Análisis Game of Thrones (completo)

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La fantasía de HBO no podía tener un mejor aliado que Telltale Games
Por Antonio López 25 noviembre, 2015

Ha tardado algún tiempo más del habitual, pero el sexto y último capítulo de la primera temporada de Game of Thrones que ha desarrollado Telltale Games ya está entre nosotros. Fieles a nuestra línea editorial, hemos esperado hasta que todos los episodios estuvieran disponibles para poder realizar el análisis en las condiciones óptimas y no caer en excesos reiterativos que terminasen por desvirtuar el trabajo de los de San Rafael, que han sabido captar a la perfección el espíritu de la serie del canal HBO y, a su vez, han sido capaces de respetar el trabajo literario original de George R.R. Martin.

Telltale Games tiene más que dominado su sello y su inconfundible estilo narrativo, que aquí se mantiene intacto y nos permite descubrir una historia de lo más intensa, donde no faltan las traiciones, las muertes inesperadas y todos los ingredientes que han hecho de Juego de Tronos un fenómeno de masas a raíz de su serie para televisión. Aprovechando que ya es posible hacerse con Game of Thrones completo y en diferentes formatos (tanto físico como digital), vamos a intentar explicar por qué este estudio ha terminando orquestando el mejor juego posible basado en la popular ficción donde dragones, no muertos y criaturas de todo tipo se cruzan con intrigas palaciegas y conspiraciones sedientas de poder.

La propuesta de Telltale Games transcurre de manera paralela a los acontecimientos de la serie original. El título nos presenta a la casa Forrester, una familia noble de Poniente, banderiza de la casa Glover, que siempre ha sido fiel a los Stark. Ironrath es su hogar y el «palofierro», una madera fuerte y resistente única, su principal sustento. La trama arranca en plena Boda Roja, por lo que aquellos que conocéis Juego de Tronos podéis haceros una ligera idea de cómo se inicia la historia. No obstante, y teniendo en cuenta que la narrativa es la parte más importante de este Game of Thrones, dejaremos que descubráis por vosotros mismos todo lo que nos depara esta historia de traiciones, violencia y luchas por el poder.

Al igual que otros títulos de Telltale Games, la trama se va desvelando a través de las vivencias de varios personajes. La familia Forrester al completo y sus sirvientes se convierten así en los hilos conductores de una historia que sabe captar a la perfección el espíritu del material original en el que se basa, prestando especial atención a la serie de HBO, aunque sin olvidar la saga de novelas de George R.R. Martin, que parece haber colaborado en la escritura del guión si nos atenemos a la serie de acontecimientos y situaciones de crueldad extrema que experimentamos durante cada capítulo.

Y es que si algo hace de maravilla este Game of Thrones es zarandearnos y dejarnos destrozados en más de una ocasión. Al igual que sucedía en The Walking Dead, mediremos al extremo nuestras palabras y pensaremos muy bien en todas las posibles repercusiones de nuestros actos. Telltale Games aprovecha toda la mala leche de Juegos de Tronos y plantea una serie de escenas humillantes y crueles en las que llegamos a sentir verdadera impotencia o una tremenda rabia, como si estuviéramos dentro de la historia. El trabajo del estudio norteamericano con el guión es encomiable y la capacidad que tiene para dejar tocado al usuario nos recuerda a los momentos más duros de la primera temporada de The Walking Dead.

Aquí no hay medias tintas ni finales felices. «Si algo puede salir mal, saldrá peor», parece ser el lema por el que se han movido en Telltale. Y resulta todo un acierto, puesto que la sensación de fidelidad hacia la serie y las pequeñas satisfacciones que da la trama consiguen trasladarnos al mundo de corruptelas, traiciones y violencia desmedida de Poniente. El estudio de San Rafael no innova en lo más mínimo y su propuesta es calcada a todas las que hemos visto hasta el momento a nivel formal y jugable, con diversas escenas donde lo único que debemos hacer es seleccionar una línea de diálogo, responder a un determinado quick time event o explorar muy escuetamente un escenario concreto. Los seis capítulos que conforman esta primera temporada de Game of Thrones se mantienen fieles al estilo de Telltale, por lo que sus aficionados quedarán encantados y sus detractores tendrán más motivos que nunca para destacar sus carencias.

Como hemos dicho, esta primera temporada (ya se ha confirmado el desarrollo de una segunda) tiene un total de seis capítulos, un episodio más de los cinco que suele ofrecer el estudio californiano. Y lo cierto es que esas dos horas extra de juego se agradecen y compensan los clásicos altibajos por los que atraviesan todos los títulos de Telltale. Es inevitable que haya caídas de ritmo en sus juegos, pero la compañía se ha especializado en crear unos finales de temporada espectaculares y puede que el más épico que ha creado hasta la fecha lo encontremos en Game of Thrones. Mucho ojo, porque aunque pueda no parecerlo, las decisiones que tomemos marcan qué personajes viven y cuáles mueren.

A nivel técnico, Telltale aprovecha el poderío visual de la serie de televisión para crear su propio universo audiovisual. Los fondos parecen pintados con acuarela y los personajes mantienen esa estética cartoon que tan buen resultado le ha dado a la compañía hasta el momento. Existen pocas compañías con una marca de identidad tan clara como esta que nos ocupa, pero Telltale construye sus obras en torno a un mismo marco estético y narrativo que, de momento, no cansa. Habrá que ver hasta cuándo podrá darle uso el estudio a esta particular seña de identidad, pero de momento funciona y parece que lo seguirá haciendo durante un tiempo.

También se repiten en Game of Thrones los errores habituales de Telltale. Las pantallas de carga resultan a todas luces un estorbo, rompiendo en más de una ocasión la experiencia que quiere proponer la compañía. Puede que el hecho de desarrollar un mismo título para un montón de plataformas ocasione estos inconvenientes, pero ya va siendo hora de que el estudio elimine las soporíferas pantallas de carga en las consolas actuales, con PS4 a la cabeza. También molesta algún tirón puntual de la imagen o la aparición repentina de personajes, cuestiones que por suerte no suceden más que en contadas ocasiones y terminan por olvidarse rápido.

Más allá de los inconvenientes mencionados, Game of Thrones hace gala de un doblaje sobresaliente. Varios actores de la serie de HBO participan en la propuesta con sus voces, aunque todo el elenco realiza una labor estupenda. Y sí, el juego tiene ya subtítulos en español. Nosotros hemos jugado a la versión en formato físico del mismo gracias a la distribución en España del juego por parte de BadLand Games, y hemos disfrutado de un notable trabajo, con un sentido medieval muy conseguido, aunque algunas palabras y términos se han quedado sin traducir inexplicablemente aún teniendo su nombre en la lengua de Cervantes, como Desembarco del Rey, que se mantiene como King’s Landing durante toda la trama. Sea como fuere, el título cumple a nivel sonoro, también en su música, y no podemos más que esperar que Telltale siga mejorando su relación con el español.

Game of Thrones, en resumidas cuentas, es como una temporada paralela a la serie de televisión. Vemos a algunos viejos conocidos, descubrimos unos protagonistas interesantes y vivimos a través de ellos las consecuencias de nuestros actos y de nuestras decisiones durante toda la temporada. Telltale consigue respetar la obra original y hace que sintamos lo mismo que al leer los libros o ver el show para televisión, con la excepción de que en esta ocasión son nuestros pasos los que han guiado a los protagonistas a su destino. Puede que peque de ser muy cruel en diversos momentos pero, por los dioses, esto es Poniente y aquí ya sabemos lo que prevalece. Valar Morghulis.

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Jugabilidad: 8
Gráficos: 8
Sonido: 9.5
Satisfacción: 9

Análisis

Telltale se empapa del material original y hace de su versión de Juego de Tronos una oda a la crueldad de la que el propio Martin estaría orgulloso. Una notable demostración de lo que se puede conseguir en un videojuego con un guión trabajado.