La Materia Oscura: Revolver Ocelot

You're pretty good!

Antes de nada: advertimos de spoilers de la saga Metal Gear Solid en este artículo, así como spoilers de las sagas correspondientes a los villanos en futuras entregas. Como ya os adelantábamos en nuestro artículo de cierre de la sección Objetivo Platino, vamos a comenzar con una nueva serie de artículos, esta vez enfocados a algo totalmente diferente a los trofeos. Lo que vamos a hacer es repasar con vosotros la historia, el trasfondo, la personalidad, la presencia en los juegos y el papel que tienen en las sagas más importantes algunos de los villanos más representativos del mundo de los videojuegos.

Repasando nuestra lista de candidatos, no se nos ocurre nadie mejor con el que empezar a hablar de malos de los videojuegos que Revolver Ocelot, quizás uno de los villanos con la mejor historia y uno de los mayores secretos y giros argumentales que se han podido ver en la pasada generación.

Debido, principalmente, al intrincado desarrollo de la historia dentro de la saga Metal Gear Solid, nos vamos a centrar en el papel y la historia en torno a Ocelot en las entregas Metal Gear Solid (PSX), Metal Gear Solid 2 y Metal Gear Solid 3 (PS2) y Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots (PS3), que recogen toda la esencia del personaje y la historia de la propia saga.

Vamos a comenzar repasando la importancia de Ocelot no como enemigo en sí mismo, sino como parte del argumento de una de las sagas más complejas que hemos tenido el placer de disfrutar.

Revolver Ocelot nace el 6 de junio de 1944, el Día D. Esta fecha no es una casualidad y es que nace literalmente en un campo de batalla, durante el Desembarco de Normandía. Un detalle que seguramente quede alguien que aún no conozca es el hecho de que Adamska, su nombre real, es hijo de The Boss y The Sorrow, dos piezas clave del bando de los norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial (dentro del universo Metal Gear, obviamente).

Si tenemos en cuenta que The Boss es, en esencia, artífice indirecta de toda la saga, nos podemos hacer una idea de la relevancia de su hijo en la misma.

Hay que destacar, dicho esto, que no está claro si Ocelot y The Boss conocen la relación madre-hijo que existe entre ellos, se trata de algo que en ningún momento se aclara este dato de forma definitiva, pese a que ciertos indicios parecen sugerir que, al menos The Boss, lo sabe.

El caso es que Ocelot crece bajo la tutela del grupo conocido por aquel entonces como Los Filósofos, una oscura organización que tiene gran relevancia en lo que está por venir.

El primer momento realmente importante de nuestro personaje tiene lugar durante las operaciones Virtuosa y Snake Eater. En la primera, nuestro enemigo tiene su primer encuentro con Naked Snake, el conocido posteriormente como Big Boss. Es a través de un consejo que este le proporciona que adopta como arma de preferencia el revólver que se convertiría en su apodo. Aquí vemos cómo se crea un vínculo inicial entre ambos personajes, que cobrará mucho peso más adelante.

Más tarde, durante la Operación Snake Eater, Ocelot, discretamente (al menos al ojo de nosotros, que participamos en sus idas y venidas como meros espectadores) se mantiene en un segundo plano poco llamativo. La realidad es que él era nuestro contacto original, ADAM, que cambió de bando y ahora iba a apoyarnos por orden de la CIA. Sin embargo, la aparición inesperada de EVA le permite mantener su identidad en secreto.

A lo largo de la historia, comienza a sentir un profundo respeto tanto hacia The Boss como hacia Naked Snake, tanto, que a la conclusión de la misión, se podría decir que se ha desarrollado una rivalidad amistosa más que una enemistad.

En los años venideros, el camino de Ocelot y Big Boss se cruza muchas veces (con el momento álgido en los eventos de The Phantom Pain, el próximo juego de la saga), al tiempo que Ocelot colabora con Zero en la fundación de los cimientos de los Patriots, que más adelante se convertirán en el auténtico enemigo de la saga.

La vida de este personaje se cruza, mucho más adelante, con los clones de su antiguo amigo, Solid Snake y Liquid Snake.

A medida que avanza en su carrera militar, termina enrolado en FOXHOUND, una unidad de élite comandada por Liquid Snake. Durante los hechos de Shadow Moses, nos enfrentaremos a él al intentar salvar a uno de los rehenes. Un intenso combate que termina cuando Gray Fox le corta la mano derecha, algo que en su momento parecía quizás “demasiado”, pero, nuevamente, tiene mucha relevancia más adelante.

En primer plano, la relevancia argumental de Ocelot es escasa en esta entrega, apareciendo más adelante disfrutando de una de sus aficiones favoritas: la tortura. Seremos testigos de la crueldad del personaje, que nos ofrece terminar con las torturas a cambio de la vida de otro personaje, o bien resistir tanto como podamos durante interminables sesiones de electrocuciones.

Sin embargo, nuevamente en la sombra y para desconocimiento de Liquid Snake y Solid Snake, Ocelot estaba trabajando para otra persona. No es otra que “Solidus, el tercero”, como él dice durante la conversación telefónica de los créditos. Solidus Snake es, en ese momento, el Presidente de EEUU y el objetivo de Ocelot es recuperar los datos de combate de Metal Gear REX.

Años más tarde, Ocelot hace acto de presencia en un buque, que Solid Snake ha abordado para conseguir pruebas del desarrollo de nuevos modelos de Metal Gear. Ocelot hunde el barco y mata, aparentemente, a todos los que están a bordo, además de conseguir inculpar al héroe por el atentado.

Lo más llamativo de todo es ver cómo Ocelot parece haberse implantado en su mano cercenada la del ya difunto Liquid Snake, cuya personalidad parece tomar el control en presencia de Solid Snake.

No volveremos a saber mucho del pistolero durante el resto del juego, mientras controlamos a Raiden, más allá de un encontronazo que casi termina de nuevo con su mano cortada, alguna aparición puntual y sin sentido (en nuestra primera partida, en la que no se nos explica mucho) y la clásica escena de tortura.

Sin embargo, una vez más, su papel es fundamental en toda la historia del juego. Ocelot está trabajando para los Patriots y todo el incidente, secuestro y presencia de Metal Gear se trata de una recreación de los eventos de Shadow Moses. ¿El objetivo? Poner a prueba a GW, una inteligencia artificial que mantendría en el poder a los Patriots… incluso cuando ellos no estuvieran.

[break=Página 2]Sin embargo, la presencia una vez más de Solid Snake hace resurgir la voluntad de Liquid dentro de Ocelot, que toma de forma definitiva el control de su cuerpo y huye pilotando uno de los Metal Gear RAY, con el objetivo de eliminar a los Patriots.

Años después, Ocelot se ha convertido en uno de los criminales más poderosos del mundo. Está al mando de las cinco principales PMCs (ejércitos privados) del mundo, alzándose de nuevo contra los Patriots. Ya no queda nada de Ocelot, y Liquid ha tomado el control total del antiguo torturador, es más, todo el mundo se refiere a él, simplemente, como Liquid.

Tras una serie de incidentes en los que toma partido de forma más activa que nunca, Liquid/Ocelot, usando los restos de lo que él cree que es Big Boss (en realidad se trata de los de Solidus Snake), se hace con el sistema SOP, un software propiedad de los Patriots que controla cada arma del mundo, así como afectar a cualquier soldado que lleve nanomáquinas en su sangre… que en esencia son todos. Cabe destacar la espectacularidad de este momento, en una de las secuencias de mayor fuerza de toda la saga.

Esto significa que es, literalmente, la persona más peligrosa y poderosa del mundo. Pero todo esto no es más que un paso más en la obsesión de Liquid con su objetivo. Para conseguirlo, se desplaza de nuevo al lugar donde comenzó todo: Shadow Moses. Metal Gear REX tiene un arma que Liquid quiere, el llamado rail gun, que le permitirá lanzar una cabeza nuclear a la inteligencia artificial que encarna ahora a los Patriots, ubicada en un satélite en órbita.

Después de un épico combate final en el que algo nos hace sospechar (sobre todo, evidentemente, si hemos jugado a las anteriores entregas de la saga) que quizás después de todo Liquid no controla a Ocelot, comienzan las revelaciones.

Durante los créditos, por boca del mismísimo Big Boss, descubrimos la verdad que ha habido detrás de los actos de Ocelot, prácticamente desde el principio. Ocelot y Naked Snake tenían unos ideales, basados en la forma de ver el mundo de The Boss. Esta visión se fue corrompiendo poco a poco por los Patriots, provocando el distanciamiento entre Ocelot, Big Boss y sus antiguos compañeros.

Poco a poco, fue eliminando de forma directa o indirecta a los integrantes originales del grupo, los miembros de la Operación Snake Eater, hasta que sólo quedó Zero, que fallecerá, más como un acto de piedad que de venganza, por la mano de Big Boss. Descubrimos además que la supuesta “personalidad” de Liquid no era más que parte de un complejo y elaborado plan para engañar tanto a aliados como a enemigos.

Si bien su plan original no tiene éxito (ya que su intención era, en esencia, devolver a la humanidad a la edad de piedra), sí logra su objetivo de eliminar el control que los Patriots buscaban imponer a nivel mundial, con lo que es complicado afirmar que, después de todo, su plan estuviese basado en hacer el mal.

Hasta aquí hemos intentando resumir (cosa muy complicada teniendo en cuenta los giros y vueltas que da la historia) el papel de Revolver Ocelot dentro del argumento de la saga Metal Gear. Sin embargo, ahora nos centraremos en él como enemigo propiamente dicho, es decir, su aparición como jefe en los juegos.

Nuestro primer encuentro con él fue en Shadow Moses (Metal Gear Solid). El combate tiene lugar en una sala cuadrada, pero sólo podemos movernos por la zona más cercana a las paredes de la misma. El motivo es que en el centro hay un artefacto explosivo, que estallará al acercarnos, por lo que tenemos que perseguir a nuestro enemigo y buscar el momento en que se quede sin balas para atacar.

La gran ventaja de la que goza en uno de los intensos combates de esta primera entrega es que tiene tal habilidad que es capaz de hacer rebotar las balas en la dirección apropiada. Esto nos deja en una clara desventaja, ya que él puede alcanzarnos desde cualquier ángulo, mientras que nosotros tendremos que esperar a que se quede sin balas para poder darle. Si bien el combate fue un acierto en su momento, en el remake The Twin Snakes, el propio Kojima reconoció que el juego y sus mecánicas correspondían a una época anterior, con lo que la nueva cámara y las posibilidades que ofrecía la versión de GameCube cambiaban demasiado la experiencia de este combate.

No figura como enemigo propiamente dicho en Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty ya que, pese a que tenemos varios enfrentamientos con él, son todo secuencias en las que no interactuaremos, diseñadas para hacernos sentir un gran odio hacia el que se perfilaba como antagonista principal de la saga.

Metal Gear Solid 3: Snake Eater nos presenta el primer combate, cronológicamente hablando, que la familia de las serpientes tiene con él. Si bien los dos primeros encuentros son secuencias en las que Naked Snake demuestra su superioridad, es el tercero el que es realmente interesante.

Nos separa una zanja de nuestro enemigo, que por primera vez demuestra su maestría con los revólveres. Se trata de un intenso combate, reminiscencia de la primera entrega, pero adaptado a las nuevas tecnologías y posibilidades de juego.

Cabe destacar que, hasta este momento, los combates y encuentros con Ocelot nunca han podido llevarse hasta el final, hasta la derrota (no necesariamente muerte) de uno de los combatientes, con lo que nunca queda claro quién es realmente el mejor porque siempre ha pasado algo que obligue a dejar el combate en empate.

Sin embargo, el auténtico combate, el clímax de la rivalidad entre Ocelot y Solid Snake, tiene lugar en el final, de nuevo cronológicamente hablando, de la saga: en lo alto de un Arsenal Gear robado a los Patriots, mano a mano con su némesis.

Sin ninguna duda, toda la secuencia se trata de uno de los combates cuerpo a cuerpo más épicos que se recuerdan entre dos personajes humanos (nos referimos, por supuesto, a que no son superhéroes de ningún tipo, sólo dos personas con grandes aptitudes físicas) del mundo de los videojuegos. A través de tres fases en las que nos partimos la cara en un combate que refleja al mismo tiempo tanto la rivalidad entre Liquid Snake y Solid Snake como la existente entre Ocelot y Big Boss, somos testigos del final de una era.

Los últimos compases de la pelea, que podéis ver íntegra en el vídeo que acompaña este largo (no os preocupéis, ya terminamos) artículo, son sencillamente historia digital.

Terminamos este primer acercamiento al universo de los villanos del mundo de los videojuegos, con un primer “invitado” de excepción. Sin duda alguna, una combinación de estilo, poderío, desarrollo propio, inteligencia y firmeza de ideales única. Pero nuestro siguiente invitado, que ha traído la diversión y las sonrisas a miles de jugadores, tampoco se quedará corto…