Análisis Hitman: Absolution

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La vuelta de un 47 más mortífero que nunca.
Por Manuel Gimeno 18 noviembre, 2012

Introducción

Sombra constante que acecha en cada esquina o recoveco del miedo que se aloja en el alma de aquel que se siente en el punto de mira de sus Silverballer. La determinación hecha carne y huesos que se desprende de cada uno de sus movimientos en la ejecución de unos contratos solicitados por razones cuya cuestión no ha lugar. El frío constante que otorga a la templanza el nivel necesario para no dudar nunca, ni ante las disyuntivas más comprometidas. Estigma de un destino marcado desde su creación. Un código de barras grabado a fuego en su piel supone el advenimiento de lo irreversible. El 47, la cifra que aúna todo el poder del asesino más implacable que jamás haya existido.

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Al ocaso de la generación que nos atañe, pocos eran ya los símbolos más emblemáticos que faltaban por aparecer en nuestra PlayStation 3, y éste en concreto nació al cobijo de un ciclo jugable predecesor que acogió tres de sus cuatro entregas existentes. Títulos cuya seña de identidad radicaba en dos pilares básicos sobre los que descansaban todas las opciones existentes dentro de ellos, y éstos no son otros que el sigilo más sutil necesario para cumplir los objetivos sin ser detectados, y la acción determinante que se desata a la hora de ejecutar cada contrato.

Poniéndonos un poco en antecedentes, bajo el título de Hitman: Codename 47 y andando sobre el entramado tecnológico correspondiente a los ordenadores personales, IO Interactive dio a conocer a nuestro protagonista presentando la historia de su alzamiento como asesino a sueldo, mostrando además a personajes como Diana Burnwood o entidades tales como la Agencia Internacional de Contratos, que se postularon a posteriori como base y estructura principal sobre la que se desarrollaban todos los hechos argumentales.

Con Hitman 2: Silent Assassin la saga dio el salto a las consolas de sobremesa, disfrutando en PlayStation 2 de la vuelta de 47 a sus artes homicidas movido esta vez por la venganza y el interés personal, pero para ello volviendo a hacer uso de aquellos contratos que marcaron sus inicios y que serían necesarios para alcanzar sus propias metas. En aquella ocasión él dictaba su destino con la elección inicial, sin poder escapar eso sí de una “Agencia” que le ayudaría a lograr su preciado fin.

A continuación llegó Hitman: Contracts, cuya historia giraba alrededor de numerosas analepsis –ya vividas en anteriores entregas- establecidas como telón de fondo y que rompían con la trama que salía a la superficie, para finalmente dar por cerrada la andadura con Hitman: Blood money y una lucha entre “la Agencia” y “la Franquicia” que desataría una de las tramas más potentes de la saga, dando lugar a uno de los finales más memorables y recordados de la pasada generación.

Así pues, nos encontramos ahora mismo frente a Hitman: Absolution, la quinta entrega de una serie que se ha hecho de rogar hasta llegar a nuestras manos, pero que promete seguir siendo la referencia en el delicado arte de la acción más sigilosa. Veamos entonces si este famoso sicario sigue en plena forma.

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Argumento

Tras el sorprendente e impactante final que cerraba la anterior entrega y dejaba en el aire –y sin señalar- los próximos derroteros que pudiera abordar 47, la primera cinemática introductoria supondrá un fuerte impacto por la ruptura que establece con la estructura básica argumental a la que hacíamos referencia anteriormente. Y es que en esta ocasión nuestro primer contrato y la forma de proceder, marcará el devenir de unos hechos que nos irán abordando casi de manera inmediata.

Una tarea poco grata y contraria a nuestros principios será la que desencadene todo el argumento, que después de estos primeros compases irá enfocado a la protección de una persona que posee cierta conexión con nuestro sicario, y que llevará a 47 a empeñarlo todo en pos de salvaguardar una integridad y un futuro realmente determinante para muchos, alejándolos así de las manos de aquellos que desean apoderarse de ellos.

La historia aparecerá seccionada a lo largo de veinte misiones, algo que supone un hecho habitual en la saga, pero que establece en muchas ocasiones un corte de intensidad al ir saltando de fase en fase con conexiones a veces un tanto difusas. Sin embargo y dentro de estas limitaciones inherentes a la estructura establecida, la trama se presenta totalmente clara y nada liosa a la hora de ir siguiendo paso a paso todos los hechos.

La personalidad del agente 47 es conocida por todos. Parco en palabras, frío hasta la médula e implacable en toda aquella empresa que se le ponga delante. Estas directrices se mantienen fieles, inalterables y constantes en Hitman: Absolution, con lo que una vez más mucho del peso argumental recaerá en unos antagonistas totalmente variopintos, pero que en general compartirán cierto toque de enajenación particular que hará realmente interesante cada una de sus intervenciones.

Pese a esto, tal vez se echa de menos en ocasiones la presencia de algún individuo con motivaciones algo más complejas, o en su defecto algún enemigo con personalidad remarcable que lidere las acciones contrarias con autoridad, y que realmente despierte en nosotros la animadversión necesaria para concentrar todas nuestras energías en un punto en concreto. Al no ser así, 47 se sitúa como figura superlativa frente a los demás sin paliativo alguno. Hecho que en sí no es negativo –ni mucho menos-, pero que sí resta algo más de riqueza a un entramado notable, sí, pero aún con cierto margen de mejora.

Donde sí notaremos la variedad y generosidad de variantes será en cada uno de los diferentes escenarios que se situarán como testigos de nuestras misiones, así como todo el repertorio sonoro dispuesto. Estos hechos que parecen simplemente visuales y acústicos, añadirán un toque destacable de personalidad que sellará completamente el desarrollo de todo nuevo reto que se nos plantee. La mejor manera de convencer al jugador de la historia que tiene ante sí recae en la inmersión, y ésta cobra una dimensión mayor cuando todo aquello que la rodea contiene la esencia necesaria. Ésta nueva entrega la posee, y de qué manera.

Con todos estos elementos expuestos, nos encontramos pues con un argumento que no sorprenderá demasiado en su desarrollo, pero cuyo componente emocional y de acción en ciertos puntos lo insuflará de momentos intensos. De la misma manera que los diálogos sórdidos ambientados en los elementos antes destacados, se convertirán en una característica propia de un título cuyo mayor atractivo recae sobre una jugabilidad que ahora mismo pasamos a relatar.

[BREAK=Jugabilidad]

Jugabilidad

Con el sigilo y la acción por bandera, se desplegará ante nosotros toda una ingente cantidad de opciones de las que podremos hacer uso a la hora de completar las distintas misiones que nos dicte la historia. Cada una de estas veinte pruebas constará de un total de cincuenta y cuatro secciones en las que ir sorteando a los enemigos con las más diversas triquiñuelas, o eliminando a todo aquel que salga a nuestro paso para finalmente dar con el objetivo y ejecutarlo de la mejor manera posible.

La empresa que nos atañe parece clara, y no es otra que cruzar todo un escenario repleto de enemigos minimizando el rastro de cuerpos abatidos que revelen nuestra presencia hostil. Para ello tendremos un sistema de puntuación basado en premiar todas aquellas acciones que converjan en finalizar cada misión matando sólo a los objetivos imprescindibles, no revelando en ningún momento nuestra presencia, ni desatando la alarma entre todos aquellos que puedan ser un obstáculo a la hora de alcanzar nuestro objetivo.

A nuestro favor contaremos con las cualidades generadas a través del entrenamiento de uno de los mejores asesinos que existen, y es que 47 dispondrá en esta entrega de una habilidad llamada instinto, postulándose como novedad más remarcable –y prácticamente única en el modo de un jugador- que nos ayudará en tan delicada tarea. Por un lado proporcionará una visión completa de nuestros enemigos y su estado de alerta, pero también podremos identificar fácilmente distintos objetos útiles como armas, escondites o notas varias, así como también nos ayudará a encontrar los objetivos y demás elementos clave necesarios para seguir avanzando.

Pero su uso no sólo se reduce a una sustitución del mapeado por esta nueva forma de mirar todo aquello que nos rodea, pues además esta funcionalidad contará con un aspecto consumible que al ser usado conseguirá que desatemos durante un breve espacio de tiempo un modo de disparo a cámara lenta que nos sacará rápidamente de algún que otro apuro, pudiendo abatir a todo enemigo de manera rápida y fulminante. Además, podremos activarlo también para camuflar nuestra presencia cuando nuestro disfraz corra el riesgo de ser descubierto por el personal que comparta motivos con los que esté realizado el traje.

Porque el arte del disfraz cobra importancia una vez más en esta nueva entrega. Hitman: Absolution no renuncia a una de las señas de identidad de la saga y vuelve a ser una herramienta clave para avanzar sin ser detectados por la zona enemiga. Sin embargo, cada una de estas camaleónicas transformaciones tendrá una mayor o menor probabilidad de éxito, pues usar una vestimenta muy común entre los personajes o enemigos provocará que salte la sospecha hacia nosotros, teniendo que recurrir igualmente a la ocultación y el cuidadoso avance para evitar ser descubiertos.

Sin embargo, en ciertas ocasiones estos adversarios que obstaculizarán nuestro camino se comportarán de manera extraña, pasando por alto acciones altamente llamativas en detrimento de otras más sutiles y que sí despertarán extrañamente su interés, cuando a lo mejor el camino más prudente es justamente este último señalado. No es una tónica habitual, pues el juego sabe recompensar a aquellos que hacen un uso más exhaustivo de las posibilidades que da el sigilo, pero si nos encontraremos de vez en cuando algún momento en el que la inteligencia artificial se antojará demasiado permisiva o altamente susceptible, saltándose el equilibrio que de normal hace gala.

Pero continuando con las habilidades que tendremos para sortear dichos contrincantes, en este aspecto contaremos con un sistema de cobertura bastante eficiente que agilizará nuestro avance en cuclillas a cubierto y fuera del alcance de la visión de todo aquel que vigile nuestra zona de paso. El andar rodeando cada obstáculo permitirá reaccionar rápidamente ante la llegada de una patrulla de enemigos, siendo además fácil avanzar entre dos coberturas simplemente con apretar un solo botón. Por si acaso, siempre podremos echar mano de armarios, baúles, congeladores y demás espacios huecos para ocultarnos completamente esperando el momento en el que salir y acabar con nuestra víctima de una vez por todas.

Porque al final ese será nuestro objetivo. El camino hasta llegar a dicho propósito ha sido descrito, pero la ejecución última e intermedia correrá a cargo de nuestra imaginación hecha realidad a través de los planes que tracemos y de los objetos que hagamos uso para tal fin. No todo se verá reducido a nuestras Silverballer silenciadas, o a la tensa y mortal opresión de nuestro cable de fibra, no. Contaremos con un repertorio enorme de armas y curiosos objetos que tendremos la opción de emplear para acabar con la vida de aquellos que se interpongan en nuestro camino.

Además, el escenario en el que se desarrolle cada misión determinará también una serie de muertes particulares que podremos ejecutar si abrimos bien los ojos y analizamos el estado del lugar que se presenta como telón de fondo para presenciar nuestra actuación. Incendios inesperados, electrocuciones sorprendentes, aplastamientos accidentales… toda una serie de muertes casuales cuya eficacia será máxima, así como también la sutileza que desprenderán los desafortunados incidentes con los que la vida de nuestros enemigos expirará.

Este tipo de acciones, el empleo de determinados objetos como mortíferas armas, unidos al éxito de pasar inadvertido antes los ojos de nuestros oponentes, supondrán muchas veces la compleción de una serie de desafíos establecidos por sección, que nos reportarán beneficios en forma de técnicas de asesino, cuyo desbloqueo nos reportará mejoras en las cualidades de 47; o la consecución de títulos dependientes de la puntuación obtenida en cada zona y que se establecen como motivo coleccionable.

Tanto las distintas formas de asesinar, como los desafíos propuestos son un aliciente más a la hora de dotar al título de la virtud más importante, y ésta no es otra que la posibilidad de elegir a nuestro gusto la manera concreta con la que llevar a cabo nuestro objetivo. Una misma sección puede enfocarse desde la más peculiar perspectiva, optando por la acción más alocada y arriesga, procurando no levantar ni un mísero murmullo entre aquellos a los que consideramos enemigos, o escogiendo un camino intermedio que aúne ambas propuestas extremas. Y además, dentro de cada una de ellas, nuestra será la elección de escoger el utensilio y la manera más adecuada para ejecutar la acción en consonancia con el estilo escogido.

Con esto, nos encontramos con la posibilidad de terminar las misiones de mil formas distintas, siendo ésta la seña más destacable de un título que tiende la mano al jugador a la hora de que éste sea el autor y la mente responsable de obtener el final más acorde a su gusto, así como se le ofrece la posibilidad de volver a jugar cada parte con la motivación de saber qué hubiera ocurrido si en lugar de escoger nuestro camino hubiéramos considerado la opción de actuar de manera distinta.

Por si fuera poco, contaremos en esta entrega de un apartado online que se postula como novedad más destacable, junto a la implementación del “instinto” en la campaña al que anteriormente hacíamos referencia. En este modo multijugador asíncrono seremos capaces de crear contratos con los que retar a nuestros amigos, así como competir con ellos por superar la puntuación y los retos establecidos por otros, siguiendo las reglas propuestas para alzarnos con la vitola de asesino más silencioso.

Cada contrato que se cree seguirá las normas del autor que lo realice y que establecerá tanto el escenario en el que se vaya a jugar, las armas que deben ser empleadas y los objetivos a los que ir ejecutando en la empresa que se vaya a proponer, consiguiendo una puntuación base en el diseño que se presentará como referencia para todos aquellos osados que acepten dicho trabajo y se adentren en el reto de superar la prueba establecida.

Realmente se presenta como una opción muy interesante y que hace honor a la esencia de la saga. El potencial recaerá sobretodo en la comunidad de jugadores cuya imaginación haga plantear el recorrido más curioso y las víctimas más inaccesibles con las que poner en aprietos al resto de usuarios. No es un online al uso, y su presencia no se atisba forzada en ningún momento.

[BREAK=Gráficos y Sonido]

Gráficos

IO Interactive despliega ante nosotros todo un espectáculo visual desencadenado por el motor gráfico Glacier 2, que hará gala de una solvencia y estabilidad dignas de mención en todo momento, y que –como comentábamos al principio- dotará al juego de una inmersión importante que se establece en la solidez de un resultado visual que pocas fisuras despierta en su despliegue.

Tanto las texturas, como el modelado de los personajes –aunque no todos- y la representación artística de los escenarios, suponen todo un torrente de detalles pulidos de manera brillante que en ocasiones hará detener nuestro sigiloso avance para contemplar aquello que nos rodea. Además, las suaves animaciones que mostrará 47, junto a su interacción en los combates cuerpo a cuerpo o el simple andar entre la muchedumbre, harán aún más sólida si cabe esa fachada de sumersión que venimos comentando.

Pero si hay algo destacable es sin duda el espectáculo de iluminación que nos asalta a cada paso que demos. Los tonos que bañarán las paredes con la descomposición de cada color, el brillo que éstos despertarán en las superficies húmedas de cada lugar o el deslumbrar de un sol altamente realista, impactarán de una manera peculiar en la experiencia jugable, y que conceden a Hitman: Absolution una seña de identidad propia asignada a esta característica visual.

Sin embargo, todavía hay algo más importante, y es la ingente cantidad de individuos que pueden aparecer en pantalla sin que el motor del juego se resienta ni un ápice. Habrá fases en las que mezclarnos con la muchedumbre cobrará importancia para pasar desapercibidos entre el acoso de los enemigos que andan tras nuestra cabeza, y es en estos casos donde se atisba la máxima estabilidad de la que hace gala esta herramienta gráfica.

Salvo pequeños detalles menos cuidados cuya relevancia es ínfima y que no se muestran salvo a la vista más exhaustiva, pocos “peros” pueden sacarse de un apartado que da personalidad al título y que afianza sus cimientos con uno de los espectáculos visuales más impactantes en este ocaso de la actual generación.

Sonido

Si destacábamos anteriormente la importancia gráfica a la hora de sellar todo un entramado jugable y argumental bien establecido, el apartado sonoro no se queda atrás, y menos cuando tiene la calidad suficiente como para sustituir en muchas ocasiones a la vista como sentido más avanzado a la hora de detectar a los enemigos que puedan aparecer de improvisto, o atender a los diálogos más reveladores que puedan darnos la información necesaria para atravesar una fase que hasta ese momento no había mostrado su camino de salida.

El espectáculo de sonidos ambientales y música dinámica adaptada a la situación del momento suponen todo un repertorio de variantes que envían constantemente información al jugador sobre la situación de aquello que le rodea en ese momento, dando la posibilidad de anticiparse a cualquier hecho simplemente al notar el sutil cambio de tonalidad e intensidad de una música que nos alerta de que algo no va del todo bien.

Además, contaremos con un doblaje de calidad y que poseerá una buena sincronización labial que comprobaremos en las cinemáticas que vayan entrelazando cada acto o misión. Junto a ello, la cantidad de diálogos que encontraremos en estas fases sorprende por la riqueza y variedad, haciendo que prestemos atención no sólo a la información que de estas conversaciones podamos extraer para emplearla en nuestra empresa, sino también a la historia que se cuente y que nutrirá al juego de nuevo de carácter propio, esta vez en la vertiente que nos atañe.

[BREAK=Conclusiones]

Conclusiones

“Mucho más y todavía mejor” podría ser perfectamente la definición de una entrega que cuenta con pocas novedades jugables a excepción de la intuición, pero que pule al máximo las virtudes ya existentes para expandir ante el usuario todo un repertorio de opciones enormes, que harán del título una constante propuesta variable sujeta a los deseos o gustos que tengamos para superar cada uno de los retos presentes. Tan sólo una inteligencia artificial en pocas ocasiones errática, puede hacer flaquear la experiencia puntualmente.

Apoyados sobre esta jugabilidad rica en posibilidades, se mostrará ante nosotros una historia, que tal vez no innove demasiado en el desarrollo de la misma, pero que seguro despertará en su visionado ciertas emociones y momentos memorables que no pasan desapercibidos a ojos del espectador. Tal vez sea el punto más débil de un título que cuenta de no pocas virtudes precisamente, pero eso no significa que dicho argumento sea malo, en absoluto, sólo que ante la alta calidad de los demás componentes queda un poco desdibujado de todo el entramado.

Destacable sin duda supone la implementación de un modo multijugador que no se establece sin motivo aparente –como muchas veces suele ocurrir-, y que ofrece a la comunidad de usuarios la posibilidad de proponer las normas y los retos más imaginativos con los que seguir alimentando la durabilidad del juego, esta vez añadiendo la variable competitiva que supone retar a nuestros amigos y luchar para imponerse por encima de todos ellos.

Además, toda esta suerte de atributos queda firmemente sujeta bajo un repertorio visual y sonoro abrumador, que da sentido a los apartados antes nombrados, pues se desprende de Hitman: Absolution mimo, cuidado y empeño en cada una de sus vertientes, dejando pocas cosas al azar o sin la calidad suficiente como para que desvirtúe un acabado global realmente encomiable.

Lo mejor:

  • La variedad como objetivo principal a la hora de abordar cada una de nuestras misiones.
  • Jugabilidad pulida al máximo y que satisface cualquier ocurrencia que tengamos para ejecutar cada reto.
  • Un modo multijugador online que realmente tiene sentido dentro del universo Hitman.
  • Gráficos y efectos sonoros que imbuyen al título de una esencia característica y única.

Lo peor:

  • Una historia cuyo desarrollo se presenta algo pobre, pese estar bien planteada.
  • Pocas novedades jugables.
  • Una inteligencia artificial que en contadas ocasiones puede llegar a fallar.
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Jugabilidad: 9
Gráficos: 9.25
Sonido: 9.5
Satisfacción: 8.5

Análisis

Hitman: Absolution llega justo en la recta final de un periodo de entretenimiento que agota poco a poco sus últimos cartuchos, pero que aún tiene por delante destellos de calidad más que notables por satisfacernos, como ocurre en el caso del título que nos compete ahora mismo. Se echaba en falta la presencia del Agente 47, pero su ausencia ha sido recompensada con una nueva entrega totalmente íntegra, que no escatima recursos a la hora de dar lustre a un juego por muchos esperado.