Análisis Tembo: The Badass Elephant
Con una sofocante e interminable ola de calor asfixiando a medio país, Tembo: The Badass Elephant llega a PSN dispuesto a refrescarnos con su simpática propuesta repleta de acción, ritmo y muchas explosiones. SEGA y Game Freak Inc. se dan la mano para ofrecer a los jugadores una aventura arcade como las de antes, un juego de desplazamiento lateral en 2D de acción con ciertos elementos de puzle y plataformas con un protagonista de lo más peculiar: un elefante soldado, capaz de cargarse a todos los ejércitos enemigos del planeta, fruto de unas mentes creativas que no esconden su pasión por Dumbo y Rambo. Una idea tan alocada como divertida, que termina por mantenernos entretenidos durante un puñado de horas, lo que nunca está de más en las calurosas tardes de verano.
La historia de Tembo: The Badass Elephant es lo de menos. Un ejército armado hasta los dientes está generando caos y terror en medio mundo y no hay ningún hombre capaz de detenerlo. Afortunadamente, el soldado elefante Tembo dispone de las habilidades necesarias como para derrocar al enemigo y devolver la paz al mundo. Así, bajo esta premisa, Game Freak nos presenta una obra de jugabilidad arcade, donde lo que prima es la velocidad, los puntos y ser capaz de solventar los diferentes obstáculos que se presentan ante nuestros ojos a la mayor brevedad posible.
Tembo: The Badass Elephant presenta una zona desde la que podemos acceder a los diferentes escenarios, divididos a su vez en otras tantas zonas. Nuestro objetivo en cada nivel estará dividido en tres partes: llegar hasta el final del escenario, salvar a todos los humanos posibles y acabar con todos los enemigos que podamos. Si cumplimos con todos estos requisitos podremos ir avanzando por los diferentes niveles (18 en total) que Game Freak ha preparado para la ocasión y que nos mantendrán pegados a la pantalla durante un buen puñado de horas, dependiendo siempre de la habilidad del propio jugador y de las ganas que cada uno tenga de completar los mapas al 100%.
El protagonista de la aventura, el simpático y valiente Tembo, puede moverse a toda velocidad por el escenario, arrasando con todo lo que se cruce en su camino. Este elemento le proporciona al juego un ritmo y una velocidad que hacen de Tembo: The Badass Elephant una propuesta de lo más directa, sencilla en su planteamiento jugable y de lo más adictiva, algo que sin duda resulta de agradecer cuando sabemos que la intención de sus responsables no es otra más que la de ofrecer un arcade directo y sin complicaciones. Además de correr y destrozar a toda pastilla, Tembo puede saltar, lanzar agua por la trompa para apagar incendios e, incluso, planear durante unos instantes para saltar los espacios que un simple salto no puede completar. También puede hacerse una bola y convertirse en una máquina de destrucción que ningún tanque enemigo podrá detener.
La propuesta aúna elementos propios del género de desplazamiento lateral con otros característicos de las plataformas. Hay algunos puzles sencillos que resolver y, en línea generales, el avance por los niveles se produce sin demasiados calentamientos de cabeza, aunque según vamos adentrándonos en la propuesta descubrimos que los humanos prisioneros están bien escondidos y no todos los malos están esperando a ser destruidos. Es conveniente andarse con ojo contra los variados elementos del entorno, puesto que la salud de Tembo se resiente con facilidad y el nivel de dificultad del título va creciendo de forma paulatina, con una línea de aprendizaje de lo más natural.
Tembo: The Badass Elephant, más allá de lo jugable, también apuesta por un apartado gráfico digno de los mejores juegos que ocupaban los salones recreativos de medio mundo a finales de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado. De esta manera, nos encontramos con una propuesta repleta de guiños a propuesta clásicas de la propia SEGA, con unos sencillos y pixelados gráficos que harán las delicias de los amantes de los juegos retro. Evidentemente, el título no saca provecho de las máximas posibilidades técnicas de PS4, pero lo que intenta lo hace muy bien y la obra se mantiene estable en todo momento, llegando a ofrecer grandes velocidades cuando conocemos a fondo el escenario que estamos recorriendo (el elemento rejugable es otro fuerte de la propuesta).
El diseño artístico y conceptual no ofrece nada innovador, también hay que decirlo, pero es cierto que la figura de Tembo resulta de lo más divertida. Los enemigos y los escenarios pueden resultar algo similares y las acciones que Tembo puede llevar a cabo también son repetitivas, pero la variedad no era algo que destacara en las producciones de este estilo hace unos años. Tembo: The Badass Elephant ofrece diversión directa y sencilla, por lo que todo lo demás no importa si tenemos en cuenta que se mueve bien y sin tirones de ninguna clase. No esperéis profundidad argumental o jugable, esto es un arcade que va a cumplir el objetivo ya señalado, que no es otro más que divertir.
A nivel sonoro, el título presenta una serie de melodías aceptables que nos acompañan a lo largo y ancho de los diferentes niveles. Cumplen su función y no molestan, algo que siempre es de agradecer. Lo mismo sucede con los efectos de sonido: resultones y cumplidores. Tembo: The Badass Elephant llega localizado al español, por lo que los pocos textos que aparecen en pantalla se pueden seguir sin ningún tipo de problema.
Tembo: The Badass Elephant no va a marcar un antes y un después en el saturado mercado digital. Apuesta, eso sí, por ofrecer al jugador una sesión directa y sencilla, donde prima la velocidad y el espectáculo, recordando por momentos a los juegos que ocupaban los puestos de honor de los salones recreativos de antaño. La obra de Game Freak no destaca por su apartado técnico, pero resulta estable en todo momento y su precio no es tan abusivo como el de otros lanzamientos digitales. Los que disfrutan con las propuesta arcade y nostálgicas tienen en Tembo: The Badass Elephant una aventura entretenida y la mar de digna, accesible y con una curva de dificultad de lo más interesante. Ah, y un protagonista la mar de majo, una mezcla de Rambo y Dumbo que nos dibuja una sonrisa en la cara a cada instante.