en términos singleplayer y multi

El equipo de Codemasters ha corrido durante años solo en pista, de forma tranquila, conformista y experimental. Pero con F1 2016 saben que ha llegado el momento de empezar los acelerones y a ejecutar decisiones difíciles. En términos técnicos, de contenido, de posibilidades y de realismo. Y el modo Carrera Profesional, rehecho por completo y mucho más motivador e inspirado que lo que teníamos hasta ahora, es la siguiente prueba de que el juego de esta temporada avanza y mucho, ya lo comentábamos en las Impresiones F1 2016 del E3. Hemos pasado unas tres horas con él, poniéndolo a prueba en modalidades y posibilidades, con significativa vía libre para capturas de vídeo, y una versión prácticamente final hasta con audio en castellano. Y las sensaciones, sinceramente, son de que se acabó esa etapa donde la F1 estaba relegada a un juego solo aceptable, ahora va a empezar a querer dar que hablar en el terreno de los videojuegos automovilísticos en general.

La apuesta inicial vuelve a ser clara, mismo motor gráfico que se lleva usando durante años y misma obsesión por la respuesta verosímil y de simulación. Pero con una gran diferencia, ahora todo es más sólido, más atado, más experto en las consolas de nueva generación y lo que pueden hacer los ordenadores de gama alta de hoy. Esto hace que me haya encontrado con un producto bien redondeado que, aun arriesgándose a dar pasos atrás en efectos como el agua o el humo de los tubos de escape respecto a lo visto el año pasado, en general adelanta a toda velocidad al F1 2015 de la anterior temporada. Digamos que se sacrifican detallitos técnicos o decisiones de apartado gráfico que no fueron muy significantes ni casi se notan, para, a cambio, lograr un roble audiovisual a todas luces superior y más estable y digno de los tiempos que corren. Hablamos de un juego que mirará de tú a tú a nombres como Forza Horizon 3, Assetto Corsa o GT Sport, salvando las diferencias de competición y garaje, claro, pero que ahí se planta.

Y eso está muy bien, los amantes del mundo de los monoplazas merecían esto, merecían una superproducción que además por fin este año va a tener soporte y servicio más allá del lanzamiento, que se suma a la corriente de eventos y actualizaciones que tendrán sus compañeros de género (automovilismo), y que, como empezaba diciendo, deja su primera gran huella en el modo individual o historia, en la Carrera Profesional. Aquí nos encontramos nada más entrar con un editor mucho más avanzado, donde personalizar piloto y asociarnos a muchas escuderías de muy distinta índole, objetivos y categoría.

No será lo mismo correr con McLaren Honda y junto a Alonso que meterse en los planes de Ferrari, Mercedes o Red Bull. Cada escudería persigue unos objetivos realistas a final de temporada, y el jugador debe ver sus limitaciones y experiencia como para empezar jugando con los más grandes y sus ambiciosos planes. Todo esto está perfectamente explicado y se ve con ejemplos nada más empezar, en señal de cómo Codemasters sigue apostando por cuidar también al novato y que no se pierda en sus particulares formatos.

Tanto dentro de la pista como fuera de carrera habrá que jugar a ser un piloto y equipo que crece y se encuentra con imprevistos o dificultades. Esto está muy bien tratado en la organización de campeonatos, fases de testeo, minipruebas de mejora o carreras importantes que se nos van abriendo desde la mesa de trabajo alojada en el paddock. Pronto tenemos acceso a un ordenador portátil, con vista en primera persona, mientras se nos acercan diversos ejecutivos, técnicos, ingenieros o managers que quieren pactar un partnership y que buscan trabajar con nosotros o nos proponen mejoras para el coche, por ejemplo. Esto, que se había probado en anteriores juegos Formula 1, aquí está llevado a un nuevo límite. Pasa igual con una característica que se está promocionando mucho de F1 2016 y es que realmente se ha trabajado a fondo en ella, el coche de seguridad, mucho más coherente y dictador de reglas, como en la competición real, donde no se le puede adelantar dadas unas circunstancias o sirve de guía para penalizaciones y tiempos.

Y todo eso con un manejo pleno y más satisfactorio que antes del volante o las decisiones de parada en boxes, aprovechamiento de combustible o cambios de neumáticos concretos. Se aprecia un trabajo muy profundo respecto al año pasado en materia de físicas de colisión y respuesta a los volantazos. El castigo por éstos en anteriores ediciones llegaba a estar desmedido, con curvas donde se perdía el control de forma un poco abusiva. F1 2016 mide eso sin caer por ello en una experiencia poco realista o arcade, ni mucho menos. Ya en dificultades medias el juego es exigente, y en altas se vuelve purista como el más fan desearía, reforzado además por una Inteligencia Artificial de los rivales bastante agresiva y que no desperdicia ninguna oportunidad, lo que dibuja un escenario de carrera donde las cosas están calientes y todos los pilotos buscan el éxito inmediato, casi como en la vida real en el marco de esta temporada..

Se añaden también elementos y características para puristas, como los más detallados gráficos de telemetría para poder calcular bien en qué segmentos ganar algunos segundos en siguientes vueltas, la selección de suspensión exacta para controlar bien los cambios de velocidad y rasante, o la adherencia que producen los pianos y que puede ser aprovechada para determinados giros sin tanta parábola posterior. Pero todo eso está funcionando de forma autónoma y natural también en la partida de un novato, de manera que los jugadores menos habituados notarán que están ante un juego sofisticado en físicas, comportamientos y posibilidades estratégicas, pero sin sentirse desbordados por tantas opciones e información. Y esto es algo que ocurría gravemente en anteriores F1 de Codemasters, que se pasaban de técnicos con quien no quería esa información todavía. En F1 2016 está muchísimo más medido y equilibrado sin dar de lado por ello a lo que las nuevas consolas pueden mover en estos sentidos.

En cuanto a circuitos, lo primero que quise probar además de las mejoras en los ya vistos antes de Australia, China o Reino Unido, era el prometedor Azerbaiyán, con sus carreras rapidísimas a través de las calles del entorno nuevo y el casco antiguo amurallado de la capital, Baku, con giros de 90º totalmente decisivos, segmentos de adelantamientos frecuentes o un desgaste irrgular según lo que arriesguemos en cada momento. Y para conocerlo a fondo, pruebas de mantenerse en posición, de pasar por barreras a velocidad determinada, de conseguir trazadas perfectas en curva o de frenar según requisitos de cada monoplaza. Parece ser que se ha trabajado duro para que la variedad y frescura de pruebas del modo Carrera Profesional sean notables, también con mejor organización del jugador y, en definitiva, utilidad para mejorar a los mandos o al volante antes de saltar al terreno online.

El multijugador será más importante que nunca, con hasta 22 pilotos en pista y una serie de incorporaciones que van a decir mucho en el transcurso de la prueba y demuestran que se han puesto en marcha aspectos que anteriormente solo se probaron o experimentaron de forma tímida. Entra en juego aquí la vuelta de formación, en la que se calientan neumáticos para una mejor respuesta en la carrera definitiva o las indicaciones visuales y audibles a activar y desactivar para según qué momentos de la competición, en absoluto tiempo real. Todo esto, una vez fuera de pista, podremos tenerlo bajo control también desde hospitality con bases de datos y análisis exactos de situación, repeticiones, curvas destacadas, etc. La información de la que dispone el jugador avanzado, sin marear al novato, no tiene precedentes en juegos de la franquicia, logrando una inmersión muy superior que también se refleja en la forma en que navegamos por las opciones del título o vamos mejorando al volante y decisiones, también en la rivalidad contra los compañeros de escudería, en un tono muy realista.

F1 2016 me ha devuelto la ilusión en que los juegos de Formula 1 pueden hacer las cosas mejor de lo que las venían haciendo y seguir apostando por las sensaciones del deporte de los monoplazas dentro y fuera de la pista. Quizá es cierto que en capítulos anteriores se probaban elementos interesantes nunca más ya repetidos, como aquel viaje al pasado y la historia de la F1 en Legends. Pero sus creadores, Codemasters, aquí parecen tener claro que más vale asegurar pasos, pisar fuerte y con agarre, que seguir buscando superficie donde probar. En PS4 se mueve de maravilla a sus 60 frames y, sin enseñar alardes gráficos en parado, en movimiento es una experiencia como merece el género y el 2016 en que estamos. Semáforo en verde para el 19 de agosto.