Impresiones The Order: 1886

Nos subimos a un dirigible en este nuevo acercamiento al proyecto de Ready at Dawn

Desde hace bastante tiempo, sobre The Order: 1886 sobrevuela una sombra muy parecida a la que ha tapado algunos de los juegos exclusivos más cercanos en el tiempo al lanzamiento de las nuevas consolas. Títulos como Driveclub, Killzone: Shadow Fall o Ryse: Son of Rome y Dead Rising 3 si miramos el catálogo de Xbox One, han acabado decepcionando por algún que otro motivo, ya sea éste su duración, un apartado gráfico no tan espectacular como lo prometido o una serie de mecánicas jugables no del todo convincentes.

Con The Order: 1886 teníamos la preocupación, justamente, de que se produjera este último hecho. Pero nada más lejos de la realidad. Tras llegar del E3 y de la Gamescom con sensaciones enfrentadas y con el miedo a que el título resultara una amalgama de quick time events, lo hemos vuelto a ver sobre un capítulo concreto del juego y hemos de reconocer que no solo ha calmado nuestros miedos, sino que ha abierto de nuevo la vía que lo puede llegar a convertir en uno de los mejores exclusivos de la consola para su segundo año de vida.

Dicho capítulo correspondía a la escena que hemos podido ver a través de diferentes vídeos tanto en The Game Awards 2014 como en PlayStation Experience. En el mismo, los caballeros de la Orden llevaban a cabo una peligrosa infiltración en pleno vuelo sobre un dirigible denominado Agamemnon, teniendo que desarrollar dentro del mismo habilidades enfocadas principalmente al sigilo, a la observación y, sobre todo, a la acción.

Y es que este era uno de los temas que más nos preocupaban. Como os hemos comentado en anteriores impresiones, The Order: 1886 parecía abusar en exceso de quick time events para conseguir de esta manera la inmersión deseada, al mismo tiempo que se exhibía un apartado gráfico totalmente espectacular. Ahora, hemos comprobado hacia donde gira realmente el proyecto de Ready at Dawn, y es hacia un tradicional shooter en entorno cerrado, extremadamente lineal, pero eso sí, muy, muy divertido.

Esto ocurre por varias razones. La primera de ellas es que las fases de acción están muy bien logradas. Pese a lo que comentábamos de nuestros anteriores contactos con el juego, siempre habíamos notado al menos un buen trabajo en cuanto al manejo de las armas, así como su variedad y entretenimiento. Ahora, con un capítulo en el que se puede hacer más uso de ellas y mezclar diferentes fases de interacción, las sensaciones no pueden ser mejores.

Las armas son variadas y su uso podría describirse como totalmente contundente. Esgrimiendo dos de ellas cada vez, nuestro personaje contará además con una habilidad especial que nos ha parecido totalmente espectacular, y es una especie de tiempo bala (similar a lo que podríamos ver en Red Dead Redemption, pero mucho más poderoso) que nos permitirá acabar de forma rápida con todos aquellos enemigos que nos rodeen, dejándonos una sensación de poder que no siempre está presente en juegos de este estilo.

Todo esto ocurre mientras los enemigos a los que nos enfrentábamos iban a por nosotros con todo lo que tenían; pero eso sí, esta vez no estaban presentes los impresionantes licántropos, sino que nuestros rivales a batir eran humanos normales y corrientes. Con todo esto, vimos un comportamiento correcto en su inteligencia artificial, teniendo en cuenta las limitaciones de un escenario que no permitirá que nos veamos sorprendidos por emboscadas generadas gracias a flanqueos ingeniosos.

Pero no sólo de la acción viviremos en The Order: 1886, porque hemos descubierto también componentes de sigilo que suman más variedad a toda esta propuesta. Es cierto que no son nada del otro mundo, que su profundidad es escasa; pero consideramos que su implementación está muy bien llevada a cabo, y que puede resultar un elemento muy enriquecedor para ir alternando con la acción lineal que experimentaremos durante las distintas horas de juego. Además, pudimos también adentrarnos en una fase de observación en el que debíamos detectar a una serie de enemigos desde nuestra función de francotiradores.

Hay que recordar que The Order: 1886 nos traslada a la Londres victoriana del siglo XIX con toques steampunk dentro de lo que podríamos considerar como una auténtica y total antiutopía. Este planteamiento, que consideramos más que suficiente de entrada para, al menos, llamar la atención del jugador, se une al hecho de que nos encontramos con un argumento interesante en tanto en cuanto los protagonistas y la aparición de figuras históricos como Nikola Tesla lo son.

Evidentemente, el apartado gráfico es totalmente espectacular. Atrás quedaron los miedos y las inquietudes por una posible bajada de calidad visual con respecto al juego. Os podemos asegurar que lo que hemos visto es auténticamente increíble, y que seguramente en su salida se sitúe como el título más puntero en cuanto a este aspecto se refiere. Y para ello, no solo las texturas, la luz o las partículas muestran su potencial, sino también un derroche de creatividad artística que no hará sino más que dejarnos con la boca abierta.

A contemplar todo esto ayudan los quick time events que ofrecerá el juego. Porque sí, evidentemente siguen estando presentes y se fundirán de forma muy convincente entre las escenas de acción, siendo estas secuencias más desgarradoras y violentas de lo normal. De esta forma, la intención de dotar al juego de un aire cinematográfico se logra fusionándolo eficazmente con la acción, y exhibiéndolo todo bajo imágenes a 30fps y en 2:40:1 (cinemascope).

Por último, la banda sonora que hemos podido disfrutar nos ha mostrado otra baza muy importante a tener en cuenta con The Order: 1886. El trabajo que Jason Graves (famoso por su papel en proyectos como Dead Space o Tomb Raider) y de Austin Wintory (compositor en Journey) realizan con el juego destaca sobremanera, descubriendo que no sólo de gráficos y espectáculo visual beberá el juego, sino que también lo hará de una calidad sonora importante a la que le acompañará un doblaje que en España contará con Álex de la Iglesia como director del mismo.

Con todo, únicamente falta que pase el tiempo para que el próximo día 20 de febrero The Order: 1886 aparezca en las tiendas de todo el mundo. De momento, el juego parece haber evolucionado notablemente, o al menos lo ha hecho la forma en la que se nos ha mostrado en los últimos meses. Veremos si finalmente se coloca como uno de los mejores juegos de este prometedor año 2015.