Análisis Dragon Quest Heroes II

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Los primos malditos y su periplo musou
Por César Rebolledo 25 abril, 2017

Sagas de rol hay muchas. A lo largo de los años, distintas empresas han intentado hacerse un hueco en este mercado tan complicado, en el que los intentos de innovar han hecho bastante daño a buques insignia de auténticos titanes del género. Pero a veces aparecen spin-offs llamativos, que intentan algo ajeno a la saga principal y que, para sorpresa, funcionan. Es el caso del juego que me ocupa hoy y que, si bien reconozco no es un género en el que haya pasado mucho tiempo, llama la atención lo suficiente como para figurar en las estanterías de muchos aficionados. Hablo, por supuesto, de Dragon Quest Heroes II. El juego estará a la venta oficialmente este mismo viernes y se que muchos de vosotros estaréis deseando saber qué es lo que nos ofrece este cambio de tercio completo de la saga y que ya nos ofreció un primer juego hace un tiempo. Ahora, esta secuela mejora con respecto al original lo suficiente como para que su compra sea algo que podáis plantearos si el primero os lo hizo pasar bien.

El juego nos presenta a dos protas, Lázaro y Teresa (puedes llamarlos como quieras), que viven en un mundo en el que una alianza entre reinos garantiza la paz. Hace ya siglos de este tratado de no agresión, así que todos viven tranquilos, monstruo por los descampados arriba o abajo. Pero un buen día, sin venir a cuento, el príncipe de un reino vecino, viejo compañero de nuestros protagonistas, ataca sin mediar provocación. El motivo es un supuesto asesinato cometido por uno de los tres reyes, pero se desmiente de inmediato al ser imposible que sea cierto. ¿Quién está detrás de esta suplantación y qué motivos tiene para intentar desestabilizarlo todo? ¿Qué clase de monstruos nos esperan aquí y allá, por todo el mundo? Por delante se nos plantea un viaje que nos hará conocer a los dirigentes de todos los reinos, amén de unas cuantas criaturas sobrenaturales con poderes mágicos que a veces nos echarán una mano, pero otras… otras serán jefes gigantescos a los que hacer frente.

El argumento no es que sea nada del otro mundo, pero como suele pasar, es la excusa perfecta para lanzarnos al mundo y a golpe de espada, hacha, o cualquier cosa contundente, descubramos qué es lo que realmente está pasando. Y salvar el mundo, por supuesto. Hemos salvado reinos, civilizaciones y princesas por motivos bastante más peregrinos, la verdad. Así que poder garantizar la paz durante un milenio más o dos pues es una justificación bastante honorable. Dentro lo honorable que es exterminar razas enteras de criaturitas pequeñas, esponjosas y coloridas, claro.

En lugar del RPG por turnos habitual de Dragon Quest, Heroes II, al igual que su primera entrega, se trata de un musou. A estas alturas el nombre no os será desconocido, pero para que lo entendáis aquellos que no sepáis qué es, se trata de un juego de «yo contra el mundo». Un guerrero y docenas de enemigos, gigantescos grupos de monstruos a los que eliminar.

Pero en este caso, DQ Heroes II se sale de lo habitual en varios aspectos. Para empezar, llevamos a cuatro personajes en lugar de uno. Esto no es tan habitual en los musou y además podemos cambiar de guerrero en cualquier momento, lo que da una variedad que, por ejemplo, no está presente en Berserk, por compararlo con algo que tengo muy reciente. ¿Que te aburres de tus dos personajes principales, aunque puedes usar distintos estilos de armas con cada uno? Pues cambia a cualquiera de los otros guerreros, entre los que figuran viejos conocidos como Angelo o Jessica, de Dragon Quest VIII.

Después está el hecho de cómo se desarrolla el juego. Lo habitual en este género es usar un sistema de fases seleccionadas a través de un menú, con escenarios cerrados, pero aquí la cosa es bastante más interesante. Tenemos unos mapas abiertos, los clásicos terrenos que atravesaríamos en cualquier juego de rol (el bosque, el desierto, la llanura…) con pueblos de los de toda la vida con sus tiendas, posadas y puntos de guardado manual. Las misiones relacionadas directamente con la historia, eso sí, se desarrollan como un musou clásico: las fases completamente cerradas en las que derrotar oleada tras oleada de enemigos.

Esta combinación hace del juego algo más interesante y me ha conseguido entretener más allá de la matanza indiscriminada de docenas de enemigos en pantalla con espectaculares ataques especiales, la verdad.

El estilo anime del juego, con personajes y monstruos diseñados como siempre por Akira Toriyama, es tan clásico, conocido y de tanto nivel que no puedo decir nada malo al respecto. Eso sí, no os sorprenda ver un par de «super saiyan» porque esa mecánica de la Alta Tensión de siempre tampoco falta, claro.

No obstante, el nivel gráfico del juego no está a la altura del artístico. Con escenarios muy grandes, montones de enemigos y la carga de trabajo que ello conlleva, había que sacrificar algo en pos de una fluidez que se mantiene incluso contra decenas de monstruos en pantalla. Ese algo es, como sospecharéis los jugadores habituales de musou, los escenarios. Hacen falta zonas amplias y despejadas para los combates multitudinarios, lo que al final se traduce en zonas que bueno, tienen su propia temática pero no resultan especialmente interesantes, vacías y sin nada que destacar especialmente.

En el apartado sonoro, una recomendación personal y obvia: jugad con el audio en japonés, tenéis esa opción. El juego está traducido al castellano y además, está muy bien traducido, adaptando los chistes y sentido del humor característicos de la saga. Pero hay algo en las voces en inglés que no termina de gustarme. Tal vez sea el inglés british de algunos de los personajes, que chirría un tanto, pero como el doblaje japonés original nada. Por lo demás, la música que acompaña nuestra aventura es justita, típica y sin grandes alardes. Básica, pero efectiva.

No es Dragon Quest XI y no es un RPG por turnos. Pero no es ni mucho menos un mal juego. Tiene las cosas clásicas de la saga, como el sistema de destrezas que se mejoran al tiempo que nuestras habilidades para conseguir poderosos ataques nuevos, cosas como la alquimia y la tonta pero siempre entretenida posibilidad de cambiar los trajes de nuestros protagonistas. El modo multijugador está bien para tener ayuda humana, que siempre es mejor que la IA, pero no nos permite cambiar de personaje una vez iniciada la sesión y eso es bastante molesto. Un apartado artístico de lujo, pero unos escenarios que no pasan un test algo más minucioso y una jugabilidad de musou pero que se resiste a ser musou y en conjunto es entretenido, divertido y de calidad.

85
Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 8.5
Sonido: 8.5
Satisfacción: 8.5

Análisis

Dragon Quest Heroes II es un musou que usa suficientes mecánicas de RPG para hacerlo interesante incluso a los que no les guste el género. Poder cambiar de personaje en cualquier momento, el apartado artístico marca Toriyama, los espectaculares ataques especiales y el sentido del humor sirven para pasar por alto escenarios sosos y que no recordarás una vez los abandones. Perfecto para aquellos que no sepan lo que es el musou y no quieran meterse de lleno en algo más clásico