Análisis GRID 2

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Rápido, trepidante, adictivo... Emoción asegurada sobre cuatro ruedas
Por Manuel Gimeno 28 mayo, 2013

Dentro del género de la conducción podemos encontrar una gran cantidad de vertientes que actúan en diferentes frentes, llenando en conjunto la necesidad de un amplio espectro de usuarios que en muchas ocasiones buscan sensaciones distintas. Este hecho se extrae un poco de la enorme variedad de subgéneros que pueblan las estanterías de nuestras tiendas, y que explotan la competición profesional que se produce en el plano real, la simulación más fiel basada en las físicas de la conducción y la imaginación más divertida y agresiva que se obtiene de los juegos anclados en la temática arcade.

Justo en este plano podemos descubrir un amplio abanico de sagas que han buscado de alguna u otra forma alejarse de la realidad para maximizar en todo momento una diversión de acceso rápido y constante, que fuera acompañada por un acabado gráfico más efectista que detallado, pero siempre con la espectacularidad por bandera. Hablamos, por ejemplo, de sagas como Burnout, con aquel Burnout 3: Takedown en el que corríamos a toda velocidad empotrando a nuestros rivales contra las protecciones al ritmo de la canción ‘Lazy Generation’; de la saga Need for Speed, con sus múltiples versiones y su constante evolución, pero con una personalización que siempre ha estado presente como seña de identidad; pero también hablamos de TOCA Race Driver, o al menos de la última propuesta o cambio de dirección que experimentaba con GRID.

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Aquel juego aparecido a principios de generación hacia una apuesta arriesgada por romper con todo lo que había sido la saga hasta el momento, desviándose de uno de esos comentados subgéneros para dar el salto hacia otro que entraba en conflicto directamente con los fans de la franquicia. La simulación más estricta se dejaba de lado para realizar una propuesta anclada en los cánones que acabamos de dibujar, y donde la jugabilidad se centraba en unos derrapes que lo eran absolutamente todo para abordar cada carrera y cada prueba. No sólo es que la forma de jugar premiara al que eligiera este tipo de maniobra para trazar alguna que otra curva, si no que los modos, las características de los coches e incluso los tipos de éstos, iban enfocadas a sacar el máximo partido a esta funcionalidad.

Además, el apartado gráfico destacaba también por tener un toque particular que aumentaba la espectacularidad de toda la propuesta, pero que sin embargo iba un paso más allá, y también despuntaba por unos modelados bien realizados, haciendo sólido el acabado en todo su conjunto. Y de todo lo que fue aquel título llegamos ahora a su segunda entrega -al menos en lo relativo a este cambio de la jugabilidad- denominada como GRID 2. Una propuesta que aterriza en los últimos estertores de la generación, y que se apoya en todo el recorrido de la industria ya realizado para ofrecer un juego que vuelve a recurrir en las prestaciones del arcade para ofrecer al jugador una nueva forma de entender las carreras de coches.

Para contextualizar un poco la ambientación de las carreras y la competición, asumiremos el papel de un piloto amateur que intenta destacar por encima del resto de pilotos mientras compite en carreras de perfil bajo. Sin embargo, la fuente principal de su éxito radica justamente en la grabación de sus actuaciones y su posterior difusión por todo tipo de redes, en especial YouTube, o el sucedáneo correspondiente que aparece en el juego. La primera de nuestras actuaciones en GRID 2 será justamente la de correr en uno de los circuitos que ofrece la ciudad de Chicago -o al menos una de las múltiples rutas ambientadas en esta localización- para llamar la atención del público. Como es obvio, y aunque no quedemos primero, nuestro pilotaje llamará la atención de un magnate con dinero de sobra como para intentar crear su propia competición, y que contará con nosotros para llevar a cabo tan curioso objetivo.

Será en ese momento cuando aceptemos realizar una prueba en un el circuito de Indianápolis a modo de demostración de nuestras capacidades, para así convencerle de que podemos servirle en el marco de la competición que él intenta crear. Mientras esto se lleva a cabo y después de ser deslumbrado por nuestra vuelta al circuito, iremos directo a nuestro garaje desde el cual organizaremos los diferentes objetivos que se nos planteen. Y es que antes de adentrarnos en las World Series Racing, tendremos que superar diferentes retos, tanto de diferentes asociaciones como de eventos promocionales o retos de patrocinadores, que nos ofrecerán un coche de recompensa si conseguimos superar una marca determinada o logramos un objetivo en concreto.

Pero mientras tanto, en el garaje que se establece como base de operaciones, tendremos la posibilidad de llevar a cabo una serie de acciones enfocadas a personalizar los diferentes aspectos que pueda tener un coche, aunque entre ellos no están disponibles los ajustes relativos a la mecánica del mismo. Es cierto que, como decíamos antes, GRID 2 está enfocado totalmente a la conducción arcade y por encima de cualquier otra cosa prima la jugabilidad expuesta y la interacción sobre el trazado. Sin embargo, esto no hubiera entrado en conflicto con la disposición de una serie de opciones de ajustes del coche que dieran algo más de libertad para que el usuario pudiera adaptar el coche a su manera de conducir, siempre que tuviera los conocimientos necesarios para ello.

En cambio, lo que sí encontramos es un conjunto de opciones estéticas destinadas a adornar nuestro coche de la manera que nosotros deseemos, o al menos siempre que entre dentro de las posibilidades de las herramientas que el juego nos ofrece. Podremos escoger entre una gran cantidad de vinilos enmarcados en una estética determinada, eligiendo los colores que forman su composición; así como seleccionar el color base de coche o el tono de las llantas que este luzca. En este caso tampoco la personalización es abrumadora, ya que en todo momento los diseños estarán preestablecidos, pero al menos nos dará cierto margen para acabar conduciendo un vehículo más o menos acorde con la imagen que deseemos mostrar.

En este garaje, además de la posibilidad de conducción en diferentes campeonatos que narraremos más adelante, encontraremos la opción de personalizar a nuestro alter ego en lo relativo al nombre, al apellido y el apodo. Esta última característica hace que nuestro copiloto nos llame por este nombre durante la carrera, haciendo de esta comunicación algo más personal y relativo a nuestra elección. Además, dentro de este conjunto de opciones también podremos elegir la dificultad y el nivel de daños que estamos dispuestos a soportar en carrera. Una elección que permite adaptar la jugabilidad al usuario, pero que torna la experiencia en mediocre si se opta por obviar uno de los mejores aspectos jugables que tiene GRID 2, como son los desperfectos que exhibe el coche ante cada choque.
[break=Corriendo en las World Series Racing]

Este conjunto de opciones no son nada extensas y, además, se encuentran establecidas en un marco poco funcional. El garaje casero hecho centro de comunicaciones improvisado queda bastante visual, pero la rapidez de navegación por la interfaz se hace tosca y lenta al tener que cargar animaciones prescindibles; excepto tal vez la relativa a los coches para poder personalizar adecuadamente su apariencia. Habrá ocasiones en las que deseemos ser más rápidos moviéndonos en este entorno, algo que no siempre será posible y que acabará por inducirnos a no salirnos de la parte clave del juego: las World Series Racing.

En forma de ordenador personal que gestiona absolutamente todas las comunicaciones sobre los eventos a los que seamos invitados, iremos seleccionando cada una de las pruebas que este particular modo carrera nos vaya ofreciendo. Como hemos comentado antes, después de aquella primera carrera por las calles de Chicago nos tocará realizar una serie de pruebas destinadas a hacer básicamente de tutorial por los diferentes tipos que vayan saliendo en cada momento, adaptándonos poco a poco a todas las funcionalidades que nos permite esgrimir el coche y que se ven forzadas a salir con la normativa de cada evento.

En primer lugar, contaremos con muchos tipos de carreras distintas, entre los que se mezclarán las pruebas convencionales con otras que no estamos acostumbrados a ver tan a menudo. Entre todas estos podemos encontrar, por ejemplo, las carreras normales, en las que tendremos que quedar primeros de acuerdo a un número determinado de vueltas; los mano a mano, una serie de competición donde nos enfrentamos a pilotos de manera individual en un cuadro de torneo, y que acabará por alzarse con la victoria aquel que llegue al duelo final y venza. También encontraremos un modo denominado supervivencia, que irá eliminando cada cierto tiempo al jugador que ocupe la primera plaza, ganando aquel que consiga mantenerse en primer lugar hasta el final; pero también habrá una variante parecida denominada controles, y que obligará al jugador a quedar primero antes de que se acabe el tiempo, pudiendo ampliar este plazo gracias a checkpoints cuidadosamente colocados.

Aunque no acaba ahí la cosa. Evidentemente, tendremos a nuestra disposición un modo contrarreloj en el que conquistar una marca determinada, pero también una modalidad algo diferente que recibe el nombre de touge, y que consistirá en batirnos contra un rival en varias rondas con una serie de normas a cumplir, entre las que está el juego limpio y la posibilidad de victoria inmediata de aquel que logre sacar 5 segundos de diferencia con respecto al rival en plena carrera. Siguiendo con las propuestas originales, también habrá un modo de juego llamado adelantamientos, en el que competiremos con otro coche por conseguir la puntuación más alta, obteniéndola de los adelantamientos más espectaculares sobre una serie de coches dispuestos con tal fin, premiando la cadena de adelantamientos y penalizando los golpes y las colisiones. Eso sí, como no podía ser de otra forma, uno de los modos estrella será el de driffting, acumulando la puntuación durante un trayecto lleno de curvas en la que ganará aquel que realice los mejores y más extensos derrapes en un espacio determinado de tiempo.

Sin embargo, estas modalidades no sólo podrán ser explotadas en el modo de la World Series Racing, sino que también las podremos ver en los retos que nos porpongan los patrocinadores y en los actos promocionales que nos ayuden a ganar una cantidad de fans extra, siendo éste uno de los valores clave dentro del sistema del juego –no podría ser de otra manera, viendo el nacimiento de la historia dentro del contexto de los vídeos en internet-. El hecho de que existan tantos tipos de carreras y que se puedan abordar desde diferentes puntos, hace que la variedad del juego alcance unos niveles altísimos, evitando que se caiga en la monotonía de hacer siempre lo mismo, pues el equilibrio en la oferta sólo es comparable al acierto obtenido cuando se disponen las carreras a completar.

A todo esto ayuda mucho la cantidad de circuitos que hay en GRID 2, y que estarán ambientados en diferentes lugares del mundo como pueden ser Hong Kong, La Costa Azul, Barcelona, Miami o París, con un total de 14 lugares que dentro de ellos albergan distintos circuitos o trayectos que alargan aún más la variedad de recorrido que dispone el juego. Incluso entre ellos se podrá observar un cambio acorde al momento del día en el que ocurran, aunque más allá del día, el atardecer o la noche –y no siempre en todos los circuitos- pocos cambios ambientales veremos en este juego, y menos que tengan una repercusión directa en la jugabilidad, como pudieran ser diferentes efectos climatológicos, ausente en esta ocasión.

Y es que si GRID 2 destaca por algo es sobre todo por una jugabilidad bien diseñada y adictiva que hará las delicias de los amantes de la conducción arcade. Uniéndose a toda la propuesta que se establece como el tapete sobre el que colocar todas las piezas, la variedad entre los coches y los diferentes parámetros que componen sus atributos harán que la forma de jugar sea distinta dependiendo de cada momento. En cualquier ocasión tendremos que ser conscientes del comportamiento que podrá asumir un coche con una velocidad, aceleración, potencia y peso determinado, influyendo todo esto directamente en el tipo de circuito en el que se vaya a competir, pero también en la forma en la que encararemos uno de los movimientos más característicos de este juego: el derrape.

Esta particularidad tendrá que ver directamente con el modelo de vehículo que en ese momento estemos empleando, siendo otro de los puntos que aportan diversidad a la propuesta en cada uno de sus puntos. Además de existir hasta cuatro categorías dependiendo de las prestaciones que contenga cada coche, todos ellos se mostrarán bastante diferentes en comportamiento, sobre todo dependiendo del tipo de tracción que tendrá repercusión directa en la conducción. De esta manera, y por poner un pequeño ejemplo, la parrilla de vehículos que nos podemos encontrar puede ser tan diversa como lo son coches como el Subaru BRZ, Volkswagen Golf R, Ford Mustang Mach 1 Twister Special, Alfa Romeo 4C, BMW M3 Coupe, Mazda RX7 Type RZ, Ford Mustang Boss 302, Nissan Nismo R34GT-R Z-Tune, McLaren MP4-12C, Aston Martin Vanquish, o el Bugatti Veyron 16.4 Super Sport.

La forma en la que se lleva a cabo esta manera de abordar las curvas es uno de los motivos que hacen del juego una propuesta totalmente arcade, pues su comportamiento no se corresponde exactamente con lo que uno esperaría en un juego de simulación. Es fácil realizar los derrapes, también es algo instintivo, pero dentro de esta accesibilidad se descubren ciertos toques de profundidad que irán haciendo del manejo algo mucho menos trivial de lo meramente aparente, y que además están relacionados con este tipo de tracción antes comentada. De todas formas, no estaremos solos la mayoría de las veces, con lo que todo esto entrará en conflicto con unos adversarios que nos pondrán las cosas difíciles, pues su inteligencia artificial será lo suficientemente hábil como para que no sea todo un camino de rosas; al menos a partir de determinado punto de la adecuada curva de dificultad con la que cuenta el juego.

En cualquier caso, si bien llegamos a dominar a la perfección esta clave jugable como si no, tendremos la opción de usar un comodín demasiado permisivo que puede acabar con la frustración ocasional que en todos los juegos de coche se destapa en determinado punto, cuando la dificultad alcanza una cota superior a la habitual. Hablamos del flashback, una acción que se lleva a cabo mediante al botón triángulo y que permite al usuario retroceder unos cuantos segundos en el tiempo, lo suficiente como para que cambiemos de trayectoria y evitemos el fallo que provoca esta rectificación. De normal, podremos realizar esta acción unas cinco veces, aunque en carreras personalizadas tendremos la posibilidad de elegir su cantidad de uso o incluso la oportunidad de usarla o no.
[Break=Contexto adecuado en una sólida propuesta]

Pero, además de toda la propuesta derivada de lo que son las World Series Racing, tendremos también un modo de juego online en el que trasladar toda esta experiencia a un ámbito multijugador competitivo, pudiendo exhibir nuestras habilidades y enfrentarlas con la de nuestros contactos. Este modo está separado del comentado anteriormente, dejando allí la posibilidad de jugar en pantalla partida con otro amigo que acepte nuestro desafío, relegando toda estas funcionalidades simplemente hacia el contexto online.

El funcionamiento es el básico conocido en otros modos de juego, incluso en los juegos que no pertenecen al ámbito de la conducción. Podremos unirnos a una partida ya creada o elaborarla nosotros mismo, escogiendo entre un montón de opciones que no difieren en exceso con las que pudiéramos elegir en las partidas personalidades del juego fuera de línea. Esto significa que tendremos libertad para optar por el modo de carrera que queramos, el circuito, el trazado, los daños, la conducción permitida –limpia o no- o el tipo de cambio. Pero además, por otro lado podremos también acceder a la Racenet, una especie de red social integrada en el juego –algo que ya hemos visto en otros muchos títulos- que propone desafíos puntuales y que ayuda a interactuar con gente que comparte la misma afición por el motor que nosotros.

Por último, y referido a este apartado, contaremos aquí sí con la posibilidad de moldear las entrañas de nuestro coche para potenciar ciertos atributos. Estas mejoras estarán enfocadas al motor, al tren motriz accediendo a la caja de cambios y a la respuesta del coche, reduciendo para ello el peso total que posea. No son unas opciones ricas, abundantes, ni profundas, pero al menos sí suplen de alguna manera una de las carencias que poseían las World Series Racing, y que en este modo online quedan más o menos satisfechas por la ausencia antes experimentada.

Para acabar de aderezar una propuesta con pretensiones concretas y bien enfocadas, nos encontramos de nuevo con un apartado gráfico bastante notable que baña todo el acabado de una calidad destacada, otorgando consistencia a todo el juego. Los detalles más impactantes correrán, sobre todo, a cargo de unos escenarios bien diseñados que tendrán ciertos efectos muy bien logrados, como pueda ser el viento y la luz, principalmente. El trabajo con las luces que muestra el motor EGO es totalmente abrumador, destacando ciertas escenas en las que, con un cambio de rasante mediante, nos vemos deslumbrados por un sol de atardecer que nos muestra hasta dónde llega el potencial de este efecto.

Por otro lado, aunque su función va destinada a maquillar pequeños defectos que existen y que son relativos a los modelados de los coches –nada grave, pero que los sitúan lejos de las referencias tecnológicas de esta generación-, encontraremos un filtro extraño en pantalla que nos recordará a la saga Mass Effect. No es que tengan algo que ver un juego con otro en la temática, ni mucho menos, pero en cambio sí hacen uso de un efecto de granulado especial, que da un toque muy cinematográfico a las escenas y que, en este caso además, sirve para pulir pequeños defectos.

Contaremos también con un sonido correcto, sin grandes despliegues técnicos pero con más de un efecto convincente que irá acorde con ciertos esfuerzos que haga el motor más de una vez, así como el chirrido inconfundible de las gomas al entrar en fricción con el asfalto. Aunque, además de todo esto, destacada un muy buen doblaje al español, que aunque no requiere de esfuerzo interpretativo al no entrar nunca en contacto con un modelado concreto, sí que permite entablar cierta relación informativa con el copiloto. Sus comentarios son naturales, sensatos y oportunos, con lo que no pasarán desapercibidas sus intervenciones.

Todo esto hace de GRID 2 una apuesta sobre seguro para todos los amantes de la conducción arcade, pues se encontrarán que en la mayoría de vertientes en las que actúa el juego los resultados son satisfactorios. En este último apartado hemos hablado de sus notables cualidades técnicas, así como de un online que aprovecha la propuesta jugable detallada. Pero antes hemos ahondado en un modo carrera que incide en la variedad como herramienta principal a la hora de maximizar toda la diversión. La gran cantidad de tipos de carrera y sus propuestas interesantes se convierten en el activo más valioso del juego, renovando constantemente las ganas de jugar y de continuar superando marcas y retos.

Sólo la rigidez de personalización estética y la marginación de los cambios técnicos únicamente disponibles en el apartado online, hacen que esta aura de posibilidades y variedad se vea algo difuminada. Una decisión poco entendible y que entra en contradicción directamente con la propuesta tan concreta que luce GRID 2, pero que en cambio tampoco da al traste con la experiencia, pues en última instancia lo que siempre quedará será la interacción que nuestro coche experimente con el asfalto.

Y en cuanto a eso, a la velocidad, a los derrapes, a las especificaciones de los coches, la cantidad que hay en el parque automovilístico del juego y los atributos que nos fuerzan a un aprendizaje individual para cada uno, el juego cumple, y con creces. El cambio de subgénero que experimentó la saga TOCA Race Driver pudo ser polémico, pudo no agradar a los amantes de todos aquellos antiguos títulos, pero de lo que no hay duda es de que en el contexto que actúa ahora, GRID 2 sabe moverse, y de qué manera.


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Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 8
Sonido: 7.75
Satisfacción: 8.25

Análisis

GRID 2 es un juego que hará las delicias de todos aquellos amantes de los juegos de conducción arcade. La diversión extrema que muestra el juego se apoya en varios aspectos, entre los que destacan una jugabilidad muy bien trabajada y una variedad de modos de juegos y de circuitos que maximizan las posibilidades de esta propuesta. Además, el apartado técnico luce a muy buen nivel, otorgando un toque particular que acaba por sellar adecuadamente un trabajo más que notable.