Análisis Thief (PS4)

85
Alargamos el brazo desde la seguridad que da la oscuridad para descubrir el sigilo, la acción y la emoción que ofrece el resurgimiento de Thief
Por Manuel Gimeno 24 febrero, 2014

No es de extrañar que desde hace aproximadamente un año muchos asocien Thief a todo lo que conforma la nueva generación de consolas. El descubrimiento de las primeras imágenes y vídeos que mostraban a Garrett y todo el conjunto de habilidades que disponía para hacerse con las riquezas más ocultas, venía acompañado de un salto gráfico que evidenciaba el paso a una siguiente etapa tecnológica que acabábamos de descubrir con los primeros anuncios desvelados para PlayStation 4.

Puntual como un reloj (cosa que muchos proyectos de siguiente generación no pueden decir) y fiel a lo prometido, Eidos Montreal nos ofrece un motivo más para dar el salto a las siguientes máquinas con un reinicio que promete estar a la altura de la hoja de servicios que dispone la saga. Sigilo, acción, dinamismo y una ambientación de película para ofrecer la fórmula perfecta para que el acto de robar sea lo más divertido posible.

Desde un primer momento, la historia que nos propone Thief añadirá al sistema de interacción del juego (del cual hablaremos más adelante) un motivo más para adentrarnos en la propuesta. El argumento no es una excusa más para plasmar el género en consolas o para que llevemos el sigilo al máximo de sus posibilidades, no. Sobre la historia se cimienta todo el arco jugable y de ambientación de Thief, despertando la necesidad de llegar hasta el final para descubrir qué derroteros tomará una aventura repleta de misterio y oscuridad.

Y sobre este lienzo se encuentra Garrett, legendario ladrón que se ve succionado por los misteriosos acontecimientos que sobre La Ciudad se ciernen mientras lleva a cabo uno de sus numerosos encargos que tiene como objetivo hacerse con el bien ajeno. Su compañera, amiga o aprendiz, Erín y él, se topan de lleno con la “Canalización de la primigenia”, un evento al que no habían sido invitados y que termina con un fatal desenlace. Una vez superado el inicio, ante nosotros aparecerá la situación real de un lugar que sufre las consecuencias del abuso de poder, así como de la desdicha y el infortunio en forma de epidemia que azota a los desgraciados habitantes de la ciudad.

Tenebra y el Barón son los dos grandes problemas que rodean el contexto en el que Garrett llevará a cabo todos sus encargos, llegando a mezclar el hilo principal de una trama -que a nuestro modo de ver está muy elaborada-, con las misiones secundarias que aportan pinceladas de detalles extremadamente útiles para entender la totalidad de la situación. Un viaje por los suburbios y por las altas esferas que destapará las miserias de las diferentes clases que viven en La Ciudad durante un tiempo aproximado de 18 horas.

[videolpo]7257[/videolpo]

En todo ese entramado entrará en juego Basso, un comerciante cuya mercancía no llega precisamente de la acción comercial, y para el cual iremos aceptando encargos que nos llevarán a conocer todos los tejemanejes que se extraen de cada una de las misiones que iremos llevando a cabo. La interacción con el resto de personajes así como la recopilación de notas y periódicos por toda la urbe, serán otras de las piezas fundamentales para tratar de componer un puzle que llama poderosamente la atención.

Aunque de nada serviría encontrar una historia bien ensamblada si no tuviera a su alrededor unos mecanismos jugables a la altura de las circunstancias. Thief, en su renacimiento, se mantiene fiel a los pilares básicos jugables que le llevaron a formarse un nombre en la plataforma de los ordenadores de sobremesa, pero evolucionando de forma adecuada en base también a ciertas revoluciones que se han producido dentro de las aventuras en primera persona.

No sería descabellado hacer ciertas referencias a juegos como Mirror’s Edge o incluso Far Cry 3 para tratar de explicar cómo es la jugabilidad de Thief. Salvando las distancias en ambos casos ya que el género no es exactamente el mismo, el manejo de Garrett si que se parece en cierta medida a lo que era saltar de tejado en tejado con Faith o correr a toda pastilla por las chabolas de la selva con Jason. La agilidad de aquellos dos personajes se unen a todo el conjunto de habilidades que dispone Garrett para hacer de sus andanzas algo totalmente dinámico y sobre todo ágil.

Y es que es necesario gozar de dichas herramientas cuando tu propósito principal es el de ser lo más rápido y sigiloso posible para tratar de alcanzar las preciadas piezas codiciadas que se establecen como nuestro objetivo en cada misión. Garrett, con la capacidad de correr, escalar y saltar de los dos personajes nomnbrados anteriormente, pero con una forma de interaccionar similar a la empleada en Assassin’s Creed (donde pulsando un botón se llevan a cabo la gran mayoría de saltos, carreras y acrobacias), irá superando cada uno de los obstáculos que se encuentre en su camino, desde saltos imposibles entre fachadas separadas por un vacío inmenso, hasta escaladas por paredes con pocos agarres o estrechas vigas que nos esconden de los agudos ojos de los guardias.

Por si fuera poco, las capacidades físicas y atléticas de nuestro ladrón de guante blanco se verán reforzadas con toda una serie de habilidades de subterfugio, gadgets, y herramientas que le harán la vida algo más fácil entre robo y robo. Uno de los aspectos más importantes es el uso de la habilidad Focus. Similar a lo visto en juegos como Batman: Arkham Asylum primero o Hitman: Absolution después, Garrett tendrá el poder de activar su visión especial para resaltar todas aquellas cosas del entorno que le puedan ser útiles, desde puntos clave donde escalar, objetos que robar, ventanas que atravesar o enemigos por descubrir.

En cuanto a las herramientas, las opciones serán varias a la hora de superar los retos de plataformas y el ojo avizor de la autoridad que tendremos que burlar de forma recurrente, aunque no tan abundantes como cabría esperar. La porra de Erín será uno de los recursos más empleados, ayudando a escalar determinadas paredes; pero también las flechas de cuerda servirán para alcanzar sitios inaccesibles, aunque las de agua tendrán la capacidad de envolver en las tinieblas los sitios que para nuestro gusto estén demasiado iluminados; mientras que podremos también distraer a los enemigos lanzando botellas y otros objetos que hagan ruido y capten su atención. La selección de estas herramientas se hará además mediante el pad táctil, deslizando el dedo y presionando sobre el artilugio que deseemos emplear en cada momento.

Porque en Thief, la infiltración, el robo y la huida tendrán como gran aliado al entorno. Nuestras capacidades de ladrón serán fundamentales para la consecución de cada fin, pero será La Ciudad y sus elementos los encargados de proporcionarnos la oportunidad adecuada para llevar a cabo cada uno de esos tres pasos básicos que se reproducirán constantemente durante el juego. Todo ello en aras de obtener la oscuridad necesaria para que nuestros actos pasen desapercibidos.

[break=Página 2]Esa oscuridad justamente es la que tendrá importancia en dicho proceso. De hecho, tal es así que hasta el DualShock 4 ha sido configurado en esta ocasión para que emita una fuerte luz blanca cada vez que el indicador de discreción que dispone Garrett señale que somos visibles ante los ojos de aquellos que estén cerca nuestra, incitándonos a huir y apartarnos de las zonas donde más luz haya.

Así pues, usando las flechas de agua, apagando los interruptores de luz o escapando rápidamente de zonas que no es posible eliminar la iluminación, burlaremos los peligros que asalten cada uno de nuestros robos. Garrett no es un luchador poderoso, su virtud no es la del combate cuerpo a cuerpo, ni tampoco le interesa eliminar a todos los guardias que encuentre a su paso. Su objetivo es el de pasar desapercibido y llegar a su destino lo más rápida y sigilosamente posible.

Y en este aspecto Eidos Montreal ha realizado un buen trabajo, pues el jugador sabe en todo momento que la opción más sensata y acertada es la de evitar la lucha directa. Sí, podremos enfrentarnos cara a cara con los soldados si nos descubren, pero estaremos en clara desventaja dada la fortaleza de los enemigos, su buena inteligencia artificial, la poca contundencia de nuestras armas y la debilidad de las protecciones de nuestro traje. Huir será la mejor de las decisiones cuando varios enemigos nos acorralen e intenten darnos caza.

De hecho, al finalizar cada una de las fases y misiones aceptadas, el juego nos evaluará la forma con la que hemos logrado llegar al final de ellas, señalando si hemos pasado totalmente desapercibidos, si hemos optado por dejar inconscientes a los guardias en nuestro camino o si hemos decidido emprenderla a golpes y acabar con todos los enemigos que nos hayan asaltado en el transcurso de cada prueba.

A lo largo de las misiones, además de robar los objetos clave de las mismas, ciertos artículos de valor que contarán como coleccionables y otros menores para mayor gloria y honor nuestro, podremos emplear el valor económico de estas piezas para comprar los utensilios necesarios que nos serán útiles a lo largo de la aventura, pero también para mejorar esas habilidades únicas que posee Garrett y que le permitirán alcanzar más fácilmente sus objetivos mayores y menores.

Para mejorar estas habilidades bastará con dirigirnos a la Reina de los Mendigos para adquirir puntos de concentración que servirán para desarrollar más nuestra técnica, incidiendo en aspectos tan importantes como el sigilo, la destreza o la intuición, entre otros. De esta forma, se incentiva la aceptación y la consecución de las misiones alternativas, así como también la investigación del entorno, llegando a revisar de arriba a abajo todas las estancias en busca de aquellos objetos que nos reporten la mayor cantidad de dinero posible.

Y dicha tarea no es sencilla si deseamos realizarla a conciencia. La Ciudad se abre paso ante nosotros revelando una gran cantidad de lugares a los que poder entrar a explorar, siendo ella misma una urbe muy dada a la exploración y por donde andan una gran cantidad de ciudadanos y de guardias a los que robar y esquivar, respectivamente. Una de las virtudes de Thief es la libertad que el juego otorga al jugador a la hora de elegir el camino que se empleará hasta llegar al destino final, pero también el orden adecuado con el que abordar todo el conjunto de tareas pendientes.

Muchas críticas se ha llevado el uso de un motor tan empleado en la anterior generación como es el Unreal Egine 3. Cierto es que seguramente el resultado visual no llegue a lios niveles de espectacularidad que ya hemos podido ver en algunos títulos exclusivos de la plataforma de Sony y Microsoft, pero no es menos cierto que Thief cuenta con una acabado gráfico notable y del que pocas objeciones pueden señalarse.

Esencialmente, y siendo un apartado que va más allá de aspectos técnicos como las texturas (a 1080p en PS4, por cierto), resolución y fluidez de imágenes, el aspecto artístico del juego es digno de mención. La estética steampunk se usa con acierto para exponer un montón de detalles que nos pararemos a observar, y que irán desde todo el conjunto visual de la ciudad, pasando por los adornos de cada estancia, hasta la forma de vestir de todos y cada uno de los personajes que veamos en el transcurso de la aventura.

Mención especial recibe la iluminación. Como hemos dicho antes, uno de los aspectos fundamentales es fundirnos con la oscuridad para pasar desapercibidos ante los ojos de aquellos que intentan darnos caza, con lo que un comportamiento adecuada de la luz es fundamental para que la experiencia sea satisfactoria. En este aspecto lo es, y además se comporta de forma muy convincente cuando deseamos alterarla o, simplemente, hacerla desaparecer.

Tal vez el único punto negativo en el apartado técnico sean los tiempos de carga, algo incómodos por su abundancia y sobre todo por la tendencia en el sector a ser eliminados poco a poco, pues cortan el ritmo de juego de una forma clara. Cada vez que superemos cierta sección estos se producirán, lastrando algo el dinamismo y la agilidad que dispone el juego.

Por último, uno de los asuntos que no han pasado desapercibidos en este análisis es la calidad del doblaje al español. Y es que Garrett, Erin, Basso o el Baron cuentan con el trabajo de actores tan contrastados como Eduardo Bosch, Beatriz Berciano, Luis Bajo o Antonio Esquivias, dando como resultado una ambientación acústica que va en consonancia con la parte artística, y que permite al usuario sumergirse sin problemas en esta historia de sigilo y acción que nos propone Eidos Montreal.

85
Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 8.5
Sonido: 9
Satisfacción: 8

Análisis

Thief se postula como un buen reinicio de la saga, además de ser una opción interesante dentro del género de la acción y el sigilo. El apartado artístico y el doblaje hacen de la ambientación uno de los puntos fuertes del juego de Eidos Montreal