El condensador de fluzo: Colin McRae 2.0

Cuando Carlos Sainz trataba de arrancarlo, disfrutábamos de los rallies en PSX

Codemasters lleva muchos años realizando grandes juegos de conducción, pero a finales de la década de los noventa sacó a la luz la primera entrega de la saga Colin McRae, un talentoso piloto escocés, campeón del mundo de rallies en 1995, que tuvo la desgracia de hallar la muerte en un accidente de helicóptero en el año 2007. Ya en diciembre del año 2000 salía a la venta en los mercados europeo y norteamericano la segunda entrega, Colin McRae 2.0 y venía a confirmar las grandes virtudes de su antecesor. Destacaba el enfoque más realista buscando asemejarse más al mundial de rallies, con las licencias oficiales de vehículos y citas mundialistas.

Gráficamente la versión de PSX distaba bastante de la de PC, con unas texturas de enormes píxeles que eran un avance respecto al Colin McRae original de PSX, pero hacían ver que la potencia de PSX ya empezaba a quedar en entredicho respecto a versiones más potentes. Los fondos estaban compuestos de mapas de bits y solo los coches recibían esa mejora de modelado. La nota positiva la ponía el sombreado y los reflejos que apreciábamos en las carrocerías. Se veía la licencia en lo bien recreados que estaban los coches y sus publicidades, muy fieles.

Contábamos con cinco cámaras diferentes desde las que poder disputar los tramos, la que solo nos muestra la carretera desde la parte delantera del coche, la que nos deja ver la parte inicial del capó, la vista desde el interior del vehículo, y dos traseras en las que podemos ver el coche completo a diferente distancia.

El motor de daños era uno de los puntos fuertes de la simulación, puesto que no solo los golpes se reflejaban a nivel estético, sino que el comportamiento de los coches se veía muy afectado según el grado de daño producido. De obligado cumplimiento era visitar el Area de servicio para tratar de arreglar, en la manera de lo posible y dentro del tiempo límite, nuestra montura de rally.

Si bien la banda sonora no destacaba especialmente, solo pudiéndola oír en las presentaciones y menús, y era una mezcla de temas de música electrónica. Los efectos de sonido si estaban bien recreados, y podemos apreciar perfectamente los diferentes ronroneos de las distintas motorizaciones por marcas, los golpes que demos a los coches o los derrapes que varían dependiendo de la superficie sobre la que conduzcamos. También apreciaremos que los daños provocan en nuestro motor diferentes comportamientos o si llevamos un parachoques descolgado lo escucharemos rozar contra el suelo.

Los modos de juego eran amplios y variados, destacando sobre todos el modo rally, donde se podía recorrer un solo tramo, un solo rally o afrontar el campeonato del mundo al completo, pasando por las citas de Finlandia, Grecia, Francia, Suecia, Australia, Kenia, Italia y Reino Unido. Ocho rallies en total disputados sobre todas las superficies imaginables y con meteorología cambiante que afectaba al comportamiento de los vehículos. No era lo mismo pilotar sobre asfalto seco que mojado, la adherencia de los neumáticos era muy distinta.

El modo arcade nos iba a permitir disputar carreras en tramos en las que nos encontrábamos con hasta seis coches circulando, pudiendo jugar a pantalla partida con un amigo. La diversión es este modo era patente pues las colisiones eran una parte más de su desarrollo.

El manejo de los coches de la categoría ya existente de WRC World Rally Car era excelente y al mismo tiempo exigente pues un bache mal tomado o una cuneta podían ponernos en muchos apuros. Para aquellos que disfrutábamos de estos juegos de rallies era una delicia pilotar los Ford Focus, Mitsubishi Lancer, Toyota Corolla, Subaru Imprezza, Peugeot 206 o Seat Córdoba de la época. Incluso a medida que se avanzaba en el juego era posible desbloquear viejas glorias de los tramos como el Ford RS 200 o el Lancia Stratos.

Además contaba con un modo Contrarreloj donde ir dejando registro de nuestros mejores tiempos, y un modo Desafío donde podíamos competir contra cualquier piloto de los reflejados en el juego (todos ficticios), incluido el propio Colin McRae (único real), en tramos exhibición cara a cara.

Colin McRae contó con muchas secuelas incluso después del fallecimiento del piloto. La segunda parte a la que hace referencia este artículo fue la última lanzada en PSX, el Colin McRae 3 ya lo pudimos disfrutar en PlayStation 2. La saga a día de hoy se ha reconvertido a Dirt y ha dejado de llevar el nombre del piloto a partir de la tercera entrega en PlayStation 3.