Análisis Life is Strange (Completo)

78
Con el episodio final terminado ya en PS4, evaluamos el viaje entero de Max a cargo de Dontnod
Por Javi Andrés 23 octubre, 2015

[ACTUALIZACIÓN 22 de enero de 2016] Life is Strange recibe al fin edición en formato físico, una recomendable Edición Limitada que incorpora el juego completo para PS4 en Blu-Ray, un libro de arte de 32 páginas, CD con 14 canciones de la Banda Sonora Original y, lo más importante, un parche de actualización que añade los demandados subtítulos en castellano, francés, alemán, italiano y portugués. El parche sirve también para los que lo tienen en digital, comprado por episodios o completo. Además, se retocan algunas facetas técnicas como la sincronización labial mejorada o algunas texturas y detalles para una mejor estabilidad. Esta edición en físico que sale hoy es, sin lugar a dudas, la más recomendable de todas.

Algo muy bueno que está haciendo el joven estudio francés Dontnod es conseguir heroínas alejadas de los tópicos y las súper guerreras. Mujeres creíbles y hasta frágiles, sin estereotipar como ya defendí en este artículo. Y Life is Strange, más allá incluso que el anterior Remember Me en todo esto, es el mejor ejemplo con Max, su tímida y sobrenatural protagonista. Pero esta aventura gráfica episódica que, tras 8 meses dando que hablar, hoy llega a su fin con su quinto y mejor capítulo, es mucho más que una historia interesante con un personaje que no cae en el estereotipo y la banalización. Eso sí, en PS4 tendrás que saber algo de inglés. No está traducido ni hay parches de fans que implementen textos castellanos.

Terminados los cinco actos que Square Enix como editora ha ido lanzando a lo largo de casi todo este año y que llevarán al neófito unas notables 12 o 15 horas de juego completo, ya podemos sacar conclusiones finales y traeros una review justificada y plena, con los puntos que se graban para siempre como una fotografía impresa pero también con las carencias jugables en las que más les hubiera valido a sus desarrolladores rebobinar un poco antes de conformarse con ellas. Life is Strange es una aventura gráfica cargada de narrativa, decisiones y momentazos como las que se echaban de menos en el género, pero se queda en ese talante clásico y no aprovecha al máximo algunas de las perfectas oportunidades que maneja su extraordinario planteamiento. Cuestiones de presupuesto, en la mayoría de los casos, dicho incluso por sus creativos.

No es una superproducción ni lo pretende, aunque no hubiera estado mal que así fuera teniendo en cuenta las capacidades de Dontnod, cada vez mejor demostradas y a los que deseo lo mejor en futuros proyectos porque prometen. En este viaje hacia lo desconocido, de precio reducido de 19,99 euros en Pase de Temporada completo o unos 5 euros por episodio, la pequeña y joven desarrolladora parisina consigue hacer creíble y natural un poder mágico, el de retroceder en el tiempo para cambiar los acontecimientos inmediatos. Con esta destreza inhumana que Max descubre en sus primeros pasos por la escuela de su anaranjada y apacible ciudad, Arcadia Bay, y ante una verdadera catástrofe con un par de compañeros como punto clave, se empieza a dibujar una historia cargada de ramificaciones y personajes entrañables, dejando a la amiguísima Chloe de pelo azul como otro epicentro de toda la trama, guión serpenteante y con altibajos.

Hay capítulos monumentales, como el recién llegado quinto que es un no parar de acción dramática, o el segundo Chaos Theory, frente a otros más olvidables y hasta aburridos en acción, como el cuarto Dark Room. La verdad es que este juego no sabe mantener el ritmo thriller que parece pretender, pero en las horas que lo consigue es absorbente como él solito, como un buen libro en el que encima puedes elegir tu final según cómo proceda Max en cada situación crucial. Es en parte una película adolescente de súper amigas, de súper chicos, con un toque autodestructivo en cada momento de soledad, y de sucesos paranormales, pero en su fondo esconde mucho más y como aventura gráfica tradicional mantiene todas las fortalezas esperables.

Su adaptación a los nuevos tiempos del inagotable sistema point and click es un absoluto acierto, especialmente jugado con mando gracias a su interfaz directa de investigación, observación e interacciones. Los entornos invitan a explorar, a tocar lo imprescindible y lo secundario, a saber más y más de los trágicos sucesos acontecidos en esta ciudad ficticia y portuaria de Oregón que recorreremos de punta a punta de forma más o menos lineal, y acabar descubriendo a qué se debe la brusca tormenta que funciona como misterioso arranque de todo el asunto y tiene una explicación angustiosa y metafísica sorprendente.

Un diálogo que no ha ido por donde queríamos, un puzle que requiere estar en un sitio concreto unos segundos antes o una situación extrema que acaba resolviéndose mal son momentos en los que tendremos que tirar de rebobinado parcial para cambiar el destino inicial de los acontecimientos. No hay nunca opción de rebobinado libre o en cualquier momento, por ejemplo para volver más rápido a un punto ya que hemos ido por un camino con poco interesante. No, no funciona como en Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo. Los momentos en que Max se deja llevar por el poderosísimo retroceso temporal están dictados, prediseñados, aunque son bastantes en el grueso de la aventura.

Hay rompecabezas muy inteligentes y desafíos a los reflejos, la atención lo la rápida actuación, e incluso una variedad de situaciones destacable tratándose del género que se trata. También coleccionables. La curva de dificultad es, por lo general, acertada y el planteamiento de las mecánicas básicas durante los primeros minutos de andadura y conversaciones. Es un producto bien presentado y accesible que sabe aguantar sus mecánicas hasta el acto final, un título apto para quien nunca haya jugado a videojuegos pero que disfrutará más el conocedor del estilo de Monkey Island, Grim Fandango o The Longest Journey, a los que parece venerar.

No se libra de fragmentos previsibles o personajes secundarios con un cliché que los atornilla desde el primer vistazo. El empollón, el grupo de chicas populares de la clase que no aceptan a nadie más en su repipi círculo, la profesora que nos tiene manía o el policía inepto que no merece un trabajo de semejante responsabilidad. Aquí todo esto se conjuga, sí, pero también se descubren caracteres atractivos y filosofías que dejan bastante atrás esta cotidianidad o valores simplones. Y eso es lo bueno de Life is Strange, su equilibrio y su atractivo en cuanto empiezas a dar los primeros pasos en la historia y entablar los primeros diálogos, donde hay una profundidad oculta muy cautivadora.

La experiencia audiovisual es tan satisfactoria como la jugable. Dontnod sabe manejar bien los colores y las texturas, y aunque la producción se percibe «barata» en muchas animaciones , expresividad o situaciones dramáticas que quedan ridículas con lo poco trabajado de algunos efectos y gestos, sí que ha dado a todo el juego una personalidad e identidad inconfundibles y atentas a lo estético. Va todo lo fluido que tiene que ir y hay un especial mimo en los detalles, como es habitual en las aventuras gráficas, con hasta huevos de pascua curiosos y pequeños pildorazos que solo verán los más atentos pero que son enteramente disfrutables si los sabemos detectar.

Ojalá se hubiera prestado la misma atención a traerlo subtitulado en varios idiomas más a parte de francés e inglés. Cómo interactúa Max con los objetos de su entorno y cómo se cuida la composición de plano con cámaras fijas o móviles con limitaciones son otros puntos que consiguen una experiencia sugerente.

Esto viene apoyado por su idónea recopilación musical para la BSO y la gran cantidad de efectos de sonido adaptados a cada espacio, sonoridad y arquitectura que se conjugan. El doblaje anglosajón está al nivel de lo esperado, sin alardes ni un trabajo que demuestre meses de intentos y búsqueda de los mejores resultados, pero sí que queda hecho por profesionales y hay que valorarle que se consiga expresividad solo con la voz, en unos personajes que se perciben visualmente como muñecos a menudo algo planos. Lo verdaderamente inadmisible de todo el espectro técnico, como decíamos, es que no esté ni subtitulado en nuestro idioma, algo no demasiado caro para un volumen de líneas de texto como las que maneja este juego y que lo hace frontalmente inaccesible a un público considerable.

78
Jugabilidad: 7.75
Gráficos: 7.5
Sonido: 8
Satisfacción: 8

Análisis

Teníamos ganas de una aventura gráfica cautivadora como las de antaño en nuestra PS4, y Life is Strange es un estupendo exponente que además incorpora un punto bastante fresco con todo lo relacionado con el rebobinado temporal. Ahora bien, que no esté traducido de ninguna forma al castellano, que tenga capítulos por debajo del nivel general o que resulte poco impactante a nivel visual en personaje para situaciones que por guión sí lo son, son descuidos que no lo elevan a la calidad brillante que podría haber tocado. Aún así, dado su precio, es una más que recomendable opción para quien se maneje en el idioma y quiera algo poco convencional y enriquecedor.