E3 2015: Impresiones Metal Gear Solid V: The Phantom Pain

Probamos por primera vez la gran obra de Hideo Kojima

Teníamos unas ganas tremendas de probar este Metal Gear. Nos gusta lo que hace Kojima, no lo vamos a negar. Desde los primeros Metal Gear hasta los Solid, pasando por Snatcher y Policenauts. Es un genio que sabe impregnar a sus juegos de una gran personalidad. Además, acostumbra a salirse del guión establecido, de las pautas que marcan los éxitos de cada año, y eso a nosotros nos encanta. Metal Gear Solid V: The Phantom Pain es su último proyecto, y aun con toda la polémica sobre su posible salida de Konami, nosotros lo que queríamos era echarle el guante a la última aventura de Snake, deseo que se ha cumplido durante este E3.

La presentación se dividió en dos partes: un hands-off en el que nos volvían a explicar cómo funciona el juego y sobre qué núcleos se asienta, y una demo jugable con todo el primer capítulo disponible, donde poder dar rienda suelta a nuestra creatividad. Lejos de desconectar del primer vídeo, prestamos atención como niños pequeños, embelesados una vez más ante las posibilidades de un título que se nos antoja infinito. Mundo abierto y más “Kojimadas” que nunca, lo que supone una combinación explosiva.

El vídeo nos volvía a enseñar Mother Base y su funcionamiento, reclutando soldados y todo tipo de vehículos y animales que formarán parte de nuestro ejército personal. También nos explicaron que cualquier vehículo se podrá conducir, incluyendo desde un simple jeep hasta un helicóptero. No podemos dejarnos los compañeros de misión, como la francotiradora Quiet o un simpático lobo, al que reclutaremos desde cachorro. Estos últimos no son un simple apoyo, sino que tienen una única vida y una personalidad que cuidar, sobre todo si no queremos dejar de contar con ellos definitivamente.

A través de una pantalla a modo de briefing podremos elegir arsenal, vehículo, compañero e incluso horario, elemento clave que altera la inteligencia artificial del enemigo. Esta misión en concreto solicitaba que destrozáramos unas enormes parabólicas en lo alto de una base. Para ello, Snake se camufló en todo momento hasta poder escalar una pequeña torre, lugar elegido donde colocar los explosivos. Debido a un despiste, un soldado se dio cuenta de la presencia del intruso, y fue ahí donde empezó un largo tiroteo. Snake, para conseguir despistarlos, plantó varios muñecos de goma que simulaban ser soldados, y aprovechó el humo y el desconcierto para salir a la carrera en caballo. Desde una posición medianamente despejada, solicitó el rescate en helicóptero, se subió a él y detonó las bombas para ver como, pese al susto, la misión acababa siendo un éxito.

Por el camino vimos detalles tan habituales en una producción en Kojima que nos fue imposible disimular una sonrisa de complicidad. Hablamos, por ejemplo, de una conversación tronchante entre dos soldados rusos intentando aprender inlgés. O del pequeño lobo que encuentra Snake en el desierto. También nos dejó boquiabiertos la animación para camuflarnos en el lateral de la montura del caballo, así como una impresionante tormenta de arena. Son detalles que rara vez vemos en otros videojuegos, y que aquí se han juntado para dar forma a la aventura definitiva. Desborda ambición y buen hacer, y mucho se deben torcer las cosas para no estar ante uno de los mejores juegos de la generación.

Una vez acabado el vídeo, nos pidieron que tomáramos asiento en los puestos que teníamos a nuestras espaldas para comenzar la demo jugable. Ésta cubría el vídeo que vimos en el E3 del año pasado, donde Ocelot y Venom Snake pasean a caballo por los caminos desiertos de Afganistán. Nuestra misión consistía en el rescate de un rehén, pero definitivamente preferimos aprovechar el tiempo para jugar con las numerosas mecánicas que nos ofrece el título.

Lo primero que nos llamó la atención es el genial apartado técnico. El Fox Engine luce de escándalo, y seguramente estamos ante el sandbox con mejor iluminación. Todos los shaders son convincentes y representan perfectamente cada material, y como ya sabéis, el juego corre a 60 fotogramas por segundo y 1080p. Las animaciones de Snake son muy variadas, y lo mejor es que el control ha sido adaptado a los estándares actuales, lo que ayuda a que cada acción se pueda realizar de manera intuitiva. De hecho, lo primero que intentamos fue huir corriendo y llamar a nuestro caballo para subirnos a él de un salto. Nos salió a la primera.

El toque japonés excéntrico sigue ahí, por supuesto. Como en Peace Walker, seguimos riéndonos cada vez que reclutamos a alguien usando el globo sonda, y no faltan los detalles absurdos como poder solicitar vía aérea una caja de cartón vacía para camuflarnos dentro de ella. Estas mecánicas no se llevan mal con las clásicas de sigilo. En este sentido, The Phantom Pain está al nivel de los mejores. Las animaciones se adaptan perfectamente al entorno, y no nos costará que le juego interprete nuestras incursiones en terreno enemigo. Además, la inteligencia artificial es tan buena que en ningún momento nos ha llamado la atención para mal. Nunca está fuera de contexto. La reacción de los soldados tenía todo el sentido del mundo, e incluso llegaron a pedir que cubrieran su zona mientras caminaban hacia nosotros.

Durante la demo hemos visitado algunos poblados para acabar con el enemigo de varias maneras. Lo hemos hecho de cara, a tiros usando el tiempo bala que ya se introdujo en Ground Zeroes, y desde media distancia montando todo el escándalo posible. Nos hemos gustado con momentos de sigilo brillantes, y no hemos dudado en vacilar a los soldados con la dichosa caja de cartón. Se siente fresco, y el gran control ayuda a que nada chirríe. En ningún momento hemos echado de menos un movimiento para escalar una pared o cubrirnos tras una esquina. Se ha pensado en todo, y al disponer de tantas mecánicas, cada jugador podrá avanzar de la manera que prefiera.

Uno de los detalles más insignificantes y más reconfortantes es la música. No solo hablamos de su presumible gran banda sonora, sino de la manera de hacernos con nuevas canciones. Casi sin querer, al pasar por un puesto de mando en mitad de la carretera, nos acercamos a una radio que mantenía entretenidos a dos soldados. Cuando estábamos pegados a ella descubrimos que podíamos sacar la cinta del radio cassette para incluirla en nuestro repertorio y escucharla cuando quisiéramos.

Después de aproximadamente 40 minutos, nos invitaron a esperar hasta el 1 de septiembre para seguir con la aventura. Metal Gear Solid V: The Phantom Pain nos ha dejado una sensación inmejorable. Es un juego que con cada trailer deja poso. Tiene fuerza, estilo y ambición. Está hecho con un cuidado asombroso, y sospechamos que en cuanto conozcamos el guión, Kojima habrá preparado varios de esos giros tan inesperados y sorprendentes a los que ya nos tiene acostumbrados. Estamos ante uno de los juegos más esperados de la generación, y ahora que ya lo podemos rozar con la punta de los dedos, es complicado no frustrarnos pensando en los dos meses que quedan hasta hacernos con él. Ojalá pudiéramos hacer pasar el tiempo como Snake, puro en mano, pero como no es posible, marcaremos la fecha en el calendario y trataremos de no obsesionarnos con ella.