Análisis NBA Live 15

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El nuevo intento de Electronic Arts por emular el mejor baloncesto del mundo
Por David Hernández 13 noviembre, 2014

Las grandes franquicias también caen. Electronic Arts siempre se ha caracterizado por tener tres grandes franquicias deportivas que han deparado millones de unidades en ventas a la empresa. Mientras que la licencia FIFA y Madden continúan reinando en sus respectivos deportes, con el baloncesto han abdicado de un género dominado por Take Two en los últimos años con las excelentes entregas de NBA 2K. Tras intentar enterrar la serie lanzando el defenestrado NBA Elite, una nueva oportunidad baloncestística demuestra que quizás la licencia nunca se tendría que haber resucitado.

En un mundo imaginario donde no existiera la serie NBA 2K, la salida de NBA Live 15 se enfocaría como un buen desempeño del motor Ignite en la nueva generación de consolas, y en un título de baloncesto correcto, sin alardes y aconsejable para los amantes de este deporte de enorme técnica y altura. Pero como los sueños distan de la realidad, la nueva entrega de NBA Live es otro intento fallido de resurrección en un sector donde el rey parece indiscutible, al menos para los próximos años.

El despropósito de la entrega del año pasado, un programa repleto de errores técnicos y jugables, hacía muy fácil que NBA Live 15 superara lo anterior, básicamente porque no se podía ir a menos. Pero ni el cambio en el desarrollo a EA Tiburón ha variado la tendencia, porque NBA Live 15 está a años luz de la competencia en términos jugables, y aunque visualmente haya mejorado con la inclusión del motor Ignite, su oferta jugable no deja de ser ciertamente pobre.

Curiosamente al ejecutar el juego por primera vez invita a sumergirse a disputar partidos en la mayor competición de baloncesto del mundo. La interfaz de NBA Live 15 sigue ofreciendo un estilo repleto de información y modos de juego característicos de la familia EA Sports. En este aspecto destacamos el modo Ultimate Team que hereda el sistema de cromos de la serie FIFA para invitarnos a crear un equipo de leyenda al aparecer jugadores clásicos. Otro modo al que dedicaremos mucho tiempo será el Rising Star, una especie de Mi Carrera donde debemos crear nuestro propio jugador y llevarlo a la fama. También podremos tomar decisiones más profundas si accedemos al modo Dinasty, donde al más puro estilo manager seremos la voz cantante de nuestra propia institución.

Siguiendo con modos alternativos nos encontramos con el Live Season para disputar partidos directos siguiendo el calendario de la Liga Oficial; un modo en línea para disfrutar con otras personas, y un tutorial a petición de la comunidad para adiestrar a los jugadores menos hábiles en un control que se ha visto algo simplificado respecto a la anterior entrega, criticada en este aspecto por no saber bien equilibrar el sistema de control.

El problema con NBA Live 15 viene al momento de tomar el mando y disfrutar de los encuentros. Para todos aquellos que llevamos años jugando a la serie NBA 2K vemos cómo las transiciones en NBA Live son más bruscas y menos naturales, algo reflejado en el control sobre los jugadores. La respuesta de nuestros deportistas en el campo es poco eficiente, relacionado con el tiempo de respuesta que nos impide hilvanar jugadas rápidas, perdiendo la fluidez que requiere un juego de este género. Tampoco ayuda al momento de ejercer el tiro a canasta, donde es ciertamente complicado saber el tiempo adecuado para soltar la bola de las manos, fallando multitud de tiros a pesar de que el programa nos avisa de que se ha ejecutado a la perfección.

Aunque la serie NBA Live siempre ha estado centrada más al arcade que a la simulación, las cosas aquí no han cambiado. Tenemos partidos muy rápidos donde la técnica se deja de lado a favor de intercambios de ataques favorecidos por la pobre IA, tanto de los contrarios como de nuestros compañeros. Mientras que entrar a canasta contraria es fácil en cuanto sepamos las particularidades de la CPU (en varias partidas), a la hora de defender la máquina opta por tomar siempre la misma decisión, y son los tiros de triple con sus principales estrellas.

Se trata de una jugabilidad muy simplista para un deporte que no es así, dado que los aficionados al baloncesto más puro van a llevarse las manos a la cabeza en numerosas ocasiones. Es curioso que se vean pocos marcajes de zona, tapones y pantallas en un deporte de contacto como el baloncesto, algo derivado del poco equilibrio en la jugabilidad. A pesar de que EA Tiburón ha tenido tiempo de sobra para mejorar este aspecto, observamos un cambio minúsculo respecto a la malograda edición del curso pasado.

Mientras que los modos de juego son el aspecto positivo del programa y el jugable el gran punto negro, se podría decir que los gráficos están entre ambos. El motor Ignite, pensado para juegos deportivos de nueva generación, ha logrado dar un salto significativo a los visuales del juego, de esta manera vemos una notable recreación del público, un salto considerable en el modelado de los deportistas, un mayor grado de detalle, un mejor dinamismo, mejora en el sistema de colisión y nuevas animaciones, pero curiosamente la transición de todo lo anterior es algo brusco y se podría decir que imperdonable.

El apartado sonoro viene amparado en la excelente participación de los comentaristas oficiales de la ESPN como Mike Breen y Jeff Van Gundy que nos sumergirán en este espectáculo rey de Norteamérica y que encandilarán a todos aquellos que siguen la NBA en canales internacionales. La música en consonancia con lo conocido en la serie, buena predisposición para acompañar nuestros peregrinajes por la interfaz, e inspiradores de juego para aquellos partidos donde necesitemos un punto adicional de fuerza.

Las horas que dediquemos al programa están relacionadas con nuestro grado de satisfacción hacia una jugabilidad por debajo de lo último conocido, pero igualmente interesante para jugadores que no busquen un nivel mayúsculo de exigencia. Las partidas en modo en línea se han desempeñado de una manera correcta, sin tirones y en partidos ciertamente entretenidos, carentes de técnica, pero muy frenéticos.

65
Jugabilidad: 6
Gráficos: 6.5
Sonido: 7.5
Satisfacción: 6

Análisis

NBA Live 15 podría ser un juego de baloncesto correcto sin más, pero teniendo referencias en el género queda más definido como una nueva intentona fallida de EA en un deporte que ya no es suyo. Se siguen manteniendo las señas de identidad en modos de juego, pero lamentablemente también se heredan los mismos síntomas que ostenta la serie desde hace ya bastantes años. El motor Ignite ha salvado la cara externa del programa ofertando unos bonitos modelados que enmascaran un factor jugable poco equilibrado y no exento de errores.