¿Cuál es el mejor Uncharted de la saga?

Con la cuarta entrega a punto de aparecer, elegimos el mejor juego de la franquicia hasta la fecha

Queda poco menos de dos semanas para que Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón salga a la venta, y que con ello se cierre un círculo llamado a ser perfecto en la trayectoria de Naughty Dog, el estudio estrella de PlayStation. Las expectativas son enormes tanto por parte de los fans como de la propia compañía, que ha llevado a cabo la campaña de marketing más grande de su historia con este título. Pero, ¿qué sería de Uncharted 4 sin todos su antecesores? ¿Qué importancia tuvo aquel primer Tesoro de Drake? ¿Qué supuso El Reino de los Ladrones para la saga? ¿Puso La Traición de Drake en peligro el prestigio de la franquicia? ¿Fue El Abismo de Oro injustamente tratado? Hoy intentaré responder a todas estas preguntas, pero también escoger el que considero el mejor Uncharted hasta la fecha.

Casi sin hacer demasiado ruido, Naughty Doy entraba en la tercera generación de consolas Sony con una propuesta radicalmente diferente a lo que había trabajado hasta la fecha. Tras revolucionar las plataformas con Crash Bandicoot y mezclarlas luego con la acción en Jak & Daxter, la desarrolladora se tiraba de nuevo al vacío con un género nuevo para ella en una consola que no había empezado con demasiado buen pie. Y es que, ante un precio elevado e injustificado y la avalancha de exclusividades perdidas por PlayStation dada la apertura de franquicias legendarias a la multiplataforma, el factor diferenciador de Sony de diluía a la misma velocidad con la que Microsoft arrasaba en ventas con su Xbox 360.

Pero en estas aparecía Nate por primera vez con El Tesoro de Drake. Seis meses después de que PS3 se lanzara en Europa y con un catálogo de exclusivos hasta el momento en el que solo destacaban Motorstom, Resistance: Fall of Man y Heavenly Sword, el intrépido cazatesoros se alzó rápidamente como buque insignia de la nueva máquina de Sony. Y lo hacía con una fórmula tan sencilla como ganadora, que surgía de añadir a la coctelera lo mejor del universo cinematográfico de Indiana Jones y los conceptos básicos y triunfadores de la mítica saga Tomb Raider. A partir de esos pilares sólidos se fue construyendo una franquicia que posteriormente prosperó en otros conceptos que ya la diferenciaban en aquel momento de la competencia.

Hablo de una historia divertida y entretenida que giraba en torno a la leyenda de El Dorado, con toques de fantasía y chorrocientos litros de acción; nada revolucionaria eso sí, pero con el gancho perfecto para atraer al público en masa. Ese tipo de argumentos que hacen afición. Y en el mismo sentido el carácter de Drake, el típico gracioso que no se pasa de frenada con los chistes, pero que te ameniza cualquier momento con un comentario ingenioso. Si a todo eso le sumas un sistema de disparos básico pero con un funcionamiento correcto, te sale aquel cóctel maravilloso al que habíamos introducido nobles licores anteriormente.

Y dado el éxito de esa primera entrega y de la posición siempre destacada que ha tenido Naughty Dog en el seno de la compañía de origen japonés, era de esperar que hubiera una secuela y que ésta mejorara ampliamente todo lo hecho anteriormente. Y vaya si lo hizo. Tanto es así que tú que estás leyendo el texto ya has respondido a la pregunta que da nombre al mismo y que seguramente sea Uncharted 2: El Reino de los Ladrones. Pocas, muy pocas sagas han experimentado una evolución tan grande y tan positiva como Uncharted lo hizo con esta segunda entrega. Si el Tesoro de Drake ya había puesto el listón muy alto, lo que uno se encontraba al usar la Daga Phurba era totalmente increíble. Las notas perfectas de los medios especializados caían una tras otra para llegarlo a convertir con un 96 de media en el título mejor valorado de la franquicia hasta este mismo momento.

¿Pero eso por qué? Por múltiples motivos que van desde la evolución del apartado audiovisual con unos escenarios nevados que quitaban el sentido, pasando por la mejora del entramado interactivo, hasta llegar a una historia que, manteniendo los mimbres estructurales de la anterior, se le había añadido dos sacos de azúcar para hacerla todavía más dulce y agradable si cabe. Ah, y por supuesto, la adición del modo multijugador por primera vez en la franquicia. Un nuevo pilar que surgía con fuerza para apuntalar una estructura que empezaba a tener una solidez que solo las grandes franquicias logran. Algo que se asentaría posteriormente en la siguiente entrega, pero que ya desde ese mismo momento aglutinó a un gran número de jugadores que impidió que su presencia fuera meramente testimonial como sí ocurre con otros muchos juegos.

En esta ocasión se cambiaba a Sir Francis Drake por Marco Polo y El Dorado por Shangri-La para tejer una aventura a la que se habían añadido más componentes además de Drake, Sully y Elena. Chloe y Flynn ampliaban la complejidad de las relaciones entre los personajes principales y también abrían la puerta a un modo cooperativo que supuso otro añadido interesante. Más allá de eso, el sistema de disparos mejoraba, se añadía componente de sigilo y los puzles se incrementaban, posibilitando que la variedad de situaciones fuera mayor y con ello la satisfacción de todo el tiempo de juego. Un título perfecto para un estudio que siempre quiere más.

Con el listón tan alto era muy complicado que la siguiente entrega pudiera saltar un obstáculo tan elevado. Tal vez por eso el tercero sea el más controvertido de todos los juegos; y no porque no llegue al sobresaliente que lucen sus antecesores, sino porque en mi opinión (y me atrevo a decir que la de muchos) no se acerca a la perfección que lucía con orgullo el segundo. Uncharted 3: La Traición de Drake supuso la despedida de la franquicia de PlayStation 3 y la constatación de que los límites técnicos de la máquina todavía no se habían alcanzado y que estos los ponía Naughty Dog. Algo que se reafirmaría posteriormente de nuevo con The Last of Us en el año 2013.

Pero a pesar de que audiovisualmente el espectáculo sí sobrepasaba al de la segunda entrega con un perfecto mar de arena y fuego como nunca antes se había visto en un videojuego, la evolución en los demás apartados era mucho más limitada. El nuevo sistema de disparos de hecho no agradó a la mayor parte de público, y Naughty Dog se afanó en lanzar una actualización con el original. También la cacareada destrucción de escenarios a manos de nuestra potencia de fuego fue algo meramente anecdótico. Pero casi lo peor de todo fue que el componente de sorpresa y emoción se diluía al emular casi por tercera vez una estructura argumental calcada de la primera y segunda entrega.

Y con todo, era un título excelente. Una nueva oda al cine de acción y una muesca más en la pared de grandes videojuegos de aventuras. El personaje histórico alrededor del cual giraba todo era en este caso Lawrence de Arabia, y el lugar legendario la Atlántida de las Arenas. La fuerza visual de este lugar y la existencia de situaciones impresionantes como cierta escena en un determinado barco hundiéndose lograban también grabarse en nuestra retina; pero el menor ritmo de la aventura, su flojo final y el resto de motivos descritos anteriormente lo colocan lejos de aquel Reino de los Ladrones.

El patito feo de la franquicia y del que nadie quiere saber ya nada. Ni Naughty Dog, que lo dejó fuera de la excelente remasterización de la franquicia para PS4; aunque claro, no fue desarrollado por ellos, sino por Bend Studio con el objetivo de mostrar las bondades de PlayStation Vita. Y lo cierto es que si el resto de compañías hubiera llevado a cabo un trabajo tan excelente como el de los norteamericanos tal vez hoy no nos referiríamos a la portátil de Sony como una consola prácticamente muerta.

Situado cronológicamente antes de los hechos acaecidos en Uncharted: El Tesoro de Drake, el juego se desarrolla en Centroamérica con similitudes muy destacadas justo con aquella primera entrega en términos de localización y estética. Con menos carisma que todos los anteriores juegos, el punto fuerte de este Uncharted se basa en el uso de todas las opciones de PlayStation Vita para apuntar, escalar, descubrir mensajes ocultos o resolver puzles. Mecánicas variadas y entretenidas que funcionan a las mil maravillas y que catapultan al juego a lo más alto del catálogo de la portátil.

La historia, eso sí, no aporta nada a la franquicia y acaba siendo un mero pegote sin trascendencia alguna. La figura de Fray Marcos de Niza en el juego y la trama de la Sete Cidades no acaba de cuajar del todo dado en parte a ese aire de familiaridad con el Tesoro de Drake. Pero pese a todo, el ritmo es notable y la variedad su mayor virtud. Desde luego, motivos lo suficientemente potentes como para que no fuera el apestado de esta gran franquicia.

La conclusión de hoy de colocar a Uncharted 2: El Reino de los Ladrones como mejor juego de la franquicia puede verse alterada o no próximamente con la llegada de Uncharted 4. En LaPS4 hemos recibido ya el juego y estamos inmersos en el proceso de un análisis que podréis leer muy pronto. Pero hasta entonces el debate queda abierto para saber vuestra opinión y vuestros gustos sobre el proyecto más ambicioso y apasionante de Naughty Dog.

¿Cuál es para ti el mejor Uncharted de todos?