Análisis Yaiba: Ninja Gaiden Z

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Zombies, ninjas, pus y vísceras se dan la mano en este homenaje a la serie Z
Por Antonio López 18 marzo, 2014

Era cuestión de tiempo que Team Ninja y Keiji Inafune, en este caso gracias a su nuevo estudio comcept, coincidieran en el mundo de los videojuegos para ofrecer a los usuarios una propuesta tan gamberra como interesante. Yaiba: Ninja Gaiden Z nos presenta un título de acción directa y sin concesiones, donde lo más importante es machacar los botones del mando para, así, poder aniquilar a las hordas de monstruos repugnantes que intentarán parar nuestro letal avance.

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La saga Ninja Gaiden suma los muertos vivientes a la ecuación para deleite de los aficionados al hack ‘n’ slash, con más litros de sangre en pantalla que la mítica escena del cortacésped de Braindead. La unión de dos talentos interactivos tan característicos conjuga una propuesta que tendrá un importante éxito entre su parcela de seguidores incondicionales, aunque bien podría pasar sin pena ni gloria entre el resto de jugadores que actualmente se debaten entre dar el salto a la nueva generación o seguir pegando tiros en la pasada.

Yaiba: Ninja Gaiden Z nos permite tomar el control del Yaiba que da título al juego. Este malvado pero habilidoso ninja busca venganza contra el temible y famoso Ryu Hayabusa, que una vez consiguió arrebatarle la vida, así como un brazo y media cara. Y es que el amigo Yaiba vive gracias a un corazón artificial implantado por la pechugona señorita Lunes, que también añadió al mutilado cuerpo de Yaiba un brazo mecánico y un ojo cibernético. Guiado por el manipulador señor Del Gonzo, Yaiba llevará a cabo su particular búsqueda de la venganza contra Ryu a la vez que planta cara a una horda de muertos vivientes que asolan Ucrania.

La trama de Yaiba: Ninja Gaiden Z es tan rocambolesca como divertida. Una excusa perfecta para presentar a un protagonista capaz de cercenar cientos de cuerpos putrefactos y dejar que el usuario se lo pase en grande con un planteamiento jugable tan directo y sencillo como divertido. Los fans incondicionales de la saga Ninja Gaiden sentirán una sensación extraña al ver como su franquicia favorita torna en comedia de serie Z con toques gore, algo que no podía ser de otra forma teniendo detrás a Inafune.

La historia avanza a base de imágenes estáticas, en la mayoría de los casos, que nos recuerdan a una historieta gráfica japonesa. Yaiba: Ninja Gaiden Z no es una entrada principal en la franquicia de Team Ninja, por lo que el juego ha de entenderse como un divertimento que busca agradar al jugador ávido de diversión directa, sin más pretensiones que las de pasar unas horas desmembrando zombies y blandiendo una katana afilada.

Yaiba: Ninja Gaiden Z apuesta, como decimos, por una jugabilidad sencilla que va directa al grano. La historia está compuesta por un total de siete capítulos, de una hora de duración aproximada en la mayoría de los casos. Conviene destacar en este punto que el nivel de dificultad elegido por el usuario juega un papel fundamental en la duración del título. Si optamos por el nivel fácil o normal, Yaiba: Ninja Gaiden Z no supera las ocho horas. Sin embargo, en los niveles de dificultad más elevados comprobamos que la duración del título crece. Evidentemente, también hay que tener en cuenta los objetos coleccionables repartidos por el escenario que nos permiten tener una barra de salud mayor, por ejemplo, y que brindan una oportunidad perfecta para darle una segunda vuelta a la partida.

Una vez entramos en materia descubrimos que Yaiba tiene tres ataques básicos, así como un movimiento para esquivar los golpes enemigos. La combinación de ataques propicia un espectáculo visual de lo más llamativo, así como la consecución de puntos de experiencia nos permite subir de nivel y desbloquear nuevas habilidades que harán más llevadero nuestro particular camino del ninja. Al completar la propuesta, dicho sea de paso, desbloquearemos un divertido minijuego arcade que homenajea los videojuegos beat’em up que tan buenos momentos nos hicieron pasar a finales de los 80 y principios de los 90.

A lo largo de la aventura debemos hacer frente a varios jefes finales, así como a enemigos habituales que van desde el clásico zombie hasta una novia electrificada, pasando por prostitutas que lanzan bilis por sus poros y curas ortodoxos que purifican al impío con su llama incesante. Aunque dicho así parezca de lo más cómico, lo cierto es que el asunto pierde su gracia cuando descubrimos que el abanico de enemigos no es mucho más amplio y para eliminarlos a todos basta con seguir la misma estrategia una y otra vez. Mención especial para el soso monstruo final, decepcionante en lo jugable, aunque espectacular en lo visual.

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Además de atacar con las armas equipadas por Yaiba podremos aprovechar determinadas partes de los enemigos para conseguir poderosas armas temporales. Así, con la cabeza del cura ortodoxo llameante tendremos un lanzagranadas, mientras que la vesícula putrefacta de las meretrices nos permite lanzar bilis a nuestros enemigos. La combinación de elementos como electricidad y pus genera espectaculares combos que ayudan a limpiar el escenario de monstruos enemigos.

Además de cortar y cercenar, Yaiba: Ninja Gaiden Z puntúa nuestro trabajo al final de cada episodio, lo que nos da puntos de experiencia y cuyos marcadores permiten que nos piquemos con los amigos para ver quién consigue la mejor puntuación. Junto con la matanza de zombies, Yaiba: Ninja Gaiden Z presenta algunos puzles sencillos que aportan algo de variedad al conjunto, aunque en ningún momento son tan desafiantes como para que el jugador se quede atascado. También hay segmentos de plataformas que nos obligan a pulsar un determinado botón del mando en un preciso instante. Todo es directo y claro, aunque se agradece ese toque para suavizar tanta violencia gráfica (irreal, eso si).

No podemos cerrar el capítulo jugable sin hablar del modo ira, una opción de ataque potentísimo que podremos desatar cuando hayamos rellenado el indicador que aparece en la pantalla y que convierte a Yaiba en una máquina de matar (en una mejor, si es que eso es posible). Con todo, como ya hemos destacado, la duración de Yaiba: Ninja Gaiden Z se nos antoja insuficiente. Es evidente que una propuesta hack’n’slash no necesita de 20 horas para ser disfrutada, pero siete episodios parecen pocos en estos días. Además, la poca variedad de enemigos hará que los incondicionales del género aprecien las carencias del título mejor que otros usuarios.

Yaiba: Ninja Gaiden Z presenta, eso si, un interesante apartado artístico cargado de luces y colores. Ya hemos destacado que la propuesta del Team Ninja y comcept es un homenaje a la serie Z y esto se aprecia con claridad en los diseños de los enemigos, así como en el de los niveles. La forma de contar la historia mediante imágenes propias del cómic le confiere al conjunto un bonito acabado, que ayuda además a reducir los costes de generar complejas secuencias de acción movidas por el motor del juego. Los diseños de los personajes se alejan del realismo de la saga Ninja Gaiden, aunque no por ello dejan de ser reconocibles personajes como Ryu o Momiji, que tienen su momento de fama en la función.

El diseño de los enemigos resulta de lo más interesante, aunque como ya sucediera con un título de corte similar, Lollipop Chainsaw, al final descubrimos que la variedad de monstruos no es tan elevada como cabría esperar. Los escenarios, por su parte, son tan lineales como previsibles, aunque tampoco sería justo hablar mal de ellos. Cumplen su función e, incluso, presentar áreas divertidas, como las de plataformas. La estabilidad de la imagen resulta encomiable, y salvo tirones breves al guardar automáticamente la partida, mantiene el tipo en todo momento, sin problemas a la hora de plantear una experiencia jugable satisfactoria.

En este sentido conviene hablar también del minijuego arcade de Yaiba: Ninja Gaiden Z. Aunque se utilizan los mismos modelados que en la campaña principal, los diferentes ángulos de cámara y algunas perspectivas consiguen que la propuesta gane en originalidad y, de paso, ofrezca algunas horas más de juego a los usuarios. No nos olvidamos del apartado sonoro. Con voces en inglés y japonés, el título se apoya en unos buenos subtítulos en español que, eso si, ocasionalmente van demasiado rápido. La banda sonora hace su papel, sin estridencias y sin dejar huella. En el plano multijugador, más allá de los marcadores propios de las diferentes misiones, Yaiba: Ninja Gaiden Z opta por la experiencia para un solo usuario, por lo que Team Ninja y comcept se ahorran tener que meter con calzador una función que, en según que casos, no aporta nada a la propuesta.

Yaiba: Ninja Gaiden Z agradará a los amantes del género hack’n’slash. Aunque el título de Team Ninja, Keiji Inafune y comcept no es tan profundo como otros exponentes del género (como bien pueden ser God of War III o Bayonetta), garantiza horas de diversión y un planteamiento gráfico diferente, que se aleja del realismo imperante de estos días para alegría de los incondicionales de la serie Z y de los muertos vivientes, que siguen estando de moda en el sector interactivo aunque haya decenas de propuestas protagonizadas por ellos.

A Yaiba: Ninja Gaiden Z le falla su duración, la escasez de enemigos y la poca variedad de situaciones, aunque es cierto que como spin-off cumple su papel. La diversión está presente en todo momento y su simplicidad jugable hace que todos puedan acceder a la obra. Desde fans de Ninja Gaiden que podrán encontrar un verdadero reto en los niveles de dificultad más elevados, hasta usuarios novatos que solo quieran desconectar durante unas horas. Yaiba: Ninja Gaiden Z es una opción válida para descargar adrenalina y revivir la experiencia de los salones recreativos. Algo que también tiene su mérito.

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Jugabilidad: 7
Gráficos: 6.5
Sonido: 7.25
Satisfacción: 6.5

Análisis

Yaiba: Ninja Gaiden Z va directo al grano: acción, zombies y katanas para deleite de los amantes del género hack’n’slash. Aunque su escasa duración y la poca variedad de situaciones supongan un evidente lastre.