Análisis PaRappa The Rapper Remastered

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El hip-hop QTE de Rodney Greenblat ya no tiene el mismo flow
Por Javi Andrés 4 abril, 2017

Hace 20 años, en plena época de llenarse de personajes icónicos la primera PlayStation, nacía PaRappa the Rapper, un perrito con gorro anaranjado, preocupaciones adolescentes, cuerpo plano bidimensional, animaciones chungas y ritmos bien marcaditos. Carisma instantáneo, salido de la a menudo muy fumada mente de Rodney Greenblat, artista gráfico con exposiciones en Nueva York y que trabajó luego de nuevo con Sony para UmJammer Lammy, ese clarísimo sucesor de Parappa, continuador de los juegos musicales en la cuadradita gris. En 1997 no había Guitar Heros, SingStars ni Dance Dance Revolutions, y esto de pulsar botones exactos y en el momento minuciosamente preciso al ritmo de la música estaba sentando las bases para un nuevo género en videoconsolas, del que podemos decir con tranquilidad que el japonés Masaya Matsuura es uno de los pioneros, el director de PaRappa, juego mítico que ahora llega remasterizado a PS4 a unos nada desdeñables 14.99 euros.

Se ha hecho un buen trabajo de remasterización, de acuerdo, pero el precio es indiscutiblemente elevado y la materia prima del clásico de PSX no da para grandes alardes o demostraciones. Entre las virtudes esenciales de un producto que ya en su original era escuetísimo de contenidos y que aquí vuelve a serlo -claro- tenemos su inconfundible carisma, algunas adaptaciones de comandos, refinamiento de píxeles vistos y escasos extras, como varias canciones. Pero, para los que dominen su ritmo rápido o los que, como yo, recuerden aún las secuencias de botones y no hayan perdido el pulso, debo ir advirtiendo que estos 15 euros duran poquito, no más de una hora de juego para sus dos dificultades principales y desbloqueo de sus pocos extras, pues hablamos de solo 6 actos que comprenden este viaje en gran medida guiado por la nostalgia pero de cuestionable salida a cuenta y justificación de su precio.

PaRappa The Rapper es historia pura de los juegos musicales y viene a estrenar un trío de remasterizaciones musicales que, se puede decir ya, tienen en los dos siguientes títulos (LocoRoco y Patapon) más razón de ser y directa recomendación. Esta edición de PS4 se adapta a las pantallas de hoy de formato 16:9, incluso se reescala dinámicamente a resolución 4K jugado en PS4 Pro y remasteriza sus sonidos para fluir con más calidad por los altavoces. Para los que no lo conozcan, diré que os esperan ritmos pegadizos, letras rapeadas tan baratas como graciosas y personajes chiflados dispuestos a pediros que repitáis sus series de botones y pulsados en el momento justo que marcaría el ritmo. Y esto es muy importante, que marcaría el ritmo, pues responder a la cabecita de PaRappa desplazándose por la parte superior de la pantalla y pulsando cuando visualmente consideramos da a menudo malos resultados.

Esto ya ocurría en el original y sigue estando aquí. Para muchas secuencias y lecciones de los tres últimos actos vale más cerrar los ojos y dejarse llevar por el tempo musical que mirar al icono de PaRappa deslizándose sobre la hilera de botones, pues puedes ver cómo tu indicador de U rappin’ va bajando injustamente si te guías por la imagen más que por el sonido. Es muy curioso, para muchos seguro que incluso frustrante, pero el de PSX funcionaba así hace 20 años y éste repite (en dificultades normal o difícil). Además, ahora se han rediseñado los botones de la franja superior de comandos. Donde antes teníamos cuadrados rosados, triángulos verdes o L y R simples, ahora tenemos circunferencias con esos cuadrados, esos triángulos o indicativo exacto de L1 y R1. Los tiempos del DualShock se han impuesto… Pero he echado un poco de menos la apariencia clásica…

Por supuesto, tiene modalidad fácil también donde el juego se hace para todos los públicos, ordena comandos más sencillos, va más lento y es más permisivo con los timings. Y hay tutorial, para entender que los ritmos a veces se pueden cortar y que se jugará con las corcheas y semicorcheas para los segmentos más exigentes. Especialmente entrañable, también, es el sistema de guardado, manual y entre actos, como era antiguamente, solo que ya no nos pregunta qué ranura de Memory Card queremos utilizar. Todo resulta especialmente familiar para los que recuerden el clásico, está claro, y será original pero un poco extraño a los que no lo conocieran en su día y aquí van a experimentarlo por primera vez. Rezuma estilo de juego noventero por todos lados.

La labor de remasterización es buena, como decía, pero mínima. Tampoco el material original da para mucho más. Algunas cinemáticas y primeros planos dejan a la vista aún pixelizaciones -menores- o dientes de sierra en las líneas curvas y diagonales. Los tiempos de carga están tal cual estaban, y todo está presentado como antaño, con aquellos modelados en tres dimensiones súper poligonales y angulosos de por medio. Esto no es un remake, es un pulida visual y de audio, pero que no luce ni suena como otras puestas al día. No se lo critico, era una materia prima difícil de trabajar que empieza ya por esos marcos para las cinemáticas o el tamaño de los subtítulos, sí adaptado a los televisores de gran formato habituales hoy.

60
Jugabilidad: 5.5
Gráficos: 6
Sonido: 6.5
Satisfacción: 6

Análisis

De los tres regresos musicales que están por remasterizarse en PS4, PaRappa The Rapper es el menos interesante por la antigüedad, brevedad y sencillez de su fórmula. Volverlo a jugar es pura nostalgia, tiene carisma y se agradece que Sony esté recuperando clásicos, pero ofrece el mismo poco contenido que antaño por los 15 euros que cuesta y ya no es sorprendente en absoluto.