Análisis NBA Live 16

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La pesada losa del segundo puesto
Por David Hernández 15 octubre, 2015

Ya no hay más oportunidades. Electronic Arts sigue poniendo como caballo ganador las ganas, el dinero, y una potente maquinaria de marketing para intentar encauzar el vuelo de la licencia NBA Live que parece que no da para más. NBA Live tuvo un punto de inflexión en aquel año 2011 donde todo eran promesas y pocos hechos, y desde entonces hemos recibido distintas entregas de la serie que, si bien han mejorado algunos puntos en particular, no han conseguido salvar una distancia, ya insalvable, con su principal rival: NBA 2K.

Y a NBA Live 16 lo podríamos definir como un paso hacia adelante, y dos pasos hacia atrás frente a su principal rival, que sigue mejorando lo imposible, mientras que el título de EA mejora lo mejorable, que no es precisamente lo mismo. Siendo justos, si NBA Live 16 fuera el único título de baloncesto en el mercado, no dejaría de ser un juego correcto, sin más. La tan cacareada nueva entrega de este año sigue marcando el nuevo camino ya irreconocible de la serie, centrado en la simplificación de jugadas y controles, en un giro hacia la vertiente completamente arcade y en la potenciación de una faceta en línea que sí muestra una mejor salud dentro de una enfermedad que tampoco parece que será curada en el presente ciclo generacional.

La mayoría de las novedades de NBA Live 16 están centradas en la faceta online subrayando el modo Pro-Am, la seña publicitaria con la que se pretende diferenciar a la edición de este año. Se trata de un modo de juego en línea dividido en Live Run que ofrece partidas 5 contra 5 competitivas en diferentes canastas de la calle. Mientras que el otro elemento que lo completa es el Circuito de Verano, con faceta cooperativa en pabellones y canchas míticas donde han crecido algunas de las estrellas de la NBA. Un modo diferente, atractivo, fresco y original, pero online.

En el resto de los modos de juego se mantiene la esencia que vimos el año pasado. Ahí siguen el modo Dinastía, Futuras Estrellas, los partidos amistosos o el Live Ultimate Team para crear nuestro propio equipo y gestionarlo. De esta manera NBA Live 16 se mueve entre el continuismo de los modos de juego comunes, los clásicos y una vertiente online que sí sigue hacia adelante. Relacionado con lo anterior tenemos la famosa aplicación GameFace HD, el otro reclamo publicitario del juego, que nos permite trasladar nuestra cara, con mejor o peor suerte, al modo online, para sentirnos bien representados en la cancha.

La serie se ha ido reconvirtiendo a arcade con el paso de las ediciones, y aquí se sigue una tendencia de la que no hay marcha atrás. Los partidos se juegan ciertamente bien haciendo uso de unos botones muy simplificados, con el pase, el lanzamiento al aro, el botón para pedir penetraciones a canasta y los abusivos alley-oops. Aparte de lo anterior y el stick derecho para los regates con la bola, todo se hace excesivamente previsible y mecánico, pudiéndonos aprender las jugadas básicas para engañar a la CPU, que peca de bastante inocente si se abusan de los pases largos. NBA Live 16 parece un juego excesivamente básico y previsible, lo que provoca que tras las primeras horas de juego la curva de aprendizaje se estanque y la jugabilidad se aplane.

Que estemos ante un título arcade y previsible, no quiere decir que no se puedan realizar buenas jugadas, sobre todo en ataque. El título nos permite marcar las jugadas mediante un sistema de estrategia creando unos movimientos de los jugadores en ataque bastante vistosos. El problema viene cuando se observa un desmesurado desequilibrio entre el ataque y la defensa, haciendo que al final se abusen de los pases largos, que curiosamente suelen acabar casi siempre con éxito.

Aunque jugablemente NBA Live 16 no sea precisamente un buen ejemplo, las cosas cambian con los aspectos visuales, bastante correctos y realistas. El programa ofrece unos modelados de los jugadores notables, con una buena recreación de la cancha del juego, con un buen nivel de detalle, aunque con el inconveniente de que no todos los jugadores cuentan con las caras reconocibles, lo que resta credibilidad a algunos momentos.

Si el envoltorio está correcto, no es igual el movimiento. Las animaciones, en general, son muy flojas y mecanizadas. La bola cuenta con una física extraña, pareciendo que es de trapo, con muy poco peso, aunque su comportamiento en el aro resulta tranquilizador para los más puristas de este deporte. Tampoco el sistema de colisiones está muy conseguido sabiendo de antemano cómo va a acabar una jugada por la predisposición de los jugadores y sus respectivos roces.
A diferencia de su principal rival nunca tenemos esa sensación de estar jugando un partido propio de la NBA, lo que echa por la borda la mínima inmersión y centra todos los esfuerzos del usuario en pasarlo bien, sin complicarse demasiado las cosas y sin reservar sorpresas.

El apartado sonoro sigue una línea continuista respecto a anteriores entregas, las voces de Jeff Van Gundy y Mike Breen gustan, se dejan querer, y la completa banda sonora, repleta de temas típicos de esta serie, adornan un apartado técnico loable pero lejos de lo esperable con la inversión realizada en una serie que parece no dar mucho más de sí.

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Jugabilidad: 5.5
Gráficos: 7
Sonido: 7
Satisfacción: 5.5

Análisis

NBA Live 16 es un querer y no poder, un pequeño paso adelante en resolución de problemas técnicos y jugables, pero dos pasos atrás respecto a su principal competidor. Su oferta jugable se ha estancado, y las novedades de este año sólo justifican una bien lograda vertiente en línea, con bastantes recursos a explotar. Visualmente cumple, pero el engranaje no funciona bien, con movimientos muy encasillados y una IA mecanizada y previsible, en un programa sólo recomendable si se busca un título de baloncesto puramente arcade que no exija mucho para disfrutarlo.